


Decidimos irnos en búsqueda de los “Algarrobos”, un charco del cual todo el pueblo de Chicá se enorgullece.
Chicá se encuentra en la provincia de Panamá, distrito de Chame, cerca del Parque Nacional Altos de Campana, por el cual entramos. Nos fuimos directo al mirador de Los Mandarinos, en el poblado, el cual queda después de pasar la escuela pública del lugar.
A eso de las 7 a.m. ya estábamos allí, y nos recibieron dos hermosos tucanes que jugaban volando sobre los árboles, haciendo paradas sobre algunas ramas. Una ardilla blanca nos confundió al hacernos pensar que era un mono; unas eufonías coroniamarillas buscaban entre unas ramas pedazos para hacer su nido; una reinita amarilla se burlaba de nosotros desde el árbol de mandarinas. De repente, una elenia penachuda se posó justo sobre nuestras cabezas esperando ser fotografiada, mientras un gavilán de ojos rojos descansó en una rama del árbol de enfrente por bastante tiempo.
Parecía como si el tiempo se hubiese detenido en ese instante, y los animales desearan saludarnos sin miedo. Le alquilamos los binoculares al señor de Los Mandarinos y vimos el Cerro Negro, el Cerro Picacho, Buena Vista de Chame, Bejuco, Altos del María, la Finca de Orquídeas Loma Linda, y también una curiosa casita que parecía tener una hortaliza al frente.
Vimos un puente rural y un señor nos dijo que era por ahí, y agregó que solo eran 15 minutos caminando hasta Los Algarrobos. Iniciamos la caminata sin nada de equipo, pues no estaba en nuestros planes enlodarnos.
Y caminamos más de 15 minutos a buen paso. Vimos algún caballo, alguna ardilla, y seguimos caminando hasta llegar a un punto donde el camino se dividía. Karla y Max caminarían por la derecha, Leo y yo por la izquierda, y si veíamos el río, gritábamos para avisar. ¡Vaya modo!
Al entrar por nuestro camino, Leo y yo vimos de cerca la casa que ya habíamos observado llena de hortalizas desde el mirador. De repente, pasó un señor con dos caballos y nos dijo que estábamos a punto de llegar a Buena Vista—habíamos caminado mucho. También nos informó que Los Algarrobos estaba en el otro camino. Así que caminamos de vuelta, y justo venía Max a buscarnos, pues había encontrado el río… que en realidad era un charquito poco profundo, en el que nos dimos un baño pensando que eran Los Algarrobos.
Un rato después, pasó otro señor en su caballo y nos dijo que Los Algarrobos estaba cerca de allí, que nos daríamos cuenta al verlo. Entonces, decidimos caminar un poco más.
Íbamos todos mojados sobre las piedras y, de repente, una serpiente pequeña me pasó entre las piernas. Nos asustamos, y más yo—lo admito—pues la serpiente prácticamente me rozó.
Con algo de miedo seguimos caminando, y empezamos a oír agua cayendo. De pronto, el camino se terminó y apareció una hermosa caída de agua: una charca visiblemente profunda que invitaba al esparcimiento. Sin pensarlo mucho, mandamos a Karla adelante a probar la profundidad… ¡y estaba honda, oh sí! El agua era fresca, verdosa… pero hicimos tanta revoltura que la dejamos color chocolate. El chorro era de unos tres metros, y hasta allá fuimos a darnos unos buenos masajes naturales.
Más tarde llegaron unos lugareños e hicieron tremendos clavados en el charco. Unos niños aprendían a nadar y nos contaron sus aventuras; debe ser muy divertido vivir en un lugar como Chicá.
De regreso vimos un centenar de sapitos negros saltando de un lado a otro, huyendo de nosotros. Parecían haber pasado recién una etapa de su metamorfosis. También nos topamos con chinches rojos y un “meracho” (Basiliscus basiliscus).
Este es solo uno más de esos lugares que ni siquiera imaginamos que existen, especialmente para los capitalinos. Es hermoso ver cómo los lugareños de Chicá se preocupan por sus ríos y quebradas, sin miedo a invitarnos a ellos, confiando en nuestro sentido de responsabilidad con el medio ambiente. Tantas especies en un solo día es mágico verlas en su estado silvestre, pero ellas mismas saben cuándo no recibirán ningún daño y salen a mostrarnos sus virtudes.
