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Picachos de Olá, Coclé.

Analicemos.

Su forma es llamativa, diferente. Picos puntiagudos y son varios, ningún cerro en Panamá se asemeja. Soy de las que se pregunta siempre: ¿Cómo se formó esto?

Bien,

En cuanto a edad geológica, en el Jurásico Superior se inician las primeras actividades volcánicas submarinas que dan origen al Istmo de Panamá. Se inician las intrusiones graníticas en lo que serán luego las Serranías de Chiriquí­, Macizo de Canajagua, Sierra Llorona de Portobelo, Cordillera de San Blas y Tacarcuna, Montañas de Chimán y Darién.

En el Cretáceo, las rocas más antiguas del Istmo de Panamá las encontramos en las Penínsulas de Las Palmas y Azuero, en el lago Gatún, Cordillera de San Blas, Serranías de Majé y El Sapo.

En el Paleoceno y Eoceno, continúa la formación del Istmo de Panamá, pero en mares poco profundos.

En el Oligoceno, se da una intensa actividad volcánica en la parte Septentrional de América Central. Formaciones como Santiago y Montijo (Veraguas). Cerro Bombacho (Los Santos) Uscar­ (Bocas del Toro). Bohí­o, Emperador, Culebra, Cucaracha y Caimito (zona del Canal).

En el Mioceno, grandes cuencas de sedimentación en las actuales tierras bajas de Panamá y Costa Rica. Levantamiento rápido de las Cordilleras de Talamanca y Serranía del Tabasará. El istmo de América Central estaba totalmente revelado. A este período corresponden las rocas sedimentarias más importantes encontradas en Panamá. Formaciones: Mont Hope, Chilibrillo, Gatún (Zona del Canal), Tuira, Chucunaque y Topaliza (Darién). Laguna de Chiriquí, Península de Valiente, Gatún, Uscar­ (Bocas del Toro). Santiago (Veraguas).

Y aquí­ es donde llega el Plioceno, para mi, uno de los tiempos geológicos más importantes ya que se termina de cerrar el Istmo de Panamá, separando el Mar Caribe del Océano Pacífico.

Grandes movimientos horizontales lentos que se producen para formar cordilleras y epirogénicos o movimientos verticales que generan solevantamiento (Levantar algo empujando de abajo arriba) y hundimiento de bloques. Las regiones de América Central Ístmica e Insular quedan perfiladas en sus contornos actuales. Los volcanes Barú y El Valle muestran gran actividad. Grandes flujos de lava forman el cerro de Chame y los Picachos de Olá.

Los Picachos de Olá, son domos de lava dacítica, que es la parte más superficial de la columna magmática de un volcán; se genera después de que el magma viscoso sale del conducto volcánico, se acumula y tapa el cráter. La edad de los Picachos varí­a entre 1,9 a 1,7 Millones de años.

Como escribí anteriormente sobre este sitio, cito:

Producto de estos choques de placas en donde una se metía debajo de otra se dieron fusiones del manto terrestre provocando fisuras por donde se logró colar el magma hacia el exterior originando una cadena de eventos volcánicos que facilitó el emerger de islas volcánicas que lograron interconectarse formando el territorio firme del Istmo de Panamá.

Cerro Picacho por consiguiente se formó como parte de este proceso dado su origen volcánico. Como es una extensión al sur de la Cordillera Central en donde se encuentran las montañas más viejas, se calcula que su edad geológica es más reciente, y su desarrollo tuvo lugar hasta los inicios del Pleistoceno.

El Picacho tuvo una forma cónica al principio como cualquier volcán pero debido a la naturaleza violenta de sus erupciones volcánicas, éste fue destruido dejándolo inactivo y en la forma actual.

Enlodados.com

Al llegar a la entrada lo distingues por un pequeño banner a orilla de calle, debes pagar 2$ por persona y hay donde aparcar autos.

El ascenso inicia bordeando algunas casas y casi de inmediato inicia un abrupto ascenso sobre roca suelta y paja a los lados, que en cierta época, al existir la paja da la sensación de ir entre matorrales pero en otra época del año cuando no hay, puede ser muy peligroso, al punto que en el cerro han habido accidentes de grandes caí­das y muerte.

Recomiendo ampliamente hacer el ascenso en la mañana o en la tarde, nunca en horas donde el sol pegue de forma completamente directa ya que aquí­ no hay donde resguardarse y el calor puede ser letal.

