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Senderismo y Turismo Rural en Panama

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Pudiese escribir muchas cosas positivas acerca de Altos de Cerro Azul pero sin duda, este sitio tiene que ser el primero.

Estas cascadas se encuentran en las inmediaciones del Parque Nacional Chagres y para poder conocerlas se requiere de varios procesos.

Para empezar debes ir en auto particular, además solo pueden acceder a Altos de Cerro Azul las personas que residan, invitados de los mismos o bajo alquiler de alguna cabaña dentro del residencial.

Aquí todo está todo señalizado y se mantiene limpio. Para llegar a las cascadas debes ir en auto 4×4 offroad o bien, caminando. Te puede tomar entre media hora a una hora en bajada dependiendo de tus condiciones físicas. De bajada es un paseo, de regreso puede ser agotador para quien no está acostumbrado.

Al llegar al inicio del sendero homologado con pasamanos, hay un sitio de campismo que utilizan sobre todo en verano. En época lluviosa es preferible ir caminando ya que las lomas son empinadas y no es recomendable que baje un solo carro, lo preferible es hacerlo con un grupo de autos 4×4 en todo caso sea necesario un rescate. En el sitio no existe señal telefónica.

Son aproximadamente 2 km rodeado de un bosque bellísimo, repleto de plantas tropicales y enormes árboles. La fauna es exquisita, sobre todo para quienes adoran avistar aves; abundan los saltarines, trogones y gavilanes. Nos hemos topado en ocasiones con reptiles como serpientes borrigueras y boas. (Recuerda solo retirarte si ves una víbora, nunca atreverte a tocar si no conoces el comportamiento animal.)

Al parecer se trata de dos ríos diferentes que caen en la misma cuenca, luego, los mismos se unen para formar el Río Mono que termina alimentando el lago Alajuela en la cuenca del gran Chagres.

La cascada más grande de las dos es profunda, no recomendable para niños. La cascada pequeña es mucho más segura. Es necesario estar atentos a los cambios en el tiempo atmosférico, ya que en el Parque Nacional Chagres llueve de súbito y los ríos suelen crecer muy rápido.

Lo interesante de que su acceso quede dentro del residencial es que independientemente de que nos pueda molestar que el mismo no sea libre, es necesario tomar en cuenta que el sitio está tan bien cuidado, homologado como pocos senderos en la Ciudad de Panamá, no encontramos un solo resquicio de basura ni mascarillas colgantes. Aplausos para Altos de Cerro Azul porque han cumplido su promesa de resguardar las fuentes de agua anexas al residencial y eso, es magní­fico.

¿Qué llevar?
En Altos de Cerro Azul no existen tiendas ni mini super, debes llevar todo.
Agua, snacks, ropa ligera.

Recuerda al Visitar, no ensuciar. Recoge tus desechos y si es posible mejor no dejarlos en el residencial de Altos de Cerro Azul ya que ellos no cuentan con servicio de recolección regular.

Messup - Nusugandi (352)

Aquel día salimos a eso de las 9am; teníamos planeado hacerlo más temprano, pero no recuerdo si la tardanza fue a causa de mis compañeros o desperfectos mecánicos del autobús.

El autobús, de alguna ruta entre Chepo y La Mesa. Se tomó una hora y media más o menos hasta llegar a la entrada del Llano, Cartí. De ahí 19 Km. más de carretera no pavimentada, y comprendo ahora, que solo esos buses logran hacer tales maniobras. (Ya la carretera está pavimentada en gran parte del tramo, cuando fuimos, no lo estaba)

En la mitad del camino están personal del Congreso General Guna, donde los carros deben detenerse por algunos minutos, ellos cobran USD 6.00 por persona para entrar a la comarca de Guna Yala.

Nusagandi es un área que se encuentra ubicada en la mitad del camino El Llano “ Carti. El Llano es una comunidad que está a orillas de la carretera Panaméricana cerca de Chepo. Por otra parte, Carti, el otro extremo del camino, corresponde a un área de tierra firme en las costas del Corregimiento de Narganá en la Comarca Guna Yala. En el área de Nusagandi no hay población radicada.