Elàcarpintero habado,àMelanerpes rubricapillus, es un ave de crÃÂa que habita en el suroeste de Costa Rica,àal sur de Colombia, muchas partes de Panamá,àtambiénàen Venezuela, Guyana, Tobago.
Este pájaro carpintero se encuentra en la selva y en los bosques semiabiertos y en tierra de cultivo. Anida en un agujero de un árbol muerto o de un cactus grande. La nidada es de dos huevos, incubados por ambos sexos, que abandonan el nido después de 31-33àdÃÂas.
Los adultos son de 205 milÃÂmetros de largo y pesan 48 gramos . Tienen un lomo blanco con negro parecido al color de las cebras , alas y los muslos blancos. La cola es negra con algo de blanco y las partes inferiores pardo palidos.
El macho tiene un parche de corona roja en la nuca. La hembra tiene una corona color beige y la nuca palida. Particularmente, las aves jóvenes son más pálidas en las áreas de cabeza y cuello. M. R. terricolor es más grande y mas oscuro de pecho que la raza nominal.
Picotea la madera en descomposición en busca de hormigas, abejones y larvas; también toma insectos pequeños y arañas de los troncos y ramas e inclusive del follaje. Consume muchos frutos, incluso bananos de los comederos. Visita las flores de ââ¬Åbalsaââ¬Â (Ochroma pyramidale) para tomar su néctar.
En el estómago de un individuo juvenil se encontró tan solo un 8% de insectos, mientras que el 92% restante consistÃÂa en material vegetal.
Algo curioso es que viven en parejas durante todo el año, pero duermen solos en los huecos.
ElÃÂ benteveo real oÃÂ suiriri real (Tyrannus melancholicus) es una especie de aveÃÂ de la familia Tyrannidae.
Mide aproximadamente 20 centÃÂmetrosày pesa alrededor de 40 g. El macho no se diferencia de la hembra con respecto a su plumaje, tiene el abdomen de un color amarillo, el pecho de un color oliváceo el cuello es de un color gris claro y la cabeza es de color gris.
Habita en sabanas, cerca de rÃÂos, montes, matorrales y áreas urbanas. En Américaàse distribuye desde Estados Unidosàhasta àArgentina.
En Panamá lo vemos tanto como los famosos ” Talingo” ( negro coligrande) y lo conocemos popularmente con la jerga de “pechiamarillo”.
Se alimenta especialmente de insectos que los caza generalmente en vuelo aunque a veces incorpora pequeños frutos a su dieta. Su nido consiste en una taza poco profunda de tejido no muy fino, construida de pedacitos de bejuco seco, zacate, tallos de hierbas y zarcillos, con un forro de materiales más finos y a veces con pelo de caballo.
Con frecuencia el tejido es tan ralo que se alcanzan a ver los huevos desde abajo. Lo ubican a una altura de 1.8 a 12 m. en la parte alta de un arbusto o árbol en una situación expuesta, y a veces a muy baja altura sobre el agua. Ponen 2 ó 3 huevos blancuzcos o ante pálido, con manchas café rojizo o café pálido y lila. La incubación tarda cerca de 15 dÃÂas y los pichones abandonan el nido poco después de nacidos. Se reproducen de marzo a julio.
En dÃas pasados estuvimos guiando a los muchachos de la escuela de Turismo Geográfico Ecológico de la Universidad de Panamá por el sendero la Cruz, Cerro la Cruz, en Parque Nacional Altos de Campana. Fue muy emocionante y placentero poder compartir experiencias con estos jóvenes que se están adentrando al medio.
Bastante sorprendente para nosotros fue comprobar las habilidades fÃÂsicas de estos muchachos que no se quejaron en ningún momento, demostrando en cada paso su interés por el medio ambiente y los seres que lo habitan.
Posteriormente nos fuimos a dar un baño en las refrescantes aguas de la Laguna de San Carlos que nos recibió con un clima agradable que poco a poco se fue opacando y dejo caer sobre nosotros una lluvia sin truenos ni relámpagos que nos invitó a entrar en el lago y pasar un excelente momento.
Fue impresionante como la Laguna de San Carlos se fue llenando de neblina. Todos nos emocionamos por lo curioso del momento.
Como siempre el Señor Florentino de la Laguna de San Carlos se ofreció amablemente a contarnos la historia del lugar y ya con lo mÃstico del momento, la historia se volverÃa inolvidable.
