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Senderismo y Turismo Rural en Panama

Bajo Bonito es una hermosa comunidad del corregimiento de Cacao del distrito de Capira en la provincia de Panamá. Tiene una población  aproximada de 357 habitantes y es un lugar rodeado de montañas.

La primera vez que fui a Bajo Bonito, tenía alrededor de 8 años y el viaje fue en familia: tíos, primos, etc. En aquel tiempo cuando la chiva (transporte) bajaba las pendientes, mis tí­as preferí­an bajarse y caminar, con el miedo de que se saliera del camino.

¿Cómo me enteré de la existencia de éste lugar y cómo llegué a él? Mi tía Hilda, maestra de profesión, fue enviada a trabajar a Bajo Bonito hace más de 22 años. En aquel tiempo, llegar allá era una travesía que incluía llegar en transporte público hasta Cacao de Capira y luego tomar un caballo por varios pares de horas y en la mayoría de las ocasiones caminar desde Cacao a Bajo Bonito.

Ella hizo muy buenas relaciones amistosas en el lugar y fue así cómo los lugareños la tomaron como una nativa más, tanto así que a su casa aún llegan personas de Bajo Bonito a hospedarse cuando vienen a hacer sus mandados a la ciudad de Panamá.

De esa forma, hace poco pude conversar con la señora Saturnina de apodo «Tunina» y le dije que quería regresar a esas montañas a caminar y ella me ofreció la información necesaria.

Fácil de fácil acceso no es, las «chivas» o más bien no salen a diario para Bajo Bonito ni mucho menos a toda hora, hay como quien dice: perseguirlas hasta encontrarlas. Ya me había ido un fin de semana antes a averiguar sin encontrar resultados, luego Tunina me dijo por quien preguntar y llamar y así­ fue como un viernes a la 1 de la tarde estábamos montados en una chiva repleta de gente con productos y gasolina rumbo a montaña adentro en Capira.

Hasta Cacao la chiva se toma aproximadamente 45 minutos y la calle es pavimentada. De ahí a Bajo Bonito es 40 minutos más en verano, dependiendo de la dificultad del terreno, pues en invierno toma más tiempo llegar.

En el camino se observan claramente cerros como el cerro Trinidad, cerro Ciri Grande, Altos del Marí­a y parte del P.N. Altos de Campana. La calle de pronto se cerraba por helechos que podíamos casi tocar sacando las manos del transporte.

Justo antes de llegar al poblado, vislumbré desde la chiva a una señora caminando loma abajo, era la señora Tunina con su motete que iba rumbo a Bajo Bonito desde la comunidad del Jagua, cruzamos una quebrada y la chiva nos dejó en frente de un puente.

Nos quedamos en la casa de la Asociación Medalla Milagrosa en donde se reunía la comunidad para organizar sus cosechas, que contaba con paneles solares que daba electricidad hasta para 6 casas, pero preferimos ahorrar y no dañar la paz natural del lugar. [Año 2011]

Allá alzamos nuestra tienda de acampar y nos pusimos a cocinar en el fogón de leña, pues llegamos al atardecer y se hacía de noche.

En Bajo Bonito no hay luz [año 2011], hay agua pero son pocas las casas con sistema de tuberías, no existen infraestructuras de alojamiento, pero hay muchos espacios en los que se puede acampar.

Luego de haber cenado y reposado nos fuimos a bañar al río, que pasa por toda la comunidad, ya casi se hacía de noche, encontramos una charca que nos llegaba al cuello, con un espacio pequeño, digamos «personal» para nadar. Vale decir que aquí­ los ríos son increíbles, de aguas mansas y claras. Se trata del río ­Ciri Grande, que baja por toda la comunidad de Bajo Bonito y se va ensanchando a medida que llega al lago Gatún.

La subcuenca del río Ciri­ Grande limita al norte con el lago Gatún, al este con la subcuenca del río Trinidad, al sur con la divisoria continental y al oeste con la subcuenca del río Indio. Esta cuenca es parte importante del Canal de Panamá.

En Bajo Bonito hay tiendas donde venden enseres básicos como pan, arroz, carnes enlatadas, algunos snacks y jugos. El medio de transporte que predomina es el caballo, pocos carros 4×4 y ganas de caminar.

 

La diversión es abundante, a la mañana siguiente caminamos un par de horas hasta la comunidad de La Gloria, subimos y bajamos pendientes pronunciadas y disfrutamos de hermosas vistas.

Al regreso nos metimos nuevamente al río hasta el cansancio. Al atardecer cocinamos y cuando anocheció la señora Tunina nos llamó para ofrecernos comida, un plato de arroz con guandu delicioso. Nos quedamos hasta tarde tomando cafe y charlando con la familia en medio de la oscuridad, viendo las luciérnagas y escuchando el croar de las ranas y los cuentos del señor Francisco, que hace muchos años migró de Sofre en Coclé, a las montañas capireñas en donde conoció a Tunina, que según nos contó, nació en Bajo Bonito.

