El Parque Internacional La Amistad (PILA) es un parque transfronterizo creado por los gobiernos de Costa Rica (PILA–Costa Rica) y Panamá (PILA–Panamá), al integrar la Reserva de la Cordillera de Talamanca y el Parque Nacional La Amistad, respectivamente. Esta fusión dio origen a una sola entidad con una dirección compartida entre ambas naciones.

El parque fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y, en 1988, recibió también la designación de Parque Internacional de la Paz, atendiendo una recomendación del mismo organismo internacional.

De origen volcánico —como lo evidencian las numerosas tobas volcánicas presentes—, el parque cuenta con una orografía compleja, caracterizada por valles escarpados, grandes acantilados y los picos más altos y espectaculares del país. Entre ellos destacan el Cerro Fábrega (3,325 m), el Cerro Itamut (3,279 m) y el Cerro Echandi (3,162 m).

El clima varía considerablemente dentro del área protegida. Por ejemplo, la temperatura media anual en las cimas más altas ronda los 5 °C, mientras que en las planicies sedimentarias de la vertiente caribeña puede alcanzar hasta los 24 °C.
La precipitación media anual oscila entre los 2,500 mm y los 5,500 mm, lo que convierte al PILA en una de las regiones más húmedas del territorio nacional.

He tenido la oportunidad de visitar esta maravilla natural en varias ocasiones, siempre disfrutando del espectacular paisaje del poblado de Las Nubes, en Cerro Punta, con sus característicos cultivos. Y, por supuesto, nunca dejo de pasar por Guadalupe para disfrutar unas deliciosas fresas. Por estos lares, ¡hay mucho por hacer y descubrir!

Lo que más agrada a mis sentidos es el bosque nuboso y premontano del neotrópico, el cual es un claro indicador de la alta biodiversidad del área. Basta con prestar un poco de atención para ver una gran variedad de insectos y pequeños reptiles caminando por las barandas de los senderos.

Hace algunos años, acabábamos de regresar de la cascada cuando el guardaparques nos contó que unos turistas habían tenido la suerte de ver un jaguar melánico. Lastimosamente, esa no fue mi suerte aquella vez.

Llegar a la cascada no fue fácil para algunos del grupo, lo cual es totalmente comprensible: la mayoría vivimos a nivel del mar, mientras que este sendero se encuentra a 2,453 metros sobre el nivel del mar, algo poco común para nuestro cuerpo y nuestra capacidad física habitual.

El Sendero de la Cascada tiene un recorrido de aproximadamente hora y media a dos horas, con una distancia de 2 kilómetros, pero cada paso vale la pena. El sitio es fantástico, no solo por la abundancia de vida silvestre que se puede observar, sino también por la exuberante flora. Eso sí: ¡el agua de la cascada está helada!

El Sendero El Retoño es ideal para la interpretación ambiental, ya que permite observar la interacción entre los diversos ecosistemas que conforman un bosque maduro y aquellos que son bosques secundarios. En el recorrido, es posible apreciar la rica diversidad de aves, insectos y también huellas de muchos animales que habitan en el área.

Su recorrido dura aproximadamente una hora y media e inicia desde la sede administrativa. Es ideal para todo público pues no presenta irregularidades en el relieve y su trazado se elaboró considerando el paso a través de pequeños arroyos. El circuito posee una distancia de 2.4 kilómetros y su altura máxima alcanza los 2302 metros sobre el nivel del mar.

Al visitar el Parque Internacional La Amistad (PILA), debes estar preparado para aventuras entre ríos y montañas vírgenes, rodeado de bosques densos y húmedos.

En la provincia de Bocas del Toro, se encuentra el área conocida como Panajungla (antiguo sitio de entrenamiento militar en la selva), donde se puede caminar para observar aves y visitar comunidades indígenas autóctonas, como el Grupo Teribe. Allí, puedes conocer su Palacio Real, admirar sus artesanías tradicionales y disfrutar de actividades como el canotaje y la pesca en las aguas del río Teribe.

Una de las aves más emblemáticas del parque es el quetzal (Pharomachrus mocinno), famoso por su exuberante plumaje rojo y verde.

Es posible alojarse en la sede del PILA, siempre y cuando se realice una reservación previa. El parque estuvo cerrado por casi tres años, desde 2014, debido a los desbordamientos ocurridos en la zona, que causaron fuertes daños en su infraestructura. Finalmente, fue reabierto en 2017, restaurando el acceso a esta joya natural.