Cascada Bermejo, Santa Fe de Veraguas
abril 13, 2015 • Chorros y Cascadas, Ríos, Vegetación, Veraguas • Comments
Desde que empecé a tener conciencia del mundo circundante, se dio en mÃ, ese comportamiento inquisitivo natural llamado curiosidad por los bosques, formaciones de rocas y lo que para mà en ese entonces eran grandes montañas. Pude haber tenido 5 o 6 años cuando, por vez primera, mi madre me llevó a conocer el valle de Antón y quedé prendada como cualquier niño de las charcas y anonadada de los colores magnÃficos de aquellos seres increÃbles, como aves del paraÃso, que habitaban en el NÃspero. De regreso a ese viaje, prácticamente babeaba viendo el paisaje circundante, y recuerdo claramente cómo me dije a mi misma que querÃa ser grande para poder subir esas rocas que décadas después entenderÃa que se nombraban peñones en Campana.
Descubrà Santa Fe de Veraguas en un reportaje de alguna revista que mi padre llevaba a la casa, y de inmediato, dije… carajo! Apenas tengo 13 y falta mucho para ser mayor de edad y poder caminar esos senderos… Uff! No saben cuánto me maldije cada vez que mis compañeros de escuela se iban “pal interior†y yo no podÃa pues simplemente no tenÃa familia en el interior del paÃs, pues es neta de Arraiján. El pecho se me achicaba cuando veÃa el Trinidad, jamás imaginarÃa siquiera que fuese a llegar a su cima.
Ahora, en mi década de los 20’s, Santa Fe se ha convertido en mi Talón de Aquiles: prácticamente un sitio en el que me gustarÃa vivir. Tiene todo: cerros, cascadas inmensas y otras personales, a pocos kilómetros de una costa virgen, con una gran producción de café además de orquÃdeas y con uno de los parques nacionales que abarca 5 biomas sobre las vertientes del PacÃfico y del Atlántico y es uno de los más saludables del paÃs.