Archivo de la etiqueta: turismo

Emberá Drua, Parque Nacional Chagres

Esta vez fuimos a un lugar inimaginable, tuvimos la dicha de por primera vez, pasar sobre las aguas del río Chagres, el más grande afluente de la República de Panamá.

Entramos por la Cabima, que esta situado en la carretera hacia las Cumbres, nos detuvimos en el Restaurante Pio Pio de la Cabima y preguntamos por donde llegar a Puerto Corotú.

Tomamos la carretera justo a mano izquierda de frente a dicho restaurante  y fuimos preguntando hasta llegar a la monstruosa fábrica de Cemento Bayano, verdaderamente desagradable y de ahí seguimos hasta ver las señalizaciones de Parque Nacional Chagres y Puerto Corotú.

Llegamos al gigante árbol de Corotú, característico de que estábamos en el puerto del Lago Madden conocido mejor como Lago Alajuela.

Una vez allí preguntamos por Iván, con el cual había hablado solo por teléfono móvil y lo imaginaba como guía turístico de alguna empresa o parecido, cuando él salio a nuestro encuentro iba ataviado solo por un taparrabo y una falda de chaquiras. Nos puso en contacto con Miromel, un indígena Emberá que no hablaba nada de español.

De repente apareció un señor en 4weel con uniforme de la ANAM a cobrarnos la entrada al Parque Nacional Chagres y a reprendernos por no haber parado la garita, nada visible. El costo por entrar a este Parque Nacional es increíblemente de 5 dólares por persona panameña (luego supimos que eran 3$).

Entre señas y gestos Miromel nos indico que nos subiéramos a la piragua, un medio de transporte tradicional de los indígenas para llegar a sus hogares, de unos 6 metros de largo por menos de un metro de ancho. Miromel nos preguntó qué queríamos hacer primero y cual era nuestro itinerario.

Nos cuentan que en los años 70 el señor Emiliano Caisamo salio del Darién con su familia hacia la ciudad de Panamá, para buscar progreso en cuanto al recurso económico ya que su producción agrícola y ventas era pésimo. Las condiciones de pago y por otro lado los colombianos contrabandistas clandestinos eran un peligro para sus hijas y esposas y hasta para sus propias vidas.

Es por esta situación que llegan a Panamá en la década de los 70 y luego con el pasar de los años funda la comunidad Embera Drúa acompañado por sus hijos y bisnietos que fueron su tercera generación. En ese entonces el trabajo agrícola no estaba limitado, ni el uso de la tierra, pero posteriormente el 2 de octubre de 1984, se crea el Parque Nacional Chagres y se limita la agricultura y el uso de la tierra ya no daba para el comercio solo para la subsistencia, así que Emiliano Caisamo decide empezar con la artesanía.

AMPYME, la Autoridad de Panamá para micro, pequeñas y medianas empresas, les está dando la formación en estas áreas y los está ayudando a registrarse legalmente en el proyecto de turismo, lo que demuestra que son una comunidad muy organizada de la cual están muy orgullosos.

Lo que ofrecen es turismo ecológico y cultural. La parte cultural es que los visitantes descubren e interactúan con los indígenas, la parte ecológica, significa aprender  acerca de la selva, y todo ello sucede de manera de bajo impacto para el entorno natural y sus formas de vida. Los visitantes van para experimentar la naturaleza, pero no se pueden tomar las plantas o los animales.

Miromel metía una larga vara dentro del agua para verificar la profundidad y Mario, que manejaba la máquina, la movía de un lado para el otro  y no arrastrarla. En un momento la cosa se puso extrema, tuvimos que dejar todo dentro de la piragua y ayudar a moverlo entre los rápidos que nos atacaban por un lado. Un momento verdaderamente extremo.

Decidimos ir primero al chorro y UFF! vaya experiencia, después de caminar un poco por la selva llegamos a la preciosura de lugar, sacado de una película de hadas.  Max y su mamá estaban muy emocionados, al igual que Karla en la que se veían los ojos de felicidad, Andrés con ganas de meterse al agua y Leo y yo tomando fotos como locos para dejar la cámara y tirarnos al agua!

A lo largo de la orilla del río Chagres, se pueden ver cocodrilos, caimanes, nutria de río, aves como loros, guacamayas, tucanes, martín pescador, entre muchos más.

Nos bañamos en las aguas del Chagres bajo ese esplendoroso chorro, todo fue un contento, me caí y casi me parto un dedo, pero no importó, Max también se dio algún golpe que no pasó a más, andábamos tan emocionados que no veíamos donde poníamos los pies. Después de casi una hora y cuando ya se acercaban algunos extranjeros, Miromel nos dijo que sería mejor retirarnos. Llenos de felicidad y regocijo, emprendimos la marcha a seguir por lo que nos esperaba pues no íbamos ni por la mitad.

