Hace una semana, estando en Chorrera tomándonos el clásico chicheme (bebida panameña), nos pusimos a pensar qué lugar cercano visitar. Tomamos el mapa y decidimos un lugar hermoso, muy poco visitado: Capira y sus montañas, el valle de Lídice, el Cerro Trinidad y la nueva carretera que conduce hacia Cacao.
Entramos justo después de pasar el puente que le sigue a la panadería Cesarín, en el corazón de Capira, a orilla de la calle.
Lídice es solo uno de los poblados que están en las faldas del Cerro Trinidad, de 969 metros sobre el nivel del mar, así mismo como el Cruce detrás del cerro.
Luego de cinco minutos de recorrido en la carretera hacia Lídice, ya el paisaje cambiaba. El verde toma su lugar en este sitio, y a medida que avanzas se va viendo el Cerro Trinidad desde distintas esquinas; el clima cambia a fresco y puro.
Lídice es uno de los trece corregimientos del distrito de Capira de Panamá. La comunidad se encuentra en las faldas del Cerro Trinidad, en un valle de tierras fértiles y llanas, serpenteado por el río Perequeté. Tiene una superficie de 44.4 km² y limita con los siguientes corregimientos: al norte con Caimito; al sur con Campana; al este con Capira cabecera; al oeste con El Cacao.
Desde principios del siglo XIX estas tierras fueron utilizadas para pastar al ganado, entregando en diezmo a la Parroquia de San Isidro. Su nombre original era “El Potrero”, pero por inquietud de los moradores se ordenó el cambio del nombre por el de “Lídice”. Este nombre es un homenaje a Lídice, comunidad de Checoslovaquia destruida el 4 de junio de 1942 por orden de Adolfo Hitler. La ONU decretó que en cada país debía haber un pueblo, calle, plaza o edificio que llevara este nombre en memoria de sus habitantes, y le tocó a Capira.
Desde una loma antes de mi casa, se puede ver el Cerro Trinidad, así como desde muchos puntos de Arraiján. Cuando uno va en la carretera Arraiján – Chorrera, puedes ir viendo cómo aparece y desaparece entre las curvas. Incluso en el centro de Chorrera, justo cuando uno va en la carretera central, mirando hacia el frente se ve claramente el Cerro Trinidad. La forma de este cerro es enigmática, casi siempre tapado por las nubes que lo cubren en la cima. Tiene unos picos impresionantes que sobresalen en la cordillera central, la cual a partir de allí reduce la altitud de sus cumbres para dar paso a las colinas.
Los ríos y quebradas más importantes del valle de Lídice y alrededores son: río Trinidad, Caimito, Caimitillo, río Bollo, Perequeté, quebrada Murciélago, Cerro Pelao, Cecilia, Ballestera, Caña Blanca y la Chapa.
Sus comunidades son: Caimitillo, Majara, Felipina, El Murciélago, El Coco, Las Tablitas, El Bongo, San Isidro, San José, Pueblo Nuevo, Pedregal, Barraza, La Pela Diente, Los Duendes, El Creo, Don Bosco y La 31 de Octubre, fecha de fundación del corregimiento de Lídice el 31 de octubre de 1943.
Lídice es hoy en día uno de los corregimientos más importantes del distrito de Capira. El fértil valle produce distintos rubros como naranja, café, yuca, ñame y otros.
Las vistas desde Lídice son hermosas, el clima es fresco, y a lo lejos se ve el Cerro Trinidad como el rey de la región. En las tardes, el sol pasa por detrás de su cima y refleja su sombra en el pueblo.
Luego de pasar Lídice, se observa un precioso paisaje, parecido al que se ve desde Campana: Punta Chame, algunas islas, parte de Capira, Cermeño, entre otros lugares.
Justo cuando pasamos por la comunidad de San Isidro, vimos la nueva carretera que conduce hasta Cacao y otra hasta El Cruce. Esta carretera fue construida en el año 2009 y está en perfectas condiciones. Tomamos la calle de la izquierda y seguimos recto. Llegó un momento en que la calle nos llevaba directo al cerro; estábamos allí, debajo de él. De pronto podíamos ver del otro lado: Cacao, Caimitillo, Aguacate Arriba. Seguimos el camino hasta llegar a un lugar que le llaman El Cruce, donde la carretera se divide hacia Trinidad, Cacao y Aguacate. Allí preguntamos cuál era la comunidad que seguía y si el carro podía pasar por la carretera. Un señor muy amablemente nos dijo que sí se podía seguir hasta llegar a la carretera pavimentada de Cacao y desde allí salir a la carretera Panamericana.
Hicimos caso y seguimos el camino; cada vez la carretera era más difícil y de piedras sueltas. Decidimos arriesgarnos a continuar, hasta que tuvimos la gran sorpresa de encontrarnos con un río que había que cruzar. Así que dimos la vuelta y decidimos regresar, pues ese río es solo para carros 4×4; se veía bastante fuerte.
De regreso tuvimos un par de problemas de tracción, pero finalmente logramos continuar. En el camino nos encontramos con el señor que nos había ayudado con las indicaciones. Iba caminando hacia fuera en busca de un transporte que lo llevara hasta Capira con su familia. Le dimos el aventón y, de paso, conseguimos un guía para pronto ir a subir el Cerro Trinidad, que será una nueva exploración de un cerro casi inexplorado, considerado intocable por muchos desde la distancia.
Capira es, sin duda alguna, una perla de Panamá, con sus valles, montañas y ríos que deslumbran a quienes recorren sus caminos. Algunas veces no hay calles pavimentadas, pero siempre vale la pena aventurarse. Siempre más allá, y mientras más lejos llegas, más hermoso se pone.