En términos de tiempo, es corto. Se puede subir en menos de 1 hora. La vista desde la cima es impresionante. Los atardeceres y amaneceres en este lugar valen demasiado la pena. En la cima hay un pequeño espacio plano para descansar.

Al bajar, hazlo con paciencia, cero apuros. Un mal paso y puede ser fatal. Si tienes trekking poles, no dudes en llevarlos, si no, consigue un palo largo o pídelo en la entrada.

Recomendaciones:
– Agua
– Bloqueador solar
– Lunch
– Siempre lleva algo dulce
– Gorra
– Zapatillas con buenas suelas.
– Ropa holgada.

Disfruta la vista y ojalá leas esto antes de visitar el sitio para que puedas imaginar todos esos movimientos orogénicos del pleistoceno.




Una visita a Isla Otoque e Isla Boná y Estivá, Golfo de Panamá.

Hace poco visite junto a un grupo de amigas, una isla que venía rondando en mi cabeza hace muchos años, ya que mi abuela paterna vivió su infancia allí­: Otoque.

Salimos temprano rumbo a Punta Chame, donde comenzamos el día con un delicioso desayuno en un restaurante frente al mar. Esta zona siempre me resulta muy curiosa: destaca por sus vibrantes colores en los locales, la variedad de restaurantes y hostales, y, por supuesto, la impresionante vista que ofrece del lado Pacífico y de las montañas del Parque Nacional Altos de Campana.

Mientras saboreábamos el café, Mateo ya estaba preparando la lancha. Todo indicaba que nos esperaba un gran día.

Subimos a la lancha con un mar tranquilo, bordeando la punta para luego dirigirnos a Otoque. El paseo es genial. El mar profundo y azul eléctrico.

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Cerro Cariguana, Valle de Antón, Coclé

Los recuerdos de momentos especiales se graban en la memoria como postales vivas. En mi caso, no solo recuerdo paisajes: también los olores, sabores e incluso los estados de ánimo que me acompañaban. Siempre llevo canciones en la cabeza, como si fueran parte del equipaje; una de ellas es Wicked Game de Chris Isaak, que me sigue como una melodía de fondo en mis caminatas.

Este cerro está ubicado en la provincia de Coclé, en el encantador Valle de Antón, un lugar donde la oferta turística parece no tener fin. Aquí, la naturaleza y la aventura se entrelazan en cada rincón, regalando experiencias únicas para quienes buscan reconectar con lo esencial.

El ascenso al cerro Cariguana es una experiencia que se adapta a tus posibilidades. Si cuentas con un buen 4×4 y un conductor experimentado, puedes llegar hasta la caseta donde inician los pinos. Si no, puedes dejar el auto al inicio del camino de piedras y empezar la caminata desde ahí; los taxis también te pueden dejar en ese punto.

Desde la entrada del camino de piedras, la caminata toma aproximadamente una hora y media, aunque, como siempre, depende de la condición física de cada persona. Si subes en 4×4 hasta la caseta, desde allí solo te tomará unos 30 minutos llegar a la cima.

Todo el sendero es de ascenso, pero agradable: rodeado de árboles que ofrecen sombra y un ambiente fresco. Al final, se abre una llanura rocosa que te conduce a un impresionante precipicio, por lo que es recomendable llevar protección solar.

La vista desde la cima es simplemente espectacular, una de las mejores del Valle de Antón, solo comparable con la del Cerro India Dormida. Desde aquí se observa el río Antón y se distinguen claramente las imponentes Tres Marías: el Cerro Pajita, el Cerro Gaital y el Cerro Caracoral.

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El Interesante Santuario de Perezosos en Gamboa.

La pandemia del Covid-19 dejó una huella profunda en nuestras vidas, impactando tanto nuestra salud física como mental. Hubo un momento en que ni siquiera sabíamos si podíamos salir de casa legalmente, y si alguna vez pensamos que todo terminaría en 2020… nos equivocamos. Aquí estamos, en pleno 2021, y la historia continúa.

Pero si algo no puede faltar en medio de la incertidumbre, es la esperanza. Especialmente para quienes vivimos en Panamá, un país donde viajar y volar es un privilegio que pocos pueden permitirse.