Nos recibieron con bailes en la comunidad. Tomamos asiento en algunos bancos y esperamos por más. Iván nos empezó a explicar todo acerca de sus costumbres y tradiciones, historia, modo de vida, nos dijo hasta cómo hacían sus vestiduras y algo muy curioso fue ver el “brassier” de la joven indígena del que colgaban monedas de 5 y 25 centavos panameños y relucían contra los rayos del sol. El rey de la comunidad se le llama “Noko”, y el curandero Elías. El Noko es quien da permiso para todo, hasta para las fiestas y tomar bebidas alcohólicas.

Es importante destacar que tienes que llevar tu propia agua, ya que el agua usada en la comunidad no es filtrada. También es importante llevar billetes de denominaciones bajas como 1 dólar o 5 dólares ya que hay dificultades con grandes cuentas.

Una joven se acerco con un plato de pescado el cual estaba delicioso y fresco, acabado de sacar del Chagres, con plátanos fritos en su punto.

Después de eso nos fuimos con el botánico y los extranjeros subiendo una loma, vimos un mono araña en alguna de las casas, pasamos por los puestos donde venden las artesanías con precios geniales para tan magnificas obras.

Llegamos al sendero y ahí el señor nos explicó una a una las plantas que tenía y sus funciones. Nos dió a probar algo así como una rama de un arbusto y al instante, la boca nos picaba, era una sensación extraña como si la lengua estuviese dormida.

Dice él que tiene la cura del cáncer y muchas otras enfermedades, no vende ninguna planta, la única manera de que te cure es prácticamente yendo a vivir algún tiempo allá.

El Tour incluye: – transporte en piragua ida y vuelta aproximadamente 40 minutos de ida y 35 minutos de regreso, – Visita a la Cascada del Indio en la que te puedes quedar el tiempo que plazcas, – Bienvenida de los Emberá Drúa con cantos y bailes y su Rey al frente, – Charla informativa de todas las actividades diarias de los Emberá y su etnografía por categorías- Un delicioso plato de pescado frito (tilapia) con plátanos, – Bailes tradicionales por las mujeres del pueblo, – Bailes tradicionales interactivos para el público, – Visita al jardín botánico en donde se explica cada una de las plantas curativas y sus funciones, – Puedes bañarte de nuevo en el río de aguas cristalinas, – Te llevan a ver caimanes, aves, iguanas en plenas funciones. Entre muchas otras cosas más ofrecen tatuajes de jagua, el cual hasta el día de hoy aún tengo, duran aproximadamente 1 semana y son muy característicos de estos indígenas, se dice que esta pintura limpia la piel, ya que es de origen vegetal y es sacada de un árbol llamado Jagua (Genipa americana).

También se puede pasar la noche para vivir una experiencia más amena y despertar con los sonidos de la selva. Ofrecen tours de Avistamiento de aves, fotografía extrema, pescar, kayak, y hasta hacer trekking.

Algunos hablan español, otros solo la lengua Emberá y están aprendiendo el español, cabe destacar que también tienen su escuela en la cual da clases una maestra proporcionada por el Ministerio de Educación.

Queda la memoria de una experiencia única dentro de un lugar increíble en donde la naturaleza perdura, en donde la etnografía es respetada, en donde la vida te la da la Naturaleza y nada más.

Un paraíso en Panamá.

Ver más fotos

Espiguero Variable / Variable Seedeater

Esta ave es muy común verla en nuestros campos, alimentándose de semillas. Los múltiples nombres científicos y comunes para este mismo pájaro son el resultado de desacuerdos sobre su clasificación. Los machos son de color negro arriba y blanco abajo con un cuello negro y babero, un collar blanco, una mancha blanca en la base de las plumas primarias , y un amplio y negro, pico convexo.

samillerito variable

No estoy segura de por qué este macho tenía puntos blancos en los ojos, pero estas aves en realidad son muy variables en sus marcas. Miden 10,5 cm (4 pulgadas) de largo y pesan aproximadamente 11 g (0,4 oz).

camino de cruces 136 copia

Una variable hembra o Wing-barred Seedeater son similares, pero es un color opaco de oliva por encima y un color amarillo pardo. Los rebaños con otras especies de comedores de semillas de pastos, campos de maleza en prados y otros.

Esta especie se alimenta principalmente de semillas de la hierba, pero también tiene otras semillas, bayas y algunos insectos.

birding 881

El nido de copa es endeble, construido por la hembra y está hecho de material vegetal grueso y forrado con unas pocas fibras más finas. Se coloca en un árbol de 0,4 a 6 m, a veces superior, en el tenedor de una ramita. El embrague es de dos o tres huevos de color marrón-gris pálido moteado, que son incubados por la hembra sola durante 12-14 días.

El Seedeater variable tiene una llamada Chur duras. El canto del macho consiste en una mezcla de gorjeos, silbidos, y píos, y es más elaborada en la vertiente del Pacífico.

