Nos dimos una vuelta por La Pintada, corregimiento del distrito del mismo nombre ubicado en la Provincia de Coclé, que incluye otros corregimientos como El Harino, El Potrero, Llano Grande, Piedras Gordas, Las Lomas y Llano Norte.
Un amigo del site publicó en nuestro facebook que visitaramos este lugar y accedimos a ir pues La Pintada es un lugar del que casi todos los panameños hemos escuchado hablar y realmente es muy interesante. Llegar fue muy fácil, tomando un autobús desde la Terminal de Albrook hacia Penonomé y en el mercado tomamos una «chiva» hasta La Pintada, a 15km del centro. Llegar en auto también es fácil, manejas hasta el Parque Simón BolÃvar en Penonomé, y tome la carretera que pasa a un lado de la policÃa.
La Pintada es un lugar conocido popularmente por ser en donde se fabrican mayormente los «sombreros pintados» tan folclóricos de nuestro paÃs. Lucir un buen sombrero “pintao†es sÃmbolo de orgullo y distinción para cualquier panameño celoso de sus raÃces.
Es importante recalcar que en este distrito lo que más se produce es el café y  cÃtricos especialmente de la riquÃsima naranja.
La Pintada, culturalmente es un Distrito muy rico y variado, posee una de las tradiciones sociales y religiosas con más de 250 años de trayectoria, herencia del periodo Colonial, llamada El Topon, la cual encierra el peregrinaje de dos imágenes religiosas, La Virgen MarÃa llamada La Pascualita, y el niño Dios.
Para el año de 1812 ya existÃa un caserÃo en la región y en 1840 fue creada su parroquia con el nombre de Concepción del Valle, el cual es su verdadero nombre colonial; pero fue sino hasta el 19 de octubre de 1848 cuando La Pintada se estableció como distrito.
Casualmente, nuestra visita fue un viernes santo y nos topamos con la algarabÃa de los que adornan el pueblo para esperar la viacrucis de Jesucristo. En cada esquina habÃa un pequeño altar con indicaciones de que allà se debÃa detener la procesión para proceder al rezo.
Conocimos el famoso balneario Los Algarrobos, pero a causa de las lluvias, estaba sucio. Caminamos buen rato por el pueblo, adornaban los santos, todo estaba tranquilo. Fuimos en busca de un lugar para acampar y encontramos un hotel, a casi 20 minutos del pueblo en auto, pero que lastimosamente solo tenÃa cabañas para dormir más no área para acampar. Nos regresamos ya que para nosotros es esencial tener un lugar de acampada seguro en donde poder dejar pertenencias mientras recorremos otros lugares, y en el caso de La Pintada, los lugares de interés están muy lejos uno de otro.
Uno de los puntos que más nos llamó la atención fue el imponente cerro OrarÃ, un pico que adorna las vistas del pueblo y se ve desde todos los rincones. A lo lejos se entorna el cerro Guacamaya y hacia un lado, El Picacho de La Pintada.
De regreso corrimos a sacar la mano en la carretera a ver si alguien nos querÃa regresar al pueblo y un señor que venÃa de Coclesito nos llevó hasta Penonomé, venÃa de un grato dÃa de venta de pescao’ al norte de Coclé, compartimos una muy grata conversación.
Cuentan los lugareños que La Pintada tomó su nombre actual pues, contrariamente a la costumbre de la época en que las viviendas eran de barro y sólo algunas se pintaban con cal blanca, existÃa en El Valle de La Concepción una casa pintada de varios colores, propiedad de Pedro Apolayo, la cual era a la vez la única tienda de abarrotes del área, y que la gente para identificar que iban hacia allá decÃan: vamos para la casa pintada. Esto hizo que dicho caserÃo con el transcurrir del tiempo fuese identificado con dicho nombre.
Nos queda regresar con más tiempo para subir el cerro OrarÃ, el Guacamaya, visitar los tan mencionados Petroglifos de La Albina, testigos de muda cultura y caminar hasta encontrar todos los rincones hermosos de este corregimiento. Esta visita relámpago fue genial y prometemos una próxima visita para un mejor reportaje de La Pintada de Coclé.