Por descabellado que parezca, nuestros amigos prefieren la lluvia al sol. Y cuando llega esta época del año, es cuando más nos preparamos para ir en busca de cascadas. Armamos el equipo adecuado para las lluvias, coordinamos todo lo necesario, y a las 7 a.m. nos fuimos en un transporte 4×4 a cazar cascadas entre Chame y Capira. Sí, 12 horas no son suficientes, ¡pero hacemos lo posible para aprovechar cada minuto!
Nuestro trip fue de día entero entre la sierra, recorriendo algunas comunidades poco conocidas y algo olvidadas por nuestros gobiernos, donde el lodo domina los caminos, y la brisa y el aire fresco y frío se te meten hasta lo más profundo de los pulmones.
Nuestra primera parada fue en el Salto de Manglarito, una magnífica e imponente cascada que nos dejó a todos boquiabiertos. Su magnitud y fuerza eran descomunales. Al verla, no podíamos evitar pensar en el tiempo que debe haber transcurrido para que se formara esa particular figura: baja como en un tobogán, parte la roca y se desvía en una estruendosa cortina de agua, solo apta para cardíacos.
Con mucho cuidado, los más osados se acercaron a la cascada, mientras otros se bañaban en la orilla. Por la época, era evidente que recientemente había pasado una creciente —quizás el día anterior— y lo que presenciamos era la bajada del remanso que, aunque turbia, dejaba ver que se trataba de agua limpia.
Todos quedamos impresionados con la belleza de este lugar, nuevo para casi todos y mágico para muchos, como para Ean, un bebé de 3 años que nos acompañó con toda su familia, a quienes agradecemos profundamente por su confianza.
Nos montamos en la chiva y emprendimos el viaje hacia La Gloria, donde nos bañamos en su deliciosa y tranquila cascada. Luego, disfrutamos de un almuerzo espectacular: arroz con pollo hecho en fogón, ¡una verdadera joya gastronómica!
Tras el merecido descanso, y como ya lo teníamos planificado, aún nos faltaba visitar otra cascada. Así que nos fuimos en su búsqueda y pasamos un rato ameno en las aguas mansas del río Cirí, lamentando cuando llegó la hora de partir.
Como siempre, agradecemos a todos nuestros amigos aventureros que nos acompañaron en este trip, por su entusiasmo, apoyo, unidad, compañerismo… ¡tantas cosas! Y gracias infinitas a los locales, con quienes es un verdadero placer trabajar en la logística de viajes como este. Sin ustedes, nada de esto sería posible.
¡Enlodados rulz! Seguimos trabajando para que todos podamos disfrutar de las majestuosidades que posee nuestro precioso país, siempre poniendo énfasis en la conservación de los sitios naturales, la educación ambiental y empoderando a las comunidades locales para un turismo sostenible, sustentable y 100% amigable con el entorno.