Espatulilla Común o Common Tody-Flycatcher

Nombre científico: Todirostrum cinereum

Es un ave paseriforme muy pequeña en la familia Tyrannidae. Se reproduce desde el sur de México al noroeste de Perú, el este de Bolivia y el sur de Brasil.

Miden aproximadamente  9.5 cm. y pesa 6.5 grs. Son muy pequeños, de cabeza grande, con el pico largo, recto, aplastado y de punta chata.

aves de hoy 5 de marzo 001

En los adultos la frente, la parte anterior de la coronilla, el área de la cabeza y la parte superior de las mejillas son de color negro, y pasan a gris manchado oscuro en la nuca y a gris oliva oscuro (machos) o verde oliva oscuro (hembras) en el resto de la región superior. Las alas son negruzcas con los bordes amarillos pálidos; las timoneras son negras con la punta blanca, más gruesa en las más externas y cortas; la región inferior es completamente amarilla. El iris es amarillo pálido, teñido de rojo por encima de la pupila. El pico es negro con un pedacito de la punta y la base de la mandíbula blancuzcos.

Los especímenes juveniles son parecidos a los adultos, pero presentan el píleo de las mejillas gris fuliginoso oscuro. El borde amarillo de las alas posee un tinte ante y por debajo es amarillo más pálido. El iris es oscuro (le toma varios meses ponerse pálido).

aves de hoy 5 de marzo 009

Frecuenta los matorrales de los antejardines, los cultivos con sombra, huertas despejadas, áreas de crecimiento secundario, arbustos y bordes de los bosques de galería y manglares. Evita el interior de los bosques densos, aunque penetra en el dosel a lo largo de las márgenes.

Tanto los machos y hembras construyen un nido en forma de bolsa con una entrada lateral, construida con los más variados materiales vegetales, unidos con telarañas y con un buen forro de plumas, vilano, etc. que suele ser suspendido de una rama delgada de 1-5 metros de altura en un árbol, aunque en ocasiones puede ser hasta de 30 metros. La hembra incuba los dos huevos de color blanco por lo general sin mancha por 15-16 días antes de la eclosión. Se reproducen de febrero a julio.

aves de hoy 5 de marzo 011

Los nidos no son utilizados como dormitorios. Los adultos y los especímenes juveniles que han abandonado el nido duermen en árboles; estos últimos ejemplares duermen en estrecho contacto.

Se alimenta de abejones pequeños, moscas, avispas parásitas y otros insectos, que captura mediante salidas veloces contra el follaje.

Tangara Palmera/ Palm Tanager

Nombre científico: Thraupis palmarum
Familia: Thraupidae

pajaros- rio 274

Detrás de casa las hay por doquier. Me voy a ver otras aves, pero ellas aparecen, siempre cautivando mi mirada.

La tangara o azulejo de palmeras es un ave del orden Paseriformes de tamaño mediano. Se distribuye desde Nicaragua hasta Bolivia, Paraguay y el sur de Brasil. También en la isla Trinidad y Tobago.

pajaros- rio 330

Se encuentra en áreas semi-abiertas, incluyendo cultivos y jardines, sobre todo palmas, e incluyen arboledas despejadas, cultivos de palmas africanas, de coco o de pejibaye, potreros. Construye su nido en árboles, generalmente palmas, y la hembra incuba tres, a veces dos huevos azulados pálidos, con abundantes manchas café y lila claro. Se reproducen de marzo a junio. Los polluelos permanecen en el nido otros 17 días.

Los adultos miden 19 cm de largo y pesan unos 36 g. Su plumaje es opaco, de color gris y verde oliva. Las plumas de vuelo son negruzcas, la cola también, pero delineada con verde. En el vuelo, es visible una raya amarilla en el ala. Los sexos son similares, aunque la hembra es un poco más pálida.

mirlo parlo y tangara palmera

Son sociales, y comen una gran variedad de frutas especialmente los de los higuerones y amentos de guarumo. Buscan entre el follaje, inclusive el de las palmas, tras insectos, arañas y larvas de Lepidóptero, y con frecuencia se cuelgan del borde de una ramaje o una hoja grande para escudriñar su reverso. En ocasiones salen volando tras los insectos. Incluso a veces beben néctar.

Batará Barreteado/ Barred Antshrike

Nombre científico: Thamnophilus doliatus
Familia: Thamnophilida

Estaba ahí, quietecito, pero escondido entre las ramas, me transmitió un aire de miedo en él. Movía su mohawk de un lado al otro, saltando de rama en rama, pero algo lejos. Estas aves suelen vivir en los bosques secundarios y bosques residuos, como en las partes altas de los cerros. Su nido consiste en una taza profunda de paredes delgadas, pegada por el borde a una horqueta horizontal. Están construidos de bejucos finos, zarcillos, pedazos de hongos y a menudo unos pocos manojos de musgo verde por fuera.

pajaros- rio 312

Se encuentra una altura de 1 a 9 m. entre un matorral. Suelen poner 2 huevos, en raras ocasiones 3, de color blanco con manchones y salpicaduras café purpúreo o chocolate y se reproducen de enero a junio.