Nos fuimos a dormir y a pesar de estar en pleno verano, en el Bajo nunca dejó de llover, serenaba por las noches, lo que ayudó a que nuestro sueño fuera más profundo.

Pensábamos irnos el domingo, así­ que nos levantamos temprano y luego de desayunar lo que nosotros habíamos llevado, nos llamó la señora Tunina para ofrecernos cafe ( a lo que nunca digo que no) y nuevamente fuimos engañados, pues nos esperaba un plato hondo, repleto de yuca y pollo frito.

Luego de lujuriar las orquídeas, rosas y zamias a la tía Tunina, el señor Francico se ofreció a mostrarnos los sembradíos de culantro, caminamos por detrás de la casa y vimos que arriba en una pendiente tienen culantro sembrado en terrazas y parcelas. Para cultivar el producto en sus dos variedades coyote y criollo han recibido el asesoramiento de otras instituciones respecto al manejo del terreno al estilo terrazas o escaleras y el uso de sistemas de riego para la época de verano. El clima ideal de las montañas de Capira, la radiación solar, precipitación lluviosa, temperatura y tipo de suelo son factores que contribuyen al desarrollo anual sostenido de este producto que se vende en supermercados como El Machetazo y El Rey. Los productores utilizan abonos orgánicos, lo más amigables posibles con el ambiente y así evitar daños por contaminación.

En todo el recorrido vimos gran cantidad de aves, reinitas, tucanes, tangaras, colibríes, ruiseñores, entre otras. Nos contaron que en el poblado hay ñeques, conejo pintado, zarigueya, armadillo y algunas veces han visto llegar un manigordo que se come las gallinas. Anselmo vio un mono cerca del río.

Desafortunadamente no existe centro de salud y los pobladores se ven en la necesidad de salir hasta Cacao, en donde está el centro de salud más cercano, generalmente por fiebres, embarazos, picadura de serpiente, pues estando cerca de la montaña, éste es un sufrimiento común. Es frecuente ver personas con cicatrices en el rostro pues hace algunos años hubo un incremento de picadura de Leishmaniasis, una chitra o jejen que altera el ritmo metabólico del ser humano y tiene efectos permanentes en la piel; y debe ser controlado adecuadamente.

Supimos de un chorro cercano al pueblo, pero el señor Francisco prefirió acompañarnos pues el camino no estaba marcado. Con machete en mano fue abriendo sendero, cruzamos una quebrada, subimos un barranco adivinando pasos y trepados en un precipicio, vimos el chorro que nos transmitió miedo, no había por donde bajar y a su caída de agua se formaba un remolino.

El tiempo era corto y se hacía ­tarde para nuestro regreso a la ciudad, caminamos de regreso y nos quedamos en una parte del río de aguas mansas, a la que los pobladores llaman La Paila.

Regresamos al centro y nos enteramos de que era difícil  que el transporte regresara pues había salido con unos jugadores de béisbol a Cacao y seguro regresaba en la noche, ese era el único transporte del día, asi­ que en la tarde, subimos al cementerio que es el único lugar en donde se consigue señal de celular [año 2011] y fue así como avisamos a nuestro familiares que nos quedaríamos un día más. Mientras llamábamos pasaron volando varios gavilanes y a lo lejos un pájaro carpintero picoteaba una palma.

Una noche más, ¡Genial! Nos fuimos a bañar al río ­nuevamente, ¡qué delicia! Otra noche para tomar café conversar en la oscuridad, la lluvia nos encerraba y el caballo, de nombre Llanero relinchaba en la madrugada.

Muy temprano nos fuimos en la primera chiva que salió hacia Chorrera con el pensamiento palpitante de regresar pronto y con más gente, pues éste es un paraíso por compartir, siempre y cuando se respete así como los pobladores respetan sus ríos. Que rico la vida del campo, lugares como éste dan la esperanza de una vida al natural, en tranquilidad y fuera del bullicio atormentante de la ciudad. Destinos como Bajo Bonito, deben formar parte de la agenda de un verdadero explorador de Panamá ¡recomendado!

Fotos

4 Comments

  1. Anselmo Rodriguez on marzo 27, 2012 11:57 pm

    Excelente y un placer conocer este sitio, listo para regresar y bien recomendado.

  2. Carlos on febrero 24, 2016 2:04 pm

    Hola me ha gustado mucho tu post sobre bajo bonito. Estoy interesado en visitar la comunidad ya que me interesa conocer las tecnicas de produccion de culantro que se dan en ese lugar. Agradeceria pudieramos comunicarnos de tal forma que pueda tener algun contacto para llegar alla.

  3. Enlodados.com on febrero 24, 2016 4:43 pm