Gracias a los muchachos de la Universidad de Panamá, Turismo Geográfico Ecológico por dejarnos guiarlos por estos senderos. Estamos seguros de que ésta fue solo una primera vez.
Fuimos entrevistados por Marianella Mejia, una reconocida periodista del diario La Prensa,àquienàmuy interesada en Enlodados, nos invito a dar a conocer mas el website, siendo mencionado en el artÃÂculo ” Portales hacia la Naturaleza” de laàsecciónà” Vivir Más”. El propósito general de esta entrada fue dar a conocer algunos sitios de internet àenfocados en sitiosàturÃÂsticosày eco turÃÂsticos de nuestro hermoso paÃÂs: Panamá.
La Reserva Forestal La Yeguada es un lugar que se queda permanente en la mente de quien lo visita.
Llegar es bastante fácil: una vez en Aguadulce, exactamente 15 minutos después se encuentra la entrada del Jaguito, en el Roble, Coclé. La Yeguada está ubicada en el distrito de Calobre, desde el Jaguito te toma 1 hora y media en carretera, 72.8 kilómetros.
Hay otra opción manejando hacia Santiago y luego entrar por la carretera hacia San Francisco, luego desviarse a Calobre y de ahí a La Yeguada, lo cual toma mucho más tiempo si vienes desde la ciudad de Panamá, pero es muy conveniente si vienes del interior del país. Toma más o menos 1 hora y 20 minutos, con 65.8 km.
También conocida como Chitra-Calobre, es una reserva forestal que protege la cuenca hidrográfica de La Laguna, misma que provee de energía hidráulica a la hidroeléctrica. Es un complejo volcánico masivo localizado en la provincia de Veraguas, en Panamá, justo al norte de la península de Azuero.
Tiene una altura de 1,297 metros sobre el nivel del mar y su última erupción fue hace unos 1,625 años. La cuenca hidrográfica de La Yeguada es de 638 km², ubicada en la Reserva Forestal La Yeguada de 70.9 km². La profundidad promedio de la laguna es de 5.2 metros, siendo la máxima de 6.5 metros. Sus coordenadas geográficas son aproximadamente: 7°40′N, 81°30′W.
Ya íbamos bastante exhaustos de tanto andar en carretera hasta que vimos un letrero que decía “18 kilómetros La Yeguada”. Nos pusimos felices, y de ahí en adelante solo fueron curvas, montañas; a lo lejos divisamos los Picachos de Olá, a otro lado las lejanas montañas de Santa Fe, volcanes viejos que se encuentran en la cordillera norte de Veraguas. Nos detuvimos en un precipicio a tomar fotos y observar la belleza natural de este lugar lleno de magia.
Más adelante, pinos y musgo nos rodeaban, sentíamos que estábamos cerca y, en efecto, vimos la caseta de la ANAM y un patio de pinos precioso donde había varios carros y tiendas de acampar y, al fondo: la laguna de La Yeguada.
Emocionados, empezamos a armar las tiendas. El área es sumamente limpia y plana. Cuenta con una letrina rudimentaria. El lugar está ubicado en un pinar que se plantó hace más de treinta años. Ya no está permitido realizar fogatas.
Descansamos un rato y nos fuimos dispuestos a darnos un chapuzón en la laguna, pero al estar en ella nos dio un poco de miedo y nos dimos un baño en las orillas. Observamos que los lugareños sí nadan hasta una torre en donde descansan cormoranes y que queda bastante lejos de la orilla. Nos sentamos a escuchar el viento y nos sentimos honrados de estar allí.
Cocinamos festivamente de todo un poco. Buscamos leña y de hacer la fogata, que como siempre, le toma 5 minutos. Comimos pan pita con queso, luego hicimos coditos con tulip y hongos. Fue divertida la logística para cocinar casi de noche. Luego bajamos a observar el anochecer. Pinos infinitos, los pájaros incesantes en su canto, águilas excitadas en su bullicio. Inhalé una bocanada del aire purificador, capturé el paisaje y lo encerré en los recuerdos placenteros…
La laguna es el cráter de un volcán primitivo, que algunas personas dicen que sigue activo. Creada en 1967, la reserva forestal forma parte de la cuenca que provee energía hidráulica a la hidroeléctrica de La Yeguada.
Es de tipo estratovolcán, y se desviaron las aguas del río San Juan hacia la quebrada Las Lajas, único afluente de la laguna, para aumentar el volumen de agua utilizable para la generación de energía eléctrica.