Se alimentan de escarabajos, hormigas, chinches, saltamontes, otros insectos y arañas, que atrapan de la vegetación densa. En algunas ocasiones siguen a hormigas arrieras o guerreras.

pajaros- rio 326

Miden aproximadamente 16 cm. y pesan 28 grs. El iris es amarillo pálido y la cresta despelucada.

El macho adulto presenta las plumas de la coronilla negras con la base blanca, y el resto de la región superior negra, con un barreteado blanco y burdo. El rayado es blanco y negro borroso en los lados de la cabeza y la garganta, y el resto de la región inferior presenta un barreteado blanco y negro grueso y uniforme.

La hembra muestra la coronilla castaño marrón, y el resto de la región superior es marrón. El rayado blanco y negro es borroso en los lados de la cabeza y el collar de la nuca. Por debajo es ante más claro en la garganta y el abdomen. La quijada es negruzca, la mandíbula es gris azulado, y las patas son grisáceas.

pajaros- rio 367

El macho juvenil es barreteado y negro manchado por encima y por debajo, no tan bien definido como el de los adultos. La hembra juvenil es similar a las adultas pero más o menos barreteada con un negro manchado por encima.

Mielero Patirrojo/ Red-legged Honeycreeper

Nombre científico: Cyanerpes cyaneus
Familia: Thraupidae

Hace poco me fui detrás de la casa al oír un ave que cantaba hermoso, al llegar vi varias aves, corri y busque la cámara, y empezó todo así. Ese día le tomé foto a más de cinco lindas aves, entre las cuales esta el Mielero Patirrojo, que fue uno de los que más llamó mi atención. Estaba con otro, de color verde y no se separaban, creo que andan en épocas de reproducción.

Mieleros

Observar detenidamente por primera vez una de estas aves es un grato descubrimiento para quien se inicie en la observación de aves en la ciudad. Hace poco, un amigo vino y lo llevé a la parte de atrás de mi casa a ver si veiamos alguno, me llevé un pedazo de naranja, a los 5 minutos llegaron. Nos sorprendimos al ver al mismo mielero con su pareja comiéndose la naranja y restos de guineo.

El macho es de coloración azul y fuerte sobre la cabeza tiene un parche de azul pálido – un fuerte celeste, la cola y el área alrededor de los ojos y parte de la espalda son de color negro. La hembra es de tonos mates, verde y amarillo . Las patas son rojas en ambos sexos. Cuando no están en reproducción los machos adquieren un plumaje muy similar al de las hembras.

Creo oportuno aclarar que no es un ave urbana. En la capital tendremos más oportunidad de verla en el Cerro Ancón, el Parque Natural Metropolitano, en los Bosques de las áreas revertidas y parece que en mi casa: Arraiján. Pero siempre y cuando exista una buena arboleda o un parche de bosque en los alrededores, puede que estas aves vengan a nuestras casas atraídas por naranjas y guineos, y pixvae que se les ofrezcan, árboles en los que también suelen habitar. Precisamente me tienen las naranjas de atrás todas picoteadas, y tengo la prueba de ello.

mielero

Buscan pequeños insectos del follaje, y a veces los esperan pacientemente en una rama para capturarlos en el aire. Asimismo, se alimentan de frutos de cereza silvestre y de guarumo. También suelen formar grupos de cuatro o seis unidades.

Su nido consiste en una taza hemisférica pequeña y delgada, compuesta de fibras finas, raicillas e inflorescencias de pasto, uno colocado una altura de 3 a 14 m. de entre el follaje y ramas delgadas. Ponen 2 huevos blancos, con salpicaduras de color café pálido.  Se reproducen desde febrero hasta junio.

Y por supuesto, utilizan los comederos artificiales para colibríes. Leí por ahi que se les ha visto en el área de Perejil y en balcones de edificios próximos a avenidas de tráfico intenso, como la Vía España (por el barrio de La Cresta).

mielero macho

Ojala logremos conservar nuestro entorno para que nos sigan visitando los mieleros patirrojos y nos sigan sorprendiendo con sus preciosos colores.

La Toza, Natá

Guayavital, parte de Rí­o Chico

Los senderos de Panamá son hermosos. El sol que nos ilumina es distinto; dan ganas de salir siempre y sentir el olor característico del campo, lleno de personas que sí saben tratar bien. Cada vez que me siento a escribir, veo antes las fotografías que tomé y me digo: ¡Wow! Yo estuve ahí. Mi país es divino, ¡no tengo que ir a ningún lado más! Aquí hay de todo lo que uno puede disfrutar realmente: aguas deliciosas con temperaturas perfectas, caídas de agua hermosas, playas con colores tornasolados, montañas de formas increíbles, cielo y tierra combinados en un solo paisaje. Hasta los lugares más áridos son bellos y tienen algo que aportar a nuestros ojos.