Vista hacia el Rí­o Chagres desde el parque del hotel

Y fue justamente en uno de esos breves respiros de libertad —ese espacio que nos concedieron en noviembre, tras la devastación causada por el huracán Eta en Tierras Altas— cuando decidimos hacer algo por el alma. Después de dejar nuestras donaciones con el corazón en el Parque Omar, tomamos nuestras mochilas, algo de agua y muchas ganas de respirar aire puro… y nos escapamos a Gamboa.

Y qué refrescante fue esa escapada. Pero, ¿y si les cuento que al llegar tuvimos un pequeño susto? Resulta que el hotel principal del Gamboa Rainforest Resort estaba funcionando como “hotel hospital” para la Policía Nacional por temas relacionados con la Covid-19. Por un instante sentí que el virus nos seguía hasta en la selva… pero no fue así, por suerte.

Este lugar es mucho más que un hotel: es un verdadero centro de exploración natural. Entre sus áreas de esparcimiento están el Santuario de Perezosos, el Mariposario, el Ranario, el Orquideario, el Teleférico y hasta un tour en lancha por el canal hacia islas cercanas. Una joya escondida a tan solo minutos de la ciudad.

Nosotros optamos por visitar el Santuario de Perezosos, con una parada en el Mariposario, el Ranario y el Orquideario. La elección fue fácil: Francisco, nuestro pequeño explorador amante de los animales, estaba emocionado solo de imaginar ver un perezoso de cerca. Y la verdad, la experiencia superó las expectativas.

Y sin duda, lo disfrutamos en grande. Luego de tanto tiempo sin poder hacer más que lo que el patio permite y esto dando gracias al universo. Poder disfrutar de la vista hacia el Río Chagres en una tarde soleada pero fresca.

Mi hijo no paró de correr por toda la exhibición. La emoción era tanta que hasta lloró y armó una pequeña pataleta —de esas que solo un niño genuinamente fascinado puede tener— al ver tantas mariposas volar a su alrededor, escuchar las ranas cantar y maravillarse con los curiosos movimientos de sus animales favoritos: los perezosos.

En el Santuario, manejado por la Asociación Panameña para la Conservación, pudimos ver dos especies distintas de perezosos. Fue una experiencia mágica para él… y, para ser sinceros, también para nosotros. Hay algo profundamente especial en ver a un niño conectar tan intensamente con la naturaleza, sin pantallas, sin filtros, solo pura vida frente a sus ojos.

En este recorrido también tuvimos la suerte de observar aves poco comunes en el día a día, como el Flame-rumped Tanager o Tangara flámigera, y el Green Honeycreeper, conocido como Mielero verde. ¡Una verdadera joya para los amantes de la naturaleza y la observación de aves!

Una de mis grandes aficiones es la jardinería. Sembrar, cuidar, ver cómo una planta crece… es algo que me llena el alma. Y entre todas, mis favoritas son sin duda las orquídeas. Esas plantas elegantes que parecen obra de arte cuando, de repente, brotan con flores tan perfectas y coloridas que te dejan sin palabras.

En esta exhibición hay decenas de ellas, junto a bromelias igualmente hermosas, todas dispuestas con cuidado para que puedas admirarlas, disfrutar de su belleza y tomarles todas las fotos que quieras. Para alguien como yo, fue un pequeño paraíso dentro de la selva.

Costo (precios especiales por reapertura tras la pandemia)

  • Adultos: $10
  • Niños: $5
  • Bebés o niños menores de 4 años: ¡Gratis!

Nota: El recorrido no incluye guía.


Recomendaciones

  • Lleva suficiente agua para el camino.
  • Empaca algunos snacks o comida ligera para merendar al salir.
  • No olvides el repelente para mosquitos… ¡hay muchos!

¿Cómo llegar?

En autobús:
Desde la Terminal de Albrook, puedes tomar un bus con dirección a Gamboa. Sale aproximadamente uno por hora y el trayecto toma cerca de una hora. El costo es de aproximadamente $1.50.

Consejo: Si no conoces la zona, avísale al conductor que vas hacia el hotel Gamboa Rainforest Resort; es una de las últimas paradas.

En taxi:
Consulta el precio antes de abordar. El costo por viaje ronda los $30.

En auto propio:
Si prefieres conducir, aquí te dejamos un mapa (inserta el enlace o imagen del mapa en tu blog).
http://www.gamboaresort.com/es/actividades

Entrevista a Nariño Aizpurúa, casi un año de ascensos al Volcán Barú.

