La Feria de las Flores y del Café es una organización sin fines de lucro, creada mediante la Ley No. 40. Sus inicios se remontan al año 1950, cuando surgió como el Festival del Café. En sus primeras ediciones, la exposición era un evento intermitente que se celebraba únicamente cuando la comunidad lograba organizarse para ello.

De 1950 a 1969, el Festival del Café —como se le conocía entonces— se realizó solo en cuatro ocasiones: 1950, 1957, 1961 y 1969. Sin embargo, el 9 de abril de 1970, un día antes de inaugurarse la quinta edición, el distrito fue afectado por graves inundaciones. Ante esta adversidad, los boqueteños, lejos de rendirse, decidieron un año después establecer de forma permanente una exposición que mostrara al país lo mejor de su producción: sus flores y su café.

Uno de cada tres boqueteños perdió su casa, y la reseña histórica de la Feria de las Flores y del Café registra que en 1971, un año después de la tragedia, gracias a la iniciativa de Carlos Enrique Landau, Alberto Federico de Alba y bajo la presidencia de José Isabel Ruiz, se llevó a cabo el sexto Festival del Café.
Se construyeron obras para embellecer el pueblo, y la reina del festival fue la señorita Brenda Aguilar. El parque Domingo Médica fue el escenario principal de la festividad.
A partir de 1973, el Festival del Café pasó a llamarse Feria de las Flores y del Café, y desde ese año hasta 1991 se celebró en el mes de abril.

A inicios de la década de 1990 se cambió la fecha de la festividad al mes de enero, con el fin de aprovechar la estación seca. Desde entonces, la Feria de Boquete se celebra durante 10 días.
Esta colorida feria se distingue por sus campos repletos de flores, cuidadosamente sembradas para formar imágenes y adornar las veredas con un sendero floral que va desde rosas hasta tulipanes y girasoles.

En la noche, el río Caldera refresca el ambiente y los visitantes lucen sus mejores atuendos, adecuados para el frío característico de Boquete. Es el momento perfecto para disfrutar de un delicioso café, un sancocho o, en mi caso, un chocolate caliente.
Durante el evento ferial se pueden adquirir artesanías —nacionales y extranjeras—, plantas, dulces, productos promocionales y una gran variedad de artículos y servicios propios de esta celebración.
Cómo llegar:
En la mañana aprovechamos para tomar mejores fotos de las flores. Fue un completo deleite verlas de cerca, sembradas con esmero en cada rincón. Este año pudimos apreciar una creación hermosa: la bandera panameña hecha con flores rojas, blancas y azules, algo verdaderamente espectacular.
Todo esto, sin dejar de lado la belleza de Boquete, que con el calor de su gente compensa el frío de sus vientos.