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Senderismo y Turismo Rural en Panama

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foto tomada por Juan Pablo Rios

Las primeras observaciones registradas de la migración de las aves son de hace 3000 años, fueron mencionadas por Hesiódo, Homero, Heródoto, Aristóteles y otros.

La Biblia también menciona migraciones, como en el Libro de Job (39:26), donde se hace la interrogante:

«Â¿Es por tu inteligencia que se cubre de plumas el halcón y despliega sus alas hacia el sur?»

El autor de Jeremías (8:7) escribió:

«Hasta la cigüeña, en el cielo, conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla tienen en cuenta el tiempo de sus migraciones.»

Esta tarde subimos al Cerro Ancón a ver en qué podíamos ayudar en el conteo de aves rapaces migratorias 2010 que organiza Audubon Panamá, que lleva el nombre de “Rapaces de Océano a Océano”.

Y entonces te preguntas: ¿Qué es la migración de aves?

Pues bien, son los viajes estacionales regulares realizados por muchas especies de aves. Además de la migración, las aves realizan otros movimientos en respuesta a cambios en la disponibilidad de alimentos, de hábitat o climáticos, que suelen ser irregulares o sólo en una dirección y reciben diversas denominaciones como nomadismo, invasiones o irrupciones (cuando las poblaciones sobrepasan la capacidad de porte para su especie en el ambiente dado). La migración está marcada por su estacionalidad anual. En contraste, las aves que no son migratorias son llamadas aves residentes.

Muchas aves terrestres migran largas distancias. Los patrones más comunes involucran el vuelo al norte para reproducirse en los veranos en áreas templadas o árticas y el retorno a las áreas de invernada en regiones más cálidas del sur.

Foto de Juan Pablo Rios

foto tomada por Juan Pablo Rios

La ventaja primaria de la migración es energética. Los días más largos del verano en el norte proveen mayores oportunidades a las aves en reproducción de alimentar a sus polluelos.

La extensión de las horas del día les permite a las aves diurnas producir nidadas más grandes que las especies emparentadas no migratorias que permanecen en los trópicos todo el año. A medida que los días se acortan en otoño, las aves regresan a las regiones cálidas donde el suministro de alimento disponible varía poco con la estación.

Estas migraciones, en particular la de las rapaces y playeras, son una muestra de cómo una parte de un hemisferio depende del ambiente de otro.

Algunas aves grandes de amplias alas dependen de las columnas de aire caliente ascendente para permitirles planear. Esas incluyen muchas aves rapaces como buitres, águilas y gavilanes. Estas aves migran de día.

foto de Juan Pablo Rios

Las aves migratorias de estos grupos tienen gran dificultad para cruzar grandes masas de agua, dado que las columnas termales sólo se forman sobre la tierra, y estas aves no pueden mantener el vuelo activo por largas distancias así no gastan energía pues en su viaje suelen ayunar, ya que han adquirido su grasa en Norteamérica y con ese combustible hacen su viaje a Suramérica con la ayuda de las termales con las cuales no necesitan hacer tanto esfuerzo. Algunas veces se han encontrado restos de rapaces y al revisar su interior se dan cuenta de que no llevaba nada de alimento.

El Cerro Ancón es un centro de observación en donde se ha documentado que pasan más de un millón de aves rapaces migratorias en la época y es uno de los cuatro centros de categoría mundial en donde esto sucede.

Panamá, probablemente, es el mejor lugar en América para contar y monitorear las poblaciones de aves rapaces migratorias. Esto se debe a que las áreas aledañas al Canal Interoceánico tienen pequeñas colinas que ofrecen excelentes puntos de Avistamiento.

Durante los 15 primeros días del mes de octubre, más de un millón de aves cruzó el Cerro Ancón, una cifra que casi siempre se alcanza a mediados de noviembre, cuando está finalizando este evento natural. Hasta el día de hoy se han contado aproximadamente 1millon 300mil aves rapaces migratorias en el Cerro Ancón en un trabajo arduo y de corazón que realizan voluntarios amantes de las aves.

Gavilán Aludo y un Gallinazo Negro ( foto tomada por Juan Pablo Rios)

Elanios Migratorios (foto tomada por Juan Pablo Rios)

Este fenómeno, único en sólo cuatro países del mundo (Israel, Costa Rica, México y Panamá), atrae a científicos y voluntarios de Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Argentina y México para contar, observar y monitorear la ruta de migración de las aves.

La misión aparte del conteo es informar y hacer que cada día más gente forme parte de este espectáculo, aprovechando nuestra situación geográfica y la riqueza de nuestro país.

Las cifras de la Sociedad Audubon de Panamá dejan ver que durante el 2004, año en que se dio el primer conteo, se contaron 1,074,078 en el Cerro Ancón. Para el 2005, la cantidad fue menor: 800,329 aves quedaron registradas. En el año 2006, el número de aves aumentó a 1,330,270. De allí en adelante, las cifras han sido superiores al millón de aves y el récord se dio en 2008 con 1,687,205 aves. Y este año aún faltan dos semanas para finalizar el conteo y ya se llego el millón de aves.

