Salto Jordanal, una belleza de 40 metros de alto, en un bosque nuboso exquisito.

“El Árbol que conmueve a algunos hasta las lágrimas de alegría, es a los ojos de los demás solo una cosa verde que se interpone en el camino.”

William Blake

El bosque nuboso aquí es simplemente increíble. Grandes árboles cubiertos de musgo envuelven el paisaje en un aire de cuento encantado. Pequeñas gotas condensadas cuelgan de sus bordes, suspendidas entre los tonos verdes como si flotaran. Enormes bromelias de flores rojas, y otras con patrones atigrados, decoran las esquinas del sendero como si hubiesen sido colocadas estratégicamente.

Las orquídeas son comunes en este lugar, aunque para mí cada una es motivo de asombro —algo que a Yonathan, nuestro guía, le causa gracia porque para él son parte del día a día. Los philodendros son monumentales; vi algunos brillando con tonalidades tornasoladas, especialmente el Philodendron verrucosum, ¡una maravilla! De las begonias, mejor ni empiezo… hay tantas que parecen crecer como pasto.

Existen dos formas para llegar al salto. Uno es por Río Indio y el otro por el residencial Altos del María. Por Río Indio se pueden tomar aproximadamente 3 horas hasta llegar al bosque encantado del que escribo. De ahí­ desciendes en minutos.

Desde Altos del Marí­a se camina aproximadamente una hora a paso muy tranquilo. En nuestro grupo iban incluso 2 niños.

Aclaro, para acceder al residencial es necesario tener casa dentro del mismo, alquilar o por supuesto ir a visitar alguna amistad o familiar, que fue nuestro caso. En Altos del Marí­a existen muchos atractivos naturales muy bien estructurados para ser visitados de la forma más cómoda, por excepción del salto de Jordanal ya que aunque su acceso es más oportuno por medio del residencial, no tiene un acceso homologado, quizás porque es un atractivo algo alejado.

Después de recorrer un sendero fangoso, descender entre la espesura del bosque y bordear una imponente pared de roca, el sonido del agua nos anunciaba que estábamos cerca. Al fin, entre los árboles y la piedra, apareció: una majestuosa cascada que emerge desde la pared misma, dando forma a un estrecho cañón.

La caída tiene unos 40 metros de altura, y su chorro vigoroso golpea con fuerza la poza, creando olas que reflejan la intensidad del lugar. Es salvaje, perfecto para quienes buscan aventura y no temen sentir esa vibración que solo la naturaleza indómita puede ofrecer.

Si alguna vez has visitado Charco Verde en Sajalices, el color del agua en Jordanal te resultará familiar. Las tonalidades turquesa dominan la escena, haciendo que el paisaje parezca sacado de una postal mágica.

El río continúa su curso y cae en un precipicio de rocas inmensas, perdiéndose en la espesura de una serranía perfecta, donde la niebla envuelve el paisaje y su bruma congela hasta los cuerpos más fríos. Los tucanes picoiris delatan su eterna presencia en el bosque; sin embargo, a veces vamos tan concentrados en avanzar que olvidamos observar. Miré hacia arriba… y todo era vida.

Si decides aventurarte hasta aquí, no olvides llevar ropa extra, preferiblemente dentro de un dry bag o cartucho estanco, porque mojarte es inevitable, sí o sí.


Nivel del sendero:

  • Desde Altos del María: Nivel intermedio. Acceso solo en vehículo 4×4 hasta la entrada del sendero.
  • Desde Río Indio o Jordanal: Nivel avanzado. También requiere 4×4 hasta el inicio del sendero.

Después de esta caminata, visitamos el Chorro de Las Doncellas, ubicado dentro del residencial. Pero esa historia queda para otro post. Altos del María es, sin duda, un lugar fenomenal… para quien puede costearlo.

Guía recomendado en el área de Chame: Yonathan – 6253-4610

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