Nariño Aizpurúa nació en Volcán, Tierras Altas chiricanas. Lo conocí­ hace casi 10 años y apenas intercambiamos palabras, hicimos una gran amistad, al punto que cariñosamente le digo “papá”. Vi con admiración el crecimiento de sus hijos, a los que crio al filo de la naturaleza, en el arte de la escalada y rápel.

Actualmente lleva 360 ascensos al Volcán Barú y no conozco a nadie que lo haya subido más. Se caracteriza por su espíritu jovial y profesionalismo en el Área de montañismo, senderismo, rápel y arborismo además de ser líder scout desde hace muchos años.

Suficientes requisitos para hacerle una entrevista y aprender más de él.

1. ¿Cuándo fue la primera vez que subiste el Volcán Barú?

No tengo memoria realmente de cuando fue (fecha), sin embargo recuerdo la primera vez que subí­ con un turista, mis hermanos mayores no estaban para hacerlo, yo tenía 14 años y mi madre me dijo: “dale tú, si tu conoces el camino!” Me pase toda la noche “aprendiendo ingles”(risas) al día siguiente durante 5 horas solo repetía: “FOLLOW ME”. En aquel “tour” gané 10 dólares, gasté más en lo que llevé de comida.

2. ¿Cuántas veces van?
Desde esa primera vez con turistas, llevo 360 veces registradas. Antes de eso no las conté.

La vez # 300


3. ¿Qué es lo que más amas del Volcán Barú?
Ser nada en medio de esas moles rocosas. El sentirte insignificante y comprender la magnitud del universo, donde el planeta tierra es solo un grano de arena. Todo eso me lleva a sentir que soy parte de algo tan inmenso.

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Cueva La Escondida, Cascada El Peñón y Cascada La Gloria: La más alta de Panamá Oeste.

Supe de La Gloria siendo una niña y cuando tuve los datos, me tiré a pie casi 3 horas hasta ella, eso fue en el 2007. Y fue hermoso; han pasado los años y resulta que alrededor de ésta maravillosa cascada, hay muchas más; pero no a simple vista.

Con el tiempo, constatamos que La Gloria es la cascada registrada más alta de Panamá Oeste y forma parte de un afluente del río Cirí­ Grande, cuenca del Canal de Panamá.


Una familia tranquila y trabajadora es la que custodia esta maravilla y salen adelante cultivando la tierra y ahora con el turismo ecológico, que para ellos, es sostenible.

Esta vez fuimos a conocer con nuestro guía local Miguel, Cascada La Escondida donde quedamos maravillados. Tenía ganas de jalar a todos a bañarse en ella; el agua color verdeaqua y sobre la misma entra un rayo de luz que lo convierte todo en magia, y al bañarte, sales lleno de energía.

Nuestra amiga cubana le dio un poco de miedo y prefirió quedarse del otro lado de la cueva, pero al rato venía con Rey que había ayudado a traspasarla, superando su miedo. Quedó sorprendida al ver lo que se iba a perder.

Al traspasar la cascada aparece un túnel en el que habitan decenas de murciélagos. Esa cueva transmite vitalidad y fue difícil decir que debíamos seguir con el itinerario.

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Reseña: Selva. Río Guanche. Salto de los Monos, ¡Extreme!

Durante muchos siglos los seres humanos hemos usado nuestro poder e inteligencia para destruir o modificar la naturaleza, para robarle espacio a otras especies y constituirnos en el centro de la evolución. Pero hay un lugar en el que seguimos siendo seres indefensos y vulnerables, y donde nuestro instinto de sobrevivencia más primitivo (ese que traemos desde los primeros días del Homo Erectus) puede salvarnos. Un lugar de peligros y leyes inexorables: la selva. – Irving Bennett, Explorador panameño.

Habíamos planeado esto con tiempo, venimos realizando este viaje desde el año 2011, pero ésta vez lo hicimos cuadriculado; todo bajo completo control, justo como debe ser al planear meterse en la selva en un mes como julio.

