Chiguirà Arriba, Provincia de Coclé
abril 20, 2013 • Chorros y Cascadas, Coclé, Vegetación • Comments
Uno de los lugares a los que nunca me canso de ir es sin duda Chiguirà Arriba, no recuerdo ya cuantas veces he ido. Es un corregimiento del distrito de Penonomé en la provincia de Coclé. Se fundó en el año 1940. Entre las elevaciones que más se destacan tiene: Cerro Congal con 992 metros, Cerro Escaliche con 866 metros de altura y Cerro U 652 metros. Tiene una superficie de 204.1 km2 y una densidad poblacional de 42 habitantes por km2. Su población según censo de 2010 es de 10,018 personas y 1,924 viviendas.
DÃcese de un Cacique que dominaba estas tierras, llamado Chi GuirÃ, o GuirÃ. Viajaban a través del rÃo al cual se les dio el mismo nombre, rÃo Chiguirà y que actualmente une tres comunidades Chiguirà arriba, Chiguirà centro, Chiguirà abajo.
La razón por la que me gusta tanto este lugar es simple, el contacto tan especial que existe allà entre naturaleza y humanos es impresionante. Obviamente tengo mi “secret spot†donde me quedo a pernoctar y puedo asegurarles que la fauna que uno ve en un solo dÃa es increÃble; voy a describirles solamente lo que vi en mi última visita de dos dÃas en ChiguirÃ.
Era carnavales y el hostal estaba abierto, obviamente fuimos a acampar con todo lo necesario. Luego de pasar una tarde tranquila, con un atardecer increÃble, a casi un lado del cerro La Vieja (404 msnm), con el sol ocultándose bajo las montañas de Penonomé, hicimos  la cena y nos llenamos de comida.
Esa misma noche escuchamos sonidos extraños provenientes de un árbol de caimito, al acercarnos sigilosos pudimos distinguir en la oscuridad la forma de unos animalitos que se abalanzaban de un árbol a otro, se trataba de una manada de monos nocturnos (jujuná), toda una familia que iban a cenar caimito justo encima de nuestra carpa; se nos quedaban viendo atentos y con esos ojazos preciosos, por minutos enteros nos vieron asustados mientras comÃan su caimito y hacÃan su sonido particular. Y ¿adivinen? De pronto pasó un animalillo tan rápido que no distinguimos si se trataba de un olingo o un cusumbi. La emoción fue tanta que nos quedamos buen rato viendo si volvÃan a aparecer, y a ver si les tomábamos fotos, que en su momento fue algo prácticamente imposible.
Y bien, nos fuimos a dormir… una rana descansaba sobre una planta del hostal, los bichos hacÃan sus sonidos de la noche y llenaban el ambiente de una manera fantástica.
A la mañana siguiente nos levantamos con ganas de caminar y fuimos a explorar detrás del hostal. HabÃa un cerrito, primero pasamos una loma bastante inclinada, un alambre de púas, llegamos a un área llena de pinos con vista al cerro La Vieja y no muy lejos, volaban unos gavilanes grises que denotaban estar disfrutando la mañana fresca y llena de rocÃo.
“El Cholo Guerrillero, Victoriano Lorenzo, durante la Guerra de los Mil dÃas, dejaba de vez en cuando a sus hombres para ir a ver a la Vieja. Éste era el sobrenombre para la querida que vivÃa por aquellos montes coclesanos adonde el caudillo liberal iba a recobrar fuerzas para volver, luego, a la lucha. Eso, según los habitantes de la región, dio su nombre al Cerro La Vieja o Cerro de La Vieja“.
Las paisanas graznaban y se lanzaban de un árbol al otro. Otras aves llenaban el ambiente con sus cánticos comunes como el motmot, los ruiseñores y los carpinteros.
Bajamos la loma y regresamos a hacer el desayuno, pero lo que nos esperaba frente a la cocina eran unos lindÃsimos monos tità tan curiosos que no se movieron de ese árbol por buen rato. Pudimos adelantar el desayuno y ellos seguÃan en el árbol, estos sà se dejaron tomar fotos.
Compartimos el desayuno con “Aye Aye†y “Coronelâ€, dos canes amigos que siempre están en el lugar, aprovechamos un rato para reposar y decidimos irnos a alguna cascada de las varias que hay cerca de Chiguirà Arriba.
Asà que tomamos un bus y nos bajamos en el pueblo, caminamos preguntando donde podÃamos encontrar otra cascada que nos fuera Tavidá, que es la común a visitar en este lugar. En el camino nos topamos con un Colarejo o tucancillo “rockero†(Collared aracarÃ).
Encontramos un chorro pequeño y llamativo que a mà en lo personal me transmitió un poco de miedo a pesar de no parecer peligroso; locuras mÃas.
En el pueblo de Chiguirà Arriba hay escuela, una iglesia católica y alguna otra; hay varios mini supermercados, el transporte público pasa casi cada hora y son unos autobuses – camiones que me recuerdan un poco al arca de Noé.
La carretera está en buenas condiciones para cualquier tipo de auto hasta ChiguirÃ. Los buses se toman en el mercado de Penonomé, la dirección se encuentra en el post de “Cascada Tavidáâ€.
Ya de regreso decidimos cambiar de ruta y en vez de ir hacia Penonomé, nos sentamos una hora a esperar un transporte 4×4 que nos llevara al Valle de Antón, saliendo desde Chiguirà Arriba. Mientras esperábamos, pasaron varias Oropéndolas Montezuma. Desistimos y nos subimos en una “chiva†rumbo a Penonomé, pero qué casualidad que la chiva se metió por el mismo camino hacia el Valle de Antón a dar la vuelta por allá y recoger pasajeros, en eso vimos que detrás venÃa uno de los carros 4×4 que llegan al Valle por esta ruta, que no es nada fácil, la calle es malÃsima, es decir un camino, piedras sueltas, y mucho polvo por ser verano.
Empezamos a gritar y el carro 4×4 paró y nos subimos en él. Nos tomó aproximadamente una hora llegar al Valle, fue una experiencia magnÃfica poder pasar por toda esa cordillera, ver desde otro punto el Cerro Gaital y las Tres MarÃas, además de todos esos cerros de Penonomé, como el Congal, Chichibalà o el Turega, una vista esplendorosa desde lo alto.
¿Cuantas veces he dicho que Panamá es hermoso? Hay tanto por ver aún…