Esta Reserva Forestal recoge una de las experiencias más antiguas de reforestación con Pinus caribaea en Centroamérica, la cual se inició a fines de la década de 1960 y ahora cuenta con más de 2,000 hectáreas plantadas. Parte de los pinos fueron sembrados durante el gobierno del general Omar Torrijos. La laguna, que originalmente tenía 1.0 km², aumentó a 1.125 kilómetros cuadrados al culminarse las obras de cierre de un vaso mayor.
La carretera que sube a la laguna ha sido asfaltada y está en excelentes condiciones para todo tipo de autos. Está bajo el control de la ANAM: pagamos $5 por persona, con lo cual se permite acampar, utilizar el baño y acceder a áreas recreativas como la cascada El Desvío.
Al día siguiente, luego de un delicioso desayuno, subimos a la cascada, de unos 35 metros de espectacular caída, y la contemplamos embelesados hasta que superamos el frío y nos pudimos meter. Escalamos y nos sentamos en su caída a darnos masajes naturales.
Después de ese vigorizante baño, nos fuimos a La Represa, de donde cae el agua que se desvió hacia la cascada. La Represa es un río embalsado pero limpio, con una profundidad perfecta para los adultos y con el agua cristalina.
Veraguas tiene hermosos lugares, llenos de naturaleza virgen dispuesta a ser explorada; montañas de verdes intensos esperando ser coronadas.
Un poquito más lejos y bien planificado no cuesta mucho: acampar es lo mejor. Convivir con la naturaleza siempre es una experiencia formidable.
¡Que les vaya excelente en su visita!
El Majagua es un río de la República de Panamá, ubicado en la provincia de Chiriquí, al occidente del país. Su naciente se encuentra dentro de la cuenca hidrográfica del Volcán Barú y constituye un curso de agua permanente.
Para llegar al lugar, se debe tomar una chiva directa a la terminal de David, y luego hacer un trasbordo tomando un autobús con destino a Dolega o a Boquete, ya que ambos pasan por el balneario. El Balneario Majagua está situado en un área conocida como Portachuelo, ubicada entre David y Dolega.
Al llegar al balneario, nos encontramos con un bohío que, según cuentan, tiene más de 50 años en ese lugar. Aunque el río estaba algo seco, su nivel era adecuado para darse un buen baño.
En ese momento, el río era solo para nosotros. Con el paso de las horas, llegaron algunos estudiantes de un colegio de David; al parecer, es común que grupos escolares visiten el sitio.
Los jóvenes se subían a la cascada con facilidad y hacían apuestas para ver quién era el más valiente y se lanzaba primero.
Me comentaron que, antes de la construcción del bohío, no existía carretera de acceso, y que originalmente el área era un pequeño cerro que, con los años y la erosión, fue cediendo. Las lluvias también han tenido un gran impacto en la zona; en algunas ocasiones, el agua ha llegado hasta el bohío. Tristemente, algunas personas han fallecido en el río, y cada año sus familiares regresan al sitio para lanzar flores blancas en su memoria.
El Majagua es un lugar tranquilo, ideal para compartir con amigos o en familia.
Esta vez fuimos a un lugar inimaginable, tuvimos la dicha de por primera vez, pasar sobre las aguas del rÃÂo Chagres, el más grande afluente de la República de Panamá.
Entramos por la Cabima, que esta situado en la carretera hacia las Cumbres, nos detuvimos en el Restaurante Pio Pio de la Cabima y preguntamos por donde llegar a Puerto Corotú.
Tomamos la carretera justo a mano izquierda de frente a dicho restaurante ày fuimos preguntando hasta llegar a la monstruosa fábrica de Cemento Bayano, verdaderamente desagradable y de ahàseguimos hasta ver las señalizaciones de Parque Nacional Chagres y Puerto Corotú.
Llegamos al gigante árbol de Corotú, caracterÃÂstico de que estábamos en el puerto del Lago Madden conocido mejor como Lago Alajuela.
Una vez allàpreguntamos por Iván, con el cual habÃÂa hablado solo por teléfono móvil y lo imaginaba como guÃÂa turÃÂstico de alguna empresa o parecido, cuando él salio a nuestro encuentro iba ataviado solo por un taparrabo y una falda de chaquiras. Nos puso en contacto con Miromel, un indÃÂgena Emberá que no hablaba nada de español.