La semana pasada estuvimos en La Toza, una comunidad del distrito de Natá de los Caballeros, en Coclé. Nuestro propósito aquel día era llegar hasta el Chorro de los Duendes, al cual solo se puede acceder en un vehículo 4×4, y eso era justo lo que nos faltaba, así que decidimos quedarnos en La Toza.

Fanshi, nuestro amigo de Natá, nos llevó a conocer a su familia, que nos recibió con gran alegría y nos ofreció varias opciones de lugares para visitar cerca de allí. Escogimos un sitio bastante cercano a la casa de la abuela, un lugar tan poco conocido que le llaman “el río de la abuela”… que es, en realidad, una parte del río Chico, uno de los principales afluentes de Natá.

Entramos por la calle que conduce a las Huacas del Quije y nos desviamos en la entrada de La Toza. A partir de ahí, el asfalto terminó y comenzó una vía empedrada. Disfrutamos de hermosas vistas; al frente se alzaban los Picachos de Olá, que resguardan maravillosos senderos. La Toza es limítrofe entre Coclé y Veraguas, y es una zona bastante árida, donde en verano el sol golpea con fuerza. A nuestro lado pasaban bueyes tirando carretas en las que viajaban niños muy cómodamente sentados. Los Picachos de Olá se veían cada vez más cerca, con sus picos perfectos y su verde uniforme.

Al llegar a la casa de la abuela, nos emocionamos: cocinaban un chicheme que se veía delicioso, y mis amigos terminaron descansando en hamacas. Fanshi se adelantó a casa de un tío y lo seguimos. Tras pasar un cañaveral, llegamos a un bajo donde tenían un trapiche. Un niño ayudaba a su abuelo, quien le enseñaba cómo introducir la caña en la máquina. Fanshi nos regaló raspadura recién hecha.

Desde la casa nos encaminamos al río, a unos 20 minutos bajo un sol ardiente. Cruzamos alambres de púas varias veces hasta que por fin lo vimos. Había pequeñas caídas de agua, y una olla profunda que nos transmitió cierto respeto. Fanshi nos propuso quedarnos o seguir hasta una poza ideal para nadar.

Avanzamos un poco más y encontramos un lugar impresionante, como sacado de la película The Beach, pero en versión río. Una pared de piedra caliza enmarcaba una poza de aguas oscuras y profundas, con zonas aptas para nadar.

Mantis religiosa

Instalamos todo: estufa, música y buen ánimo. El agua fría estaba llena de vida: sardinas que incluso mordían, camarones, libélulas, lagartijas y aves cantando. De pronto, ¡PUM!, Fanshi se lanzó al agua y salió riendo. Luego fue Max, que tras dudar, también se tiró. Salió sonriente, aunque con un golpe en la pierna que lo dejó quieto un buen rato.

Instalamos la estufa en un punto privilegiado: el río pasaba a ambos lados y nosotros justo en medio. ¡Un verdadero placer! Nos turnamos para cocinar: milanesas con tortillas, chicken tenders y el infaltable ceviche de Leo, que fue el deleite del almuerzo.

Mientras comíamos, Fanshi nos contaba leyendas del lugar. La tarde fue cayendo, el sol se despidió lentamente y el ambiente se llenó de calma.

Nos retiramos con los sentidos llenos y regresamos a casa de la abuela, donde nos esperaba un delicioso chicheme hecho en fogón. De camino, no resistimos tomar más fotos de los imponentes Picachos de Olá, que nos siguen llamando. ¡Prometemos visitarlos pronto!

Isla Iguana, Pení­nsula de Azuero

Estuvimos en Lajaminas, un pueblo pintoresco, de esos que caracterizan a Los Santos, una provincia tan típica de nuestro país. Fueron unas cuatro horas y media de viaje —entre paradas— y llegamos de madrugada. El camino era fantasmagórico, rodeado de potreros y sin un solo poste de luz.

Ya instalados en la casa, pude sentir ese calor de hogar santeño.
La casa de Vladimir es preciosa, decorada con esmero por su mamá. Bellos adornos engalanaban el patio, junto a pequeñas flores, y qué decir del interior: mosaicos de arcilla que le daban vistosidad, y hasta un mueble con un techito hecho de tejas (¡qué vidajena soy!).

Después de acomodarnos, nos sentamos a conversar un rato. Mientras hablábamos, escuché el bramar lejano de alguna vaca en la oscuridad.

A la mañana siguiente, desayunamos y salimos a recorrer los alrededores con la señora Oderay, la mamá de Vladimir. Muy amable, nos llevó a conocer su rancho Río Viejo, ubicado en la parte alta de un terreno desde el cual se apreciaba una vista panorámica de Lajaminas. Corría una brisa riquísima… ¡cómo extraño la hamaca!