Llegamos al «Hotel», El lodge de Nusagandi, una edificación de madera con 2 pisos y un balcón con vista hacia la selva tupida, con los baños a unos 30 metros del edificio, el comedor en una lomita a unos 50 metros de la misma. Nos dividimos en dos, las damas dormirían arriba, los varones en la planta baja.

Lo mejor que se puede hacer es llevar sabana y almohadas propias ya que es un lugar poco visitado y más bien ecológico, a donde se va a ver  la naturaleza y sus componentes, más importante que el lugar para dormir.

Nusagandi está dentro de los límites de una reserva de vida silvestre, conocida como el Área Silvestre de Narganá, creada por Pemansky, un grupo conservacionista de Guna Yala. Todas las personas que trabajan en este lugar son Gunas, te atienden excelentemente bien y a la vez de una manera muy humilde y son ellos los que te guían ya que son los únicos que conocen estos terrenos a la perfección.

Los científicos del Smithsonian se han referido muchas veces a esta reserva como una de las diez más importantes del mundo en términos de variedad de flora y fauna y nos consta.

El Sendero Ina Igar (sendero de plantas medicinales) fue el primero en visitar, recuerdo que nos mostraron más de 50 plantas endémicas, tiene una extensión se 1.3Km., caminata nivel bajo, acompañada con la explicación de cada planta, marcadas con sus nombres y muy bien cuidadas. Fue gracioso ver que entramos por un camino casi invisible cerca de la carretera de piedra y salimos por la parte de atrás del lodge.

Aquel primer día, no teníamos planeado visitar ningún sendero más, pero convencimos al guía y éste junto con nuestro profesor, accedió a llevarnos.

El Sendero Yannu Igar (sendero de pecari o zaíno), en este sendero caminamos bastante, nos enlodamos demasiado y tuvimos que utilizar el sentido de apoyo y ayudarnos unos a los otros para poder cruzar los barrancos y pequeñas trochas que había a nuestro paso.

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Todo aquel que en algún momento fue enemigo, olvidó sus rencores en este camino para sobrevivir a la aventura. Fui tan divertido que casi todos nos caímos a causa de lo resbaloso del sendero.

También vimos una serpiente de tamaño considerable y el guía nos prohibió hacerle daño, ya que lo que está dentro de la reserva es intocable. Más adelante tuvimos la experiencia fenomenal de ver monos en su vida silvestre, los cuales nos arrojaban coquitos.

Y llegamos a un río muy frío y caminamos sobre las piedras hasta llegar a una pequeña cascada escondida. Allí nos tomamos muchas fotos y nos refrescamos. Al salir de la cascada, una compañera sufrió de calambres e intenté ayudarla dándole un masaje en los pies, seguimos caminando y entonces fui yo la sufrida, ya que se me bajó el azúcar por no haber desayunado bien, así que tuve que caminar todo el sendero de regreso con la ayuda del guía y de mis compañeros. He aquí la importancia de comer bien al hacer este tipo de ejercicios.

Llegamos al lodge y nos dimos un buen baño con las aguas recicladas de la lluvia y ya en la noche nos reunimos en el balcón a conversar. Ya a eso de las 11pm nos fuimos a dormir y sinceramente yo no pude dormir mucho, escuchando el sonido de la naturaleza: animales aullando, gritando, era un solo alboroto hermoso y perfecto que solo la madre tierra puede emitir.

Al día siguiente, me desayuné bien y me preparé para el siguiente sendero, El Ibe Igar (sendero de la cascada) con una extensión de 2.06 Km. lleno de lodo y barrancos, pero que a pesar de todo, lo sentí de menos dificultad, tuvimos que pasar sobre varias quebradas con bosque de hermosura admirable, hasta llegar a la gran cascada que se oía a los lejos. Una cascada de unos 8 a 10 metros de alto, con un charco considerablemente hondo. Bajo la cascada, nuestros guías instalaron una cuerda gruesa para deslizarse por ella y pasar por debajo y sentir su fuerza. Hubo quienes hicieron clavados, nadaron, tomaron sol, fotos y cualquiera actividad que pudieras realizar en medio de la selva.

Ya después caminamos de regreso a al lodge y el bus nos esperaba para ir de vuelta a la ciudad.

Un inolvidable paseo que despertó en mí el amor a la naturaleza y a sus senderos.

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