De repente apareció un señor en 4weel con uniforme de la ANAM a cobrarnos la entrada al Parque Nacional Chagres y a reprendernos por no haber parado la garita, nada visible. El costo por entrar a este Parque Nacional es increÃÂblemente de 5 dólares por persona panameña (luego supimos que eran 3$).
Entre señas y gestos Miromel nos indico que nos subiéramos a la piragua, un medio de transporte tradicional de los indÃÂgenas para llegar a sus hogares, de unos 6 metros de largo por menos de un metro de ancho. Miromel nos preguntó qué querÃÂamos hacer primero y cual era nuestro itinerario.
Nos cuentan que en los años 70 el señor Emiliano Caisamoàsalio del Darién con su familia hacia la ciudad de Panamá, para buscar progreso en cuanto al recurso económico ya que su producción agrÃÂcola y ventas era pésimo. Las condiciones de pago y por otro lado los colombianosàcontrabandistas clandestinos eran un peligro paraàsusàhijas y esposas y hasta para sus propias vidas.
Es por esta situación que llegan a Panamá en la década de los 70 y luego con el pasar de los años funda la comunidad Embera Drúa acompañado por sus hijos y bisnietos que fueron su tercera generación. En ese entonces el trabajo agrÃÂcola no estaba limitado, ni el uso de la tierra, pero posteriormente el 2 de octubre de 1984, se crea el Parque Nacional Chagres y se limita la agricultura y el uso de la tierra ya no daba para el comercio solo para la subsistencia, asàque Emiliano Caisamo decide empezar con la artesanÃÂa.
AMPYME, la Autoridad de Panamá para micro, pequeñas y medianas empresas, les está dando la formación en estas áreas y los está ayudando a registrarse legalmente en el proyecto de turismo, lo que demuestra que son una comunidad muy organizada de la cual están muy orgullosos.
Lo que ofrecen es turismo ecológico y cultural.àLa parte cultural es que los visitantes descubren e interactúan con los indÃÂgenas, la parte ecológica, significa aprender àacerca de la selva, y todo ello sucede de manera de bajo impacto para el entorno natural y sus formas de vida.àLos visitantes van para experimentar la naturaleza, pero no se pueden tomar las plantas o los animales.
Miromel metÃÂa una larga vara dentro del agua para verificar la profundidad y Mario, que manejaba la máquina, la movÃÂa de un lado para el otro ày no arrastrarla. En un momento la cosa se puso extrema, tuvimos que dejar todo dentro de la piragua y ayudar a moverlo entre los rápidos que nos atacaban por un lado. Un momento verdaderamente extremo.
Decidimos ir primero al chorro y UFF! vaya experiencia,àdespuésàde caminar un poco por la selva llegamos a la preciosura de lugar, sacado de unaàpelÃÂculaàde hadas. àMax y su mamá estaban muy emocionados, al igual que Karla en la que seàveÃÂanàlos ojos de felicidad, Andrés con ganas de meterse al agua y Leo y yo tomando fotos como locos para dejar la cámara y tirarnos al agua!
A lo largo de la orilla del rÃÂo Chagres, se pueden ver cocodrilos, caimanes, nutria de rÃÂo, aves como loros, guacamayas, tucanes, martÃÂn pescador, entre muchos más.
Nos bañamos en las aguas del Chagres bajo ese esplendoroso chorro, todo fue un contento, me caày casi me parto un dedo, pero no importó, Max también se dio algún golpe que no pasó a más, andábamos tan emocionados que no veÃÂamos donde ponÃÂamos los pies. Después de casi una hora y cuando ya se acercaban algunosàextranjeros, Miromel nos dijo que serÃÂa mejor retirarnos. Llenos de felicidad y regocijo, emprendimos la marcha a seguir por lo que nos esperaba pues no ÃÂbamos ni por la mitad.
Nos recibieron con bailes en la comunidad. Tomamos asiento en algunos bancos y esperamos por más. Iván nos empezó a explicar todo acerca de sus costumbres y tradiciones, historia, modo de vida, nos dijo hasta cómo hacÃÂan sus vestiduras y algo muy curioso fue ver el ââ¬Åbrassierââ¬Â de la joven indÃÂgena del que colgaban monedas de 5 y 25 centavos panameños y relucÃÂan contra los rayos del sol. El rey de la comunidad se le llama “Noko”, y el curandero ElÃÂas. El Noko es quien da permiso para todo, hasta para las fiestas y tomar bebidas alcohólicas.