En el rancho había unos graciosos cerdos y tres vacas que eran como mascotas: Doris, Argentina y Barbie. Fuimos a verlas de cerca. Eran inofensivas, pero Doris era tan grande y gorda que no nos atrevimos a tocarla.

De regreso a la casa fuimos a tumbar naranjas. Recogimos tantas que en cada comida preparábamos refresco natural.
Después de eso, tomamos rumbo a Isla Iguana. ¡Por fin! Qué ansiosa estaba.

Nos llevó Bolocho, un amable señor amigo de la familia, que también trabaja en Isla Iguana con la ANAM. ¡Qué dicha! El costo del viaje fue de 60 dólares, que es más o menos lo usual, a menos que se quiera regatear.

Ya en la lancha, todo fue un suspiro. A solo siete kilómetros de la costa, en unos 20 minutos, ya estábamos del otro lado: Isla Iguana. En un parpadeo, Vladimir se tiró al agua —¡aún no habíamos encallado!—, pero el agua era tan verde turquesa, tan invitante… El fondo se veía clarito, sin dificultad.
En el cielo azul revoloteaban las famosas tijeretas y fragatas que habitan la isla. Son, sin duda, las dueñas del lugar.

Hace un par de años se instaló un centro de visitantes a cargo de la ANAM en El Crial, la playa más grande, que mira hacia la costa. El centro cuenta con un guarda parques y tiene como objetivo controlar el flujo de turistas, buzos y campistas que llegan a disfrutar del área protegida. La entrada cuesta B/.4.00 por persona, y se paga directamente en el centro.

Bolocho me contó que, con algo de suerte, es posible ver ballenas jorobadas, cachalotes, delfines, e incluso tiburón ballena, orcas y yubartas. Estos animales emigran desde las frías aguas del Polo Norte y Sur hacia los cálidos mares tropicales para aparearse, y su espectáculo marino puede apreciarse cada año desde la isla.
Rogué por ver alguno… pero creo que con la emoción me hubiese muerto si lo lograba.

Entre septiembre y diciembre también anidan tortugas, y aunque las iguanas verdes y negras que habitan la isla son bastante tímidas y difíciles de ver, los merachos sí se dejaron ver sin miedo, ¡esos no le temen a nada!

Exageraría si dijera que vimos un millón de cangrejos ermitaños, mangotes, kikirikakiris, el fantasma y los concholí, pero lo cierto es que ¡parecían millones! Había que mirar bien la arena para no pisar alguno. Había de todos los tamaños y colores.

La isla está completamente deshabitada, y es un área protegida. Allí se encuentra el arrecife de coral más grande del Golfo de Panamá, con unas 16 hectáreas. Hay multas por pisar los corales o intentar llevártelos. Tampoco está permitido alimentar a los animales, y se debe tener especial cuidado con no dejar basura: hay que llevarla de vuelta a tierra firme.
Incluso los yates tienen reglas específicas: no pueden encallar cerca de la playa ni mucho menos sobre los corales.

Había leído que el mar en verano se pone bravo, pero tuvimos suerte: Playa El Crial estaba serena. En la orilla vimos pasar cuatro peces grandes y grises, tan cerca que parecía que nos vigilaban. Isla Iguana alberga 11 especies de coral con unos 4,800 años y más de 500 especies de peces.

Leo infló una cama inflable para una sesión de fotos con Becerro, mientras Livia y Vlad se ofrecieron a guiarnos por los senderos. Nos lavamos los pies en una vieja llave de agua y empezamos la caminata hacia el Faro.

Por el camino, vimos merachos y escuchamos con atención a ver si aparecía algo más, pero quien dominaba eran los cangrejos: cientos salían a nuestro paso con sus crujidos inesperados. Los árboles tenían raíces extrañas, como restos de un antiguo manglar. Pasamos también por un cráter, herencia de los bombardeos de práctica de los años 40, cuando los estadounidenses usaron la isla como campo de tiro. Un contraste inquietante en medio de tanta belleza natural.

En Isla Iguana aún quedan cráteres visibles de bombas lanzadas por militares estadounidenses en los años 40. Algunas nunca explotaron, y hace pocos años detonaron dos de las más grandes de forma controlada. En el centro de visitantes de ANAM hay un mapa interactivo que muestra claramente estos vestigios.

La Playa del Faro nos sorprendió: más hermosa e imponente que Playa Crial. Estrecha, con un mar bravo, rocas negras, cactus misteriosos y aves sobrevolando el cielo. Nos sentamos en una piedra cubierta de babosas marinas, curiosas y lentas, que parecían saludarnos con sus antenas.

En el camino de regreso vimos árboles de naranjilla, guácimo, marañón curazao, ciruela, guayaba, coco y más. En la zona costera de Isla Iguana hay más de 400 hectáreas de manglar, dominadas por mangle rojo, blanco, negro y salado.

