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Senderismo y Turismo Rural en Panama

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Desde que me llamaron para trabajar como profesora en Bajo Bonito, quedé boquiabierta, no podía creer que hubiese tanta casualidad. Conozco el sitio desde niña ya que mi tía Hilda trabajó hace 30 años en esa misma escuela, entonces para mi era algo de locos, en buena forma.

La escuela está ubicada luego de 2 pasos de río, por ambas vías. Queda casi aislada por el río, que le bordea y aporta esa belleza exótica de vivir y dormir con el sonido del río e intercalar los silencios de la clase por las crecidas estrepitosas.

Por reglas internas no tuve la oportunidad seguida de disfrutar del río pero las pocas veces que me escapé, disfruté en cantidad.

En algunas ocasiones me fui hasta la cascada, siempre es una delicia caminar por este pueblito, sus caminos de tierra que le bordean y llevan directo a ella. Tiene el acceso de arriba que llega a la parte alta de la cascada y otro sendero que te lleva por debajo.

Es de fácil acceso considerando el difícil acceso en 4×4, es decir, para llegar al Bajo debe ser en un buen 4×4, para llegar a la cascada se cruzan varios ríos o quebradas. Es una sola vía principal que te lleva hasta ahí.

En el Bajo la gente es LO MÁXIMO, SE LOS JURO. Son la gente más linda y amable. Como cualquier sitio en el mundo, por razones de seguridad es mejor andar en compañía, por si te ocurre un accidente, puedan ayudarte; hay tiendas y son productores de variadas verduras y hortalizas.

¿Qué decir de mis estudiantes? los mejores del mundo! Chicos tranquilos, callados, respetuosos al punto que era un lío sacarles respuestas o preguntas. Luchadores, mis niños algunos caminan varias horas para estudiar o como dicen allá: voltean lomas. Mis niños de Los Pinos, de La Gloria, del Jagua, Peñas Blancas y los de ahí mismo, cada uno los llevo en mi corazón con un enorme cariño. Espero que me cumplan las promesas de llevarme a las cascadas de sus pueblos y confío en que van a llevar a cabo sus sueños y para mi siempre será un honor ser la madrina de todos si es necesario.

Contacté a Fermín gracias a un buen amigo que vive por el área de Alajuela y organicé un sábado familiar. A las 8 ya estábamos en Puerto Corotú, arribando en una piragua a motor, con dos expertos.

Subiendo por el Alajuela, entramos al Chagres o Río de los Lagartos, como le llamaron los conquistadores españoles. Lo que me importaba a mi eran las reacciones de mis familiares, sobre todo mamá y mi hijo, ya que jamás habían subido a una piragua.

Aquí se ven animales variados como aves rapaces, garzas y tángaras, en las riveras del río es posible ver caimanes y hasta nutrias.

Fue necesario bajar varias veces de la piragua para poder pasar en las partes secas, ya que es necesario arrastrar la piragua para poder avanzar en época seca. (abril 2023)

La claridad del agua es increíble, en lo profundo se ven las rocas de colores. No les voy a mentir, me dieron ganas de llevarme un par de esas lindas rocas, luego recordé que estamos en un parque nacional creado en 1985 para preservar su fauna, flora y un bosque húmedo caducifóleo.

La historia es aún más fascinante porque el Alto Chagres cuenta con variadas comunidades de indígenas Emberá, etnia importante de la República de Panamá, que migraron de la provincia del Darién y se establecieron en el Chagres, huyendo de las guerrillas, buscando paz en su comunidad.
Al cabo de los años y con la creación del parque nacional, se vieron en la necesidad de subsistir por medio del turismo, función que llevaron adelante y se fueron reinventando con el tiempo.

Paramos en una de las tantas Playitas que se crean en el Chagres, de aguas tranquilas, sobre todo en época de inicio de estación seca, la hace un remanso de paz y disfrute total, donde si te gusta la tranquilidad, podrás disfrutar en toda la plenitud, de lo que te ofrece la Naturaleza.

Puerto Corotú

En esta ocasión, hicimos un fogón, calentamos e hicimos comida, compartimos, aprovechamos para conocer a los chicos de la piragua y como siempre, sacar datos extras de sitios tan interesantes como éste. Siempre hay algo nuevo que aprender.

Luego, después del mediodía, subimos para seguir por el Chagres, río abajo, hacia la cascada. Nos acercaron lo más posible pero aún así fue necesario caminar un corto tramo, que cualquier persona puede realizar pero si no tienes experiencia en senderismo te puede tomar unos 15 minutos.

La Cascada es siempre la cerecita del pastel, perfecta, de forma escalonada y profundidad ideal. Aquí aprovechamos para hacer hot dogs y meditar sobre la belleza de nuestro país. En un solo lugar se concentran riqueza cultural, belleza escénica, patrimonio nacional, aguas vírgenes entre mucho más.

¿Cuantas veces les he escrito que amo Panamá? Nunca me cansaré. Este pequeño país me ha demostrado siempre que en un rinconcito se pueden vivir grandes experiencias.

Doy siempre gracias a Dios y a la vida por permitirme en esta ocasión llevar a mi familia, no todos los sitios se prestan para llevar personas mayores y niños a la vez. Como siempre, totalmente recomendado y si necesitan extra info Y SABES CUIDAR TU ENTORNO , estoy a la orden.

Mariel Ulloa 6592-9153

Siempre será un placer conversar con todas las personas que desean enriquecerse con nuestras experiencias.

Cuando existan los parámetros de bioseguridad adecuados, esperemos podamos hacerlo mancomunado, no sólo virtual.

Como siempre, agradecida por la invitación del Parque Natural Metropolitano.