Entre las especies más numerosas que usan los bosques panameños como puerto biológico están: el gallinazo cabecirrojo, el gavilán aludo y el gavilán de Swainson. Algunas descansan, se alimentan y luego emprenden su destino final. Otras, sencillamente, harán de Panamá un hogar temporal, mientras dure el invierno en Norteamérica.

Existen catorce especies de aves rapaces que son las más comunes migrando entre las que están el Cernícalo Americano, el Merlín, Halcón Peregrino, el Gavilán Estriado, el Aguilucho Norteño, el Gavilán Colirrojo, el Gavilán Colifajeado, el Elanio Plomizo, el Elanio Migratorio, Elanio Tijereta, el Águila Pescadora, el hermoso Gavilán Aludo, el Gavilán de Swainson y el Gallinazo Cabecirrojo. De estas especies las más numerosas son el Gavilán Aludo que es pequeño y aparenta ser blanco, Gavilán de Swainson y el Gallinazo Cabecirrojo.

Estas aves necesitan pasar por tierra, no pueden pasar por mar porque no tienen donde posar, así que tienen por obligación que pasar por Panamá porque es una fuente de tierra entre Sudamérica y Norteamérica es por eso que tenemos el privilegio de ver millones en la época migratoria.

Turkey Vulture (foto tomada por Juan Pablo Rios)

Las actividades humanas han amenazado a muchas especies de aves migratorias. Las distancias involucradas en sus migraciones significan que ellas a menudo cruzan las fronteras de países y las medidas de conservación requieren la cooperación internacional. Varios tratados internacionales se han firmado para proteger especies migratorias.

Es muy importante destacar que la destrucción del hábitat por el cambio en el uso de la tierra es sin embargo la amenaza más grande y los humedales de tierras bajas, que son los sitios de parada transitoria y de invernada para aves migratorias, están amenazados particularmente por el drenaje y las reclamaciones para uso humano.

Hace algunos años habían nueve sitios de conteo a lo largo del Canal de Panamá: Gunn Hill, cerro Luisa, Gold Hill, cerro Semáforo, la isla de Barro Colorado, Gamboa Rainforest Resort, Escobal y Achiote. Sin embargo, con el tiempo y por falta de recursos y de gente para contar solo quedó un solo sitio de conteo: el cerro Ancón.

En el cerro Ancón también se puede disfrutar de espectaculares vistas de la ciudad de Panamá, del Canal de Panamá, Puente de las Américas, Puente Centenario, mar y montañas, además de la visita segura de ñeques (Dasyprocta punctata) y tucanes que merodean el área, algunas veces también se ven monos tití y armadillos, aparte de los gallinazos negros que juegan con las columnas de aire termales y muchas aves que descansan y se alimentan de los árboles frutales.

foto tomada por Ovidio JaramilloKeel billed tucan (foto tomada por Juan Pablo Rios)

Es muy importante compartir este privilegio, es por esa razón que los invitamos a visitar el Cerro Ancón. Aún faltan dos semanas para que termine el conteo de este año, que se extiende hasta el 18 de noviembre. Algunas veces corremos con la suerte de ver miles de aves rapaces migrando y algunas otras no, pero de igual forma se disfruta y da mucha alegría adquirir tanta información sobre un tema que se conoce muy poco en un país tan privilegiado en donde se da este fenómeno en un lugar tan cercano y accesible de la ciudad de Panamá.

foto de Juan Pablo RiosYellow billed cuckoo (Foto por Mariel Ulloa)

Lo mejor de todo es que cuando llegas allá arriba los voluntarios te reciben con todas las ganas de enseñarte a conocer las aves, nosotros también tuvimos la suerte de ver un ave migratoria llamada Yellow billed Cuckoo y fue muy emocionante verla tan de cerca y aprender acerca de su ruta y hábitat.

Tenemos entendido que se espera una gran cantidad de Gallinazos Cabecirrojo en estos días, de los cuales en ésta época se pueden ver por miles volando alrededor del cerro Ancón.

Al Cerro Ancón se puede llegar por carro o taxi tomando la carretera que está detrás del edificio de la Administración del Canal, hay señalizaciones claras para llegar al mirador. También se puede llegar caminando entrando al centro Mi Pueblito y de allí se sube una escalera que te conduce directamente a la carretera que llega al mirador, en una interactiva y corta caminata.

foto de Juan Pablo Rios

Damos las gracias por la atención y por la información adquirida de la Sra. Laura Reyes, que muestra abiertamente todos sus conocimientos de aves rapaces con mucha emoción y que tiene como finalidad y motivo personal que cada año asistan más personas a formar parte del conteo de aves rapaces y que en Panamá se valore más esta actividad, sobre todo en universidades y escuelas.

También damos las gracias a Juan Pablo Ríos y Ovidio Jaramillo por compartir conocimientos.