Desde el centro de visitantes disfrutamos una vista increíble y conversamos con un guarda parque, quien nos contó que recientemente vieron un cachalote y una iguana negra. Isla Iguana fue declarada Refugio de Vida Silvestre en 1980 gracias a la comunidad de Pedasí y la organización CIPA-Panamá, que evitaron su privatización. Hoy forma parte del Refugio Pablo Arturo Barrios, donde se permite la pesca artesanal, pero se prohíbe la pesca de arrastre.

Al salir del centro de visitantes tomamos el Sendero de Anidación, rodeado de palmeras. En un punto el olor a excremento era fuerte: las fragatas anidaban allí. Hacían un sonido gutural y los machos, con su globo rojo inflado bajo el pico, mostraban señales de apareamiento. Fue increíble verlas tan de cerca.

Ya en alta mar, Bolocho dio la orden de lanzar las cañas. A los pocos minutos, Vlad casi pesca un atún, pero se escapó. Más adelante, Leo atrapó uno de unas 4 libras y lo celebramos como un gol. Luego, sentí un tirón fuerte en el nylon que casi me corta los dedos: ¡otro atún! Leo lo sacó también. Pescamos dos y nos sentíamos campeones. Bolocho solo se reía de nuestra emoción.

El sol se despedía con sus últimos destellos, redondo y anaranjado. Regresamos felices, con pescado fresco y una experiencia que sin duda quiero repetir. Isla Iguana es un paraíso accesible que muchos panameños aún no conocen. ¡Anímate a ir!


Información útil:

  • Puedes ir y volver el mismo día, pero si decides quedarte, hay un refugio junto al centro de visitantes o puedes acampar en la arena.
  • Se permiten fogatas, solo con leña de playa. No cortes ramas ni árboles, aunque estén secos.
  • Hay un pozo detrás de la casa del guardaparque, pero el agua no es potable. Lleva tu propia agua y comida. En Pedasí puedes conseguir todo, incluso repelente.

¿Cómo llegar?

  • En avión: Desde Ciudad de Panamá a Chitré (35 min).
  • En auto: 4 horas por la Panamericana hasta Chitré, luego 1 hora más a Pedasí pasando por Las Tablas.
  • Desde Pedasí, ve a Playa El Arenal y toma una lancha (20 min) hasta Isla Iguana.

Pedasí es el punto más cercano con hospedajes, restaurantes y alquiler de botes. También puedes quedarte en Las Tablas y moverte desde allí.

Los Cangilones de Gualaca.

Recientemente visitamos los Cangilones de Gualaca, un atractivo turístico del distrito de Gualaca en la provincia de Chiriquí. El sitio estaba concurrido, con numerosas bicicletas y vehículos en un estacionamiento improvisado. Este balneario es popular entre locales y extranjeros por las cristalinas aguas del río Estí y por las formaciones rocosas esculpidas naturalmente, que asemejan grandes desfiladeros o piscinas talladas en piedra.

El río Estí nace a más de 1,000 metros de altitud y desemboca en el río Gualaca, confluyendo luego con el río Chiriquí. Aunque no se conoce con certeza el origen del nombre “Cangilones”, se cree que proviene de la forma del cauce, cuyas paredes de roca parecen moldeadas artificialmente. Según especialistas, estas formaciones se originaron a partir de flujos de lava de la última erupción del volcán Barú.

Cabe destacar que, en el Diccionario de la lengua española, “cangilón” se define como uno de los recipientes atados a la rueda de una noria para extraer agua, lo que podría explicar la relación del nombre con las características geológicas del lugar.

El nombre “Cangilones” resulta apropiado, ya que en la parte superior del sitio se encuentra una extensa superficie rocosa que forma una gran poza natural, muy concurrida por bañistas. Desde allí, el agua fluye rápidamente a través de un estrecho y profundo canal, desembocando en otra poza, y finalmente en un pequeño charco de aguas frescas.

Durante nuestra visita, algunos lugareños comentaron que el balneario contaba anteriormente con vestidores, pero las crecidas del río durante la estación lluviosa, debido a la fuerza de la corriente, han destruido estas estructuras.

El balneario cuenta con escalinatas que facilitan el acceso desde la carretera hasta el nivel del río. Esta área inferior es casi plana y presenta una superficie predominantemente rocosa, con formaciones naturales que actúan como escalones, permitiendo un acceso relativamente cómodo al agua.

Es importante tener precaución, especialmente con niños, quienes deben estar siempre acompañados por adultos o utilizar salvavidas, ya que el río no es ideal para menores o personas que no saben nadar. En el lugar, es común observar a lugareños demostrando sus habilidades con clavados desde las altas paredes rocosas hacia las profundas aguas.

Además, se ha habilitado un pequeño puente peatonal que permite cruzar el río con seguridad, especialmente útil para quienes no desean nadar pero desean explorar ambos lados del balneario.

En Los Cangilones de Gualaca no hay venta de alimentos, por lo que se recomienda llevar su propia merienda desde un supermercado cercano. Es fundamental recoger la basura al retirarse para conservar la limpieza del lugar, que actualmente no presenta contaminación por desechos sólidos ni aguas residuales.