Aquí­ les dejo el link para quienes deseen ver la presentación.

https://www.facebook.com/pnmpanama/videos/851837728893078/

A pocos kilómetros de la ciudad de Panamá encontramos una joya de la etnografía cultural panameña: las comunidades Emberá en el Rí­o Chagres.

En esta ocasión fuimos a la más alejada de las comunidades del Río Chagres: Emberá Drúa. Lo escogimos por la belleza que posee Alto Chagres, para nosotros mientras más lejos, mejor.

La rutina inicia abordando una piragua o cayuco, cada quien con sus respectivos salvavidas, indispensable en este tipo de viajes. Para casi todos nuestros viajeros, sería su primera vez en este tipo de transporte acuático, tan común para la etnia Emberá ya que su vida se desenvuelve en torno a los ríos, utilizan la piragua, canoa que construyen con madera de espavé, cedro, cedro espino, y pino amarillo.

Los Emberá del Chagres llevan muchos años dedicándose al turismo sostenible y han logrado posicionarse como un atractivo único para el turista al momento de visitar Panamá.

Las piraguas son piloteadas por un motorista y un indígena que va en la parte delantera indicando por donde tomar, midiendo profundidad y agilizando la piragua cuando se toman partes del río poco profundas.

Inmediatamente se aborda la piragua, empieza una aventura repleta de la más pura felicidad. Ellos, los indígenas, apenas se llega al puerto los puede divisar con su particular vestimenta, algunos utilizan falda de chaquiras y los más tradicionalistas utilizan taparrabos.

Dentro de la piragua todos los viajeros tiene que opinar sobre la hazaña que es dirigir la misma. Cuerpos esbeltos, macizos y de tez ocre dan paso a una habilidad aprendida de sus ancestros.

Cascada Quebrada Bonita

Al cabo de un rato, llegamos a un borde del río, donde luego de pasar un bosque primario de galería, llegamos a una cascada escalonada que llaman «Quebrada Bonita», perfecto sitio para darse un baño en media selva.

De regreso en la piragua, divisamos la playa que se forma a orillas del Río Chagres, el mismo que fue llamado el río de los Lagartos por Cristobal Colón en el año 1502, por la cantidad de cocodrilos que encontró.

Cuando veo sitios como éste lo único que quiero es meterme, así sea me lleve el río, pero toca trabajar complaciendo a quienes conocen este maravilloso lugar por primera vez.

Una vez abordamos nuevamente la piragua, subimos rumbo a la comunidad de Emberá Drúa donde nos reciben con cantos, sonrisas y manos gustozas de nuestra presencia.

Cuando se creó el Parque Nacional Chagres en 1985, ya los indígenas de la etnia Emberá tenían 10 años establecidos en el Área de nombre «2:60» como se llamaba en los mapas del Canal de Panamá; luego de la creación del parque debieron acoplarse a un nuevo estilo de vida impuesto por las normativas del país, dentro de las que se limitaba el uso de tierra agrícola para subsistencia más no para comercio. Iniciaron así­ un giro 360 dedicándose exclusivamente a la artesanía.

Sin duda, ahora entendemos por qué gran parte de la comunidad está dedicada a la venta de delicadas y ricas artesanías donde el turista al llegar siempre desea haber llevado más efectivo.

¿Cómo cambiar la forma de vida de una cultura en la que esto es normal, para la supervivencia? El turismo fue su respuesta.

Iniciaron este proyecto en el año 1996, de la mano de autoridades locales y dejándose guiar para el éxito. Actualmente siguen funcionando de la misma manera como iniciaron «Tranchichi» o grupo arriero en español.
Aquí­ las ganancias son para todos, desde el niño que toca el instrumento cuando llega el turista hasta las señoras que hacen el delicioso pescado con patacones.

Cuando preguntas a Mateo sobre la influencia del turismo en el lugar, te responde » Turismo ha sido una buena idea para nosotros. Tiene un impacto mínimo al ambiente, pero tiene la sostenibilidad a largo plazo. Más importante que todo, el turismo ha causado una nueva vivencia en nuestra cultura y artes tradicionales. Somos orgullosos de quienes somos. Y somos orgullosos para compartir quienes somos con ustedes, nuestros visitantes. Son ustedes, nuestros turistas, que nos apoyan a vivir sosteniblemente esta vida especial. «

Luego de una interesante charla, bailes y comida, nos dimos un baño en aquel hermoso rí­o cristalino con tonalidades verde aqua. No faltó quien se vistiera de Emberá, las chicas se ataviaron con parumas y chaquiras, así­ como coronas de flores.. o como yo, que aproveché para hacerme mi tatuaje de jagua.

En ésta ocasión avistamos cormoran neotropical (Phalacrocorax brasilianus), Garza tricolor (Egretta tricolor), de regreso vimos un Osprey (Pandion haliaetus) volando alto sobre el río, un clásico Caracara de cabeza amarilla(Milvago chimachima), una Jacana común (Jacana jacana), y en innumerables veces vimos Martín pescador (Megaceryle torquata) y (Chloroceryle amazona); uno disfruta hasta el último segundo viendo los grandes árboles de aquel bosque primario cuya responsabilidad de preservar cae en nuestros hombros y nuestras cabezas.

Siempre, ampliamente Feliz al ver a nuestros clientes serlo. Somos personas muy sensoriales y sabemos que a todos les fascinó. Alto Chagres siempre deja un buen sabor de boca y unas ganas inmensas de regresar y vivir una experiencia aún más profunda, quizás, chamánica.

Si usted desea conocer este sitio nos puede contactar al whatsapp 6592-9153.