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Senderismo y Turismo Rural en Panama

En media pandemia y con muchas restricciones de hasta parques nacionales cerrados, decidimos conocer este singular sitio histórico.

Las ruinas se encuentran en la playita de Bique, Corregimiento de Cerro Silvestre, Arraiján.

La vía hacia La Playita de Bique

Al llegar a «La Playita» debes entrar por la escuela del sitio hasta finalizar la calle, ahí están las pequeñas ruinas.

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Se llamaba «El Arraijancito», y los recuerdos que quedan prefiero mantenerlos intactos, pues los intereses de algunos seres humanos ha ido empañando lo que quedaba de él.

Y hablo como si fuese un ente, porque en él aprendí­ a amar los cuerpos de agua, en él entendí el poder de la Naturaleza y viví­ la magia en cada esquina.

Era una niñita cuando de mi pueblo salí­amos en la parte trasera de los pickups a darnos un baño al Arraijancito, eso pasaba cada fin de semana. Algunas de las veces mi familia iba tan emocionada que cargaban una enorme paila, llevaban un saco de arroz y el rí­o proveía las sardinas.

En aquel rí­o conocí­ a los militares del ARMY que practicaban en los alrededores. Mas no puedo olvidar aquel puente rodeado por helechos y musgos, por el cual solo pasaban los jeep de los gringos. Si acaso unos 2 en todo el rato que nos pasamos en el río.

De aguas claras, mis primos y yo aprendimos a nadar. No faltó quien casi se ahogara por pendejadas de chiquillo, esas donde se acerca el lobo en broma hasta que cuando llega nadie hace caso.

Un día, el camión de abastos de mi tío se trabó en la loma, estuvimos largo rato esperando a ver si lograba sacarlo, pero fue imposible; y si no fuese por unos militares puertoriqueños que andaban cerca de ahí­ en un bunker, que halaron el camión con un jeep harto en lodo, hubiésemos tenido que regresar a pie.


Para mi ver a esa gente era cosa de otro mundo, yo quería ser como ellos, que aparecí­an y los veíamos cuando ya estaban cerquita; y andar en el monte vestida militar cargando armas…

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El lago Alajuela o Madden, como también se le conoce, se formó al represar el curso medio del río Chagres en 1935, con el objetivo primordial de asegurar una reserva de agua para prevenir una disminución del nivel en el lago Gatún, lo que afectarí­a negativamente las operaciones del Canal de Panamá.

El embalse era conocido como el lago Madden cuando la Zona del Canal se encontraba bajo administración estadounidense y fue rebautizado después de que el control del territorio fuese regresado a soberanía de Panamá.

Al sur del lago, existe una cueva de piedra caliza, en cuyas proximidades arqueólogos descubrieron varios sitios con artefactos precolombinos.

Pudimos conocer este sitio luego de un recorrido por parte del «Camino Real», que quedó inundado en la década de 1930, perdiéndose parte del mismo.

Estas cavernas tienen un alto valor cultural debido a que fueron utilizadas por los antiguos indígenas como lugares de entierros y como refugios durante sus jornadas diarias.

Las cuevas de piedra caliza se forman cuando el agua se filtra a través de rajaduras del lecho de piedra caliza cercano a la superficie. El agua de lluvia que pasa a través del suelo rico y la vegetación reacciona con el dióxido de carbono y forma ácido carbónico suave. Con el tiempo, este ácido suave disuelve la piedra por la que pasa y forma cuevas en lo profundo del lecho de roca. El agua se evapora y deja la piedra caliza disuelta. Estos dos procesos naturales, la disolución y la evaporación, producen las hermosas formaciones fluidas de roca, o espeleotemas que se asocian con las cuevas de piedra caliza.

Las características más comunes de las cavernas de piedra caliza son las proyecciones rocosas formadas por la roca que gotea, o estalactitas, que son formaciones en punta que parecen dientes que cuelgan del techo de las cuevas, y las estalagmitas, que son formaciones rocosas que suelen encontrarse bajo las estalactitas y que se elevan desde el piso de las cuevas. Cuando las estalactitas y las estalagmitas se encuentran, forman columnas. Estas formaciones se producen por el goteo del agua a través de rajaduras delgadas del techo, que luego se evapora y deja la piedra. Las estalactitas mismas se forman mediante el goteo lento. Los goteos más veloces forman estalagmitas.

Esta caverna en su interior es fría, y profunda ya que a pesar de que se pueda entrar encorbados, llega un punto en el que es necesario arrastrarse para llegar a la siguiente cámara.

Cuentan que hay numerosas cuevas a lo largo de la orilla sur del Lago Alajuela a una altura de unos 100 metros sobre el nivel del mar. Generalmente son pequeños y poco profundas. No se tiene conocimiento exacto de la cantidad, principalmente por ser un área cuya geología ha permitido la formación de estas cuevas.

En otra visita conocimos el Arco Rocoso o Puente Natural en Caimitillo.

Partimos de la ciudad de Panamá a eso de las 2 de la tarde, la marcha fue directo a Penonomé donde nos abastecimos de lo último necesario; en el Copé nos esperaba el gran Macedonio, guía local del Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera.

Luego de esperar los todo terreno en medio de una tertulia torrijista, abordamos los autos y nos fuimos rumbo a la montaña. Ya caía la noche y los locales me decían que iban cuatro días de lluvia pertinaz.

En el camino, con un fondo de Ulpiano Vergara, le comentaba tantas cosas al conductor «Fulo» en medio de mi emoción, que bajó el volumen y empezó a hablarme de su preocupación por la deforestación, en base a que la quema «de maldad» que hacen algunas personas al área de los pinos. Ya oscurecía casi por completo y en medio de la calle de piedras, saltaban conejos muletos (Sylvilagus brasiliensis) y aves motmot (Momotus momota) se escondían en sus refugios.

Llegamos a nuestro lugar de camping: una acogedora casa en medio del poblado de Santa Marta, que forma parte de El Copé, en el Harino, corregimiento del distrito de La Pintada en la provincia de Coclé.

Procedimos a armar el campamento y a encender las parrillas, que al final resultaron ser tres, de las cuales todos comimos. Al mirar al cielo, el firmamento estaba estrellado, agradeci ampliamente pues con esto, las probabilidades de lluvia al día siguiente eran pocas, y así­ lo fue.

Iniciamos la marcha a las 6:30am, tení­amos una idea breve de lo que nos esperaba, 14km y medio de camino difí­cil, dividido entre Cerro Escobal y Cerro Marta.

Bajamos al río Tigrero, lo atravesamos e iniciamos el camino hacia Cerro Escobal con rumbo al mirador, ahí nos topamos todos pues algunos se adelantaron, mientras Macedonio venía con el resto del grupo. A mi me salió «El Francisco»; el más de un año sin caminar como Dios manda, ¡Vaya loma!

Bajamos Escobal y caminamos por un bosque de galería en los alrededores de un potrero que culmina en un valle desde el que se veían claramente los cerros Marta y Juan Julio. En el potrero había un árbol de guaba, la Naturaleza siempre provee.

Me la pasé conversando todo el camino con Macedonio, me contó algunas de las versiones de lo que sucedió ese 31 de julio de 1981. Las siete personas a bordo, entre ellos el general Omar Torrijos Herrera, quien dirigió la dictadura militar del Panamá entre 1968 a 1981, fallecieron en el lugar.

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