Cuando un sitio se vuelve popular, suelo sentir cierta reserva. Pero la curiosidad pudo más… y fuimos a explorar Venas Azules.
Las fotos aéreas lo hacían ver exclusivo y misterioso. Me preguntaba dónde quedaba, ya que mi madre vivió en Portobelo y nunca habíamos oído hablar de ese lugar.
Al llegar, descubrimos que el nombre fue acuñado recientemente por un grupo que lleva turistas allí. Nos pareció un acierto: es llamativo. Sin embargo, las verdaderas “Venas Azules” están en los alrededores de Isla del Padre, más cerca de la comunidad de José Pobre o José del Mar que de Portobelo.
A José Pobre se llega en un buen sedán o 4×4, ya que el acceso es por camino de tierra que bordea una parte del Parque Nacional Portobelo, casi hasta el mar.
La hospitalidad en José Pobre es excelente. Nos encantó ver su entusiasmo por desarrollar un turismo de calidad. Los lancheros, siempre dispuestos a ayudarte, transmiten un verdadero sentido de responsabilidad.
Una vez en la lancha, nos llevaron a Las Venas Azules, un lugar mágico de aguas cristalinas y turquesas. Nuestro guía nos comentó que entre semana el agua es aún más clara, cuando hay menos visitantes.