El sitio cuenta con baños básicos que pueden ser útiles para cambiarse, pero carece de infraestructura turística adecuada. Los residentes han solicitado a las autoridades la construcción de ranchos, baños y áreas recreativas, ya que las instalaciones previas se han deteriorado con el tiempo y la falta de mantenimiento.

Para llegar, se puede tomar un autobús desde David hacia Gualaca. Es importante preguntar al conductor si pasa por Los Cangilones y solicitar que lo deje en la intersección; desde allí, se camina aproximadamente un kilómetro. Desde Boquete, algunos sugieren ir primero a David para luego tomar el autobús a Gualaca, ya que es una ruta más directa.

Si se viaja en automóvil, se accede por la vía Transístmica Chiriquí–Bocas, girando a la izquierda justo después del coliseo deportivo Bracy Randolph. Aunque el camino no está asfaltado, es transitable incluso para vehículos pequeños.

Este balneario es considerado un patrimonio turístico local. Más allá de su popularidad en verano, ofrece un entorno natural de gran belleza, paz y frescura todo el año. Por ello, es importante su preservación y revitalización.

Se invita a quienes no lo conocen a visitar este hermoso lugar, disfrutar de sus aguas cristalinas y vivir una experiencia placentera e inolvidable.

Un paseo por Gamboa

El origen de Gamboa está asociado a la construcción del Canal de Panamá. La zona comenzó a poblarse en 1911 con casas y cabañas a orillas del río Chagres para los trabajadores que construían el Canal, y posteriormente residieron allí militares de Estados Unidos hasta 1999.

Cuando era niña, lo único que conocía de ese lado era el Parque Municipal Summit; recuerdo al lagarto Juancho, que falleció hace algunos años, y a otro par de animales de la selva panameña.

Gamboa está situado en una curva pronunciada del río Chagres, en el punto donde este alimenta el lago Gatún. Justo al sur de Gamboa, el lago Gatún y el río Chagres se encuentran con el Corte Culebra (también llamado Corte Gaillard), donde el Canal atraviesa la Divisoria Continental. Por lo tanto, aunque Gamboa está más cerca del lado pacífico de Panamá, su cuenca pertenece al lado Atlántico. Una vez cruzas el puente, ya estás en la provincia de Colón.

Un solo carril de hierro y un puente de madera cruzan el río Chagres, y es el único acceso por carretera a Gamboa. Este puente todavía está en uso hoy en día. Los vehículos que esperan pasar deben aguardar la señal de un semáforo, ya que solo permite el paso de un carril a la vez. En diciembre de 2010, este puente fue escenario de inundaciones masivas y de enormes islas flotantes que pasaron bajo él, con árboles golpeándolo violentamente, lo que provocó el cierre temporal del Canal de Panamá. Actualmente, ya está en gestión la construcción de un nuevo puente.

Una vez, siendo adolescente, caminé con algunos amigos desde Summit hasta el Sendero El Charco, que queda a unos 5 minutos en auto después de pasar Summit.

Cerca del Parque Municipal Summit hay dos lagunas separadas por una carretera de piedras, excelentes para la observación de aves. Las lagunas son pantanosas y albergan caimanes, por lo que no son aptas para bañarse; considero que son solo para observar o tomar buenas fotos. Están ubicadas justo frente a Summit, en una calle que baja hacia la línea del ferrocarril. Se sigue hasta llegar a una garita fronteriza, desde ahí se camina a la izquierda y se encuentran las lagunas.

Gamboa está a 32 km de la ciudad de Panamá y a 25 km desde Arraiján. Es un lugar donde llueve mucho y la precipitación es elevada, pero nada más llegar al puente de madera —por donde pasan autos y el ferrocarril— caminar sobre él es toda una experiencia, especialmente con el paisaje exótico que lo rodea.

Antes de llegar al puente, hay un pequeño muelle donde se puede pescar o simplemente quedarse un rato si te conformas con observar. También salen diferentes tours hacia las islas cercanas, como Isla Monos o Isla Barro Colorado.

En el sendero El Charco hay que tener suerte, ya que la mayoría de las veces está sucio. Lo bueno es que cuenta con un rancho con parrilla, donde puedes improvisar, baños y acceso fácil con barandales e incluso sillas para descansar. Con suerte, la entrada es gratis; sin embargo, a veces hay guardaparques que cobran, ya que esta es una instalación de la ANAM y forma parte del Parque Nacional Soberanía.

Toda el área de Gamboa es perfecta para la observación de aves.

Dentro del Parque Nacional Soberanía y en Gamboa se encuentran también el Camino del Oleoducto, el Camino de Plantación y, muy cerca, parte del Camino de Cruces.

Dentro del parque se encuentra una estación de investigación científica operada por el Instituto Smithsonian, así como el Gamboa Rainforest Resort, un hotel “ecoturístico”.