Es importante destacar que tienes que llevar tu propia agua, ya que el agua usada en la comunidad no es filtrada. También es importante llevar billetes de denominaciones bajas como 1 dólar o 5 dólares ya que hay dificultades con grandes cuentas.
Una joven se acerco con un plato de pescado el cual estaba delicioso y fresco, acabado de sacar del Chagres, con plátanos fritos en su punto.
Después de eso nos fuimos con el botánico y los extranjeros subiendo una loma, vimos un mono araña en alguna de las casas, pasamos por los puestos donde venden las artesanÃÂas con precios geniales para tan magnificas obras.
Llegamos al sendero y ahàel señor nos explicó una a una las plantas que tenÃÂa y sus funciones. Nos dió a probar algo asàcomo una rama de un arbusto y al instante, la boca nos picaba, era una sensación extraña como si la lengua estuviese dormida.
Dice él que tiene la cura del cáncer y muchas otras enfermedades, no vende ninguna planta, la única manera de que te cure es prácticamente yendo a vivir algún tiempo allá.
El Tour incluye: – transporte en piragua ida y vuelta aproximadamente 40 minutos de ida y 35 minutos de regreso, – Visita a la Cascada del Indio en la que te puedes quedar el tiempo que plazcas, – Bienvenida de los Emberá Drúa con cantos y bailes y su Rey al frente, – Charla informativa de todas las actividades diarias de los Emberá y su etnografÃÂa por categorÃÂas- Un delicioso plato de pescado frito (tilapia) con plátanos, – Bailes tradicionales por las mujeres del pueblo, – Bailes tradicionales interactivos para el público, – Visita al jardÃÂn botánico en donde se explica cada una de las plantas curativas y sus funciones, – Puedes bañarte de nuevo en el rÃÂo de aguas cristalinas, – Te llevan a ver caimanes, aves, iguanas en plenas funciones. Entre muchas otras cosas más ofrecen tatuajes de jagua, el cual hasta el dÃÂa de hoy aún tengo, duran aproximadamente 1 semana y son muy caracterÃÂsticos de estos indÃÂgenas, se dice que esta pintura limpia la piel, ya que es de origen vegetal y es sacada de un árbol llamado Jagua (Genipa americana).
También se puede pasar la noche para vivir una experiencia más amena y despertar con los sonidos de la selva.àOfrecen tours deàAvistamientoàde aves, fotografÃÂa extrema, pescar, kayak, y hasta hacer trekking.
Algunos hablan español, otros solo la lengua Emberá y están aprendiendo el español, cabe destacar que también tienen su escuela en la cual da clases una maestra proporcionada por el Ministerio de Educación.
Queda la memoria de una experiencia única dentro de un lugar increÃÂble en donde la naturaleza perdura, en donde la etnografÃÂa es respetada, en donde la vida te la da la Naturaleza y nada más.
Un paraÃÂso en Panamá.
Esta ave es muy común verla en nuestros campos, alimentándose de semillas. Los múltiples nombres cientÃÂficos y comunes para este mismo pájaro son el resultado de desacuerdos sobre su clasificación. Los machos son de color negro arriba y blanco abajo con un cuello negro y babero, un collar blanco, una mancha blanca en la base de las plumas primarias , y un amplio y negro, pico convexo.
No estoy segura de por qué este macho tenÃÂa puntos blancos en los ojos, pero estas aves en realidad son muy variables en sus marcas.àMiden 10,5 cm (4 pulgadas) de largo y pesan aproximadamente 11 g (0,4 oz).
Una variable hembraào Wing-barred Seedeater son similares, pero es un color opaco de oliva por encima y un color amarillo pardo.àLos rebaños con otras especies de comedores de semillas de pastos, campos de maleza en prados y otros.
Esta especie se alimenta principalmente de semillas de la hierba, pero también tiene otras semillas, bayas y algunos insectos.
El nido de copa es endeble, construido por la hembra y está hecho de material vegetal grueso y forrado con unas pocas fibras más finas. Se coloca en un árbol de 0,4 a 6 m, a veces superior, en el tenedor de una ramita. El embrague es de dos o tres huevos de color marrón-gris pálido moteado, que son incubados por la hembra sola durante 12-14 dÃÂas.
El Seedeater variable tiene una llamada Chur duras. El canto del macho consiste en una mezcla de gorjeos, silbidos, y pÃÂos, y es más elaborada en la vertiente del PacÃÂfico.