La selva del P. N Portobelo conlleva muchos elementos que si no conoces, es mejor ni atreverse: el río es impetuoso y se divide en variados afluentes; no existe camino marcado; tratándose de la Sierra Llorona, la humedad es contundente y así­ como los árboles de ceiba (Ceiba pentandra) de hasta 60 metros de alto, desarrollan raíces tabulares, a veces la tierra cede tanto que se caen, esto pasa a diario. Así como es posible ver reptiles inofensivos, es posible ver reptiles muy venenosos. También es área de escorpiones y bichos que más adelante detallaré. Sin dejar de lado que es una de las áreas del país con más existencia de felinos comprobada.

La lista de implementos era larga, pero funcional y necesaria; recomendamos no exceder las 15 libras y dormir en hamacas, lo cual se le hace bastante difícil a quien no está acostumbrado.

El grupo que nos acompañaría sería de 16 personas, bastante grande para nuestro gusto. Partiendo de ahí, sabíamos que el recorrido sería más lento.

Como siempre, revisamos la hoja cartográfica antes de partir, la misma ya va en la mente pues el área para nosotros es como la palma de la mano, hemos podido conocerla muy bien. Tiempo atrás, Rey y yo habíamos planteado crear una nueva ruta para que la ruta vieja se la comiera la selva, cosa que ya está sucediendo. Teníamos en mente cambiar la ruta en una parte donde aparece un acantilado.

A eso de las 10:30 pm arribamos en Guanche e inmediatamente nos bajamos del autobús, empezó a chispear. Nos despedimos de nuestro conductor estrella no sin antes advertir que de no salir antes del anochecer del domingo, estuviese alerta. Iniciamos la típica caminata por la trocha hasta donde acamparíamos.

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El fantástico Mariposario Metropolitano, ¡en la Ciudad de Panamá!

Panamá es uno de los países que cuenta con el mayor número de especies de mariposas del mundo, 1600 registradas, pero muchas se encuentran en peligro de extinción por el uso inadecuado de los mal llamados pesticidas y la deforestación.

Desde febrero inauguró el primer mariposario en la ciudad de Panamá. Sí, así como leen, en la misma city! Este mariposario va de la mano con el que está en Cerro La Vieja, Coclé; también relativamente nuevo.

Nosotros dilatamos un poco la visita pues con “El Francisco” y las lluvias, la cosa no es tan fácil, así­ que esperamos un día soleado y allá nos fuimos el domingo pasado.

Cómo llegar y horario:

Está ubicado en el Parque Natural Metropolitano y abre de martes a domingos, de 9am a 4pm. Tiene un costo de 2.50 adultos, 1.50 niños de 6 años en adelante/ jubilados y 5$ extranjeros o turistas.

Ya había visto algunas fotos del sitio en los periódicos locales, pero al llegar me sorprendí pues resultó mucho más grande de cómo lo imaginé. Tiene 400 metros cuadrados y 30 especies nativas de mariposas.

Solo verlo por fuera fue sorprendente pues se podían divisar de lejos las mariposas morfo: esas grandes mariposas celeste tornasol que nos acompañan en los senderos.

Al entrar nos atendió una chica que nos explicó algunos datos de las mariposas más vistosas, nos mostró algunas larvas, orugas y crisálidas, es decir toda su metamorfosis y luego nos dejó explorar el sitio.

Fuimos en un día soleado, muy caluroso y los lepidópteros no paraban de revolotear ¡Son sus días favoritos! El sol les ayuda a reproducirse y a hacer mejor la digestión.

¿Qué especies vimos?

Lo primero que vimos fueron una gran cantidad de orugas Pseudosphinx tetrio comiéndose un arbusto de caracucha (Plumeria alba), su favorito; la comen hasta desaparecer sus hojas.

También vimos “Caligo”, que popularmente se conoce como mariposa “Búho” por los ocelos que tiene en sus alas y que recuerdan a un par de ojos grandes, sí­, esa que tanto han satanizado.

Están también las traqueadoras (carcoma), que se camuflan en el follaje de los troncos en el bosque y hacen un sonido con sus alas.

Vimos Heliconius, que resaltan por su color naranja contrastante con negro y son de las que se alimentan de polen.

Tuve la oportunidad de dejar caminar una oruga de Morpho peleides por mi mano, ¡sensacional!

Objetivo:

Uno de los objetivos del mariposario, construido por la empresa privada Panama Biological Supplies y cuyo mantenimiento mensual asciende a 2.000 dólares y se cubrirá con los ingresos procedentes de la venta de entradas, es crear conciencia sobre la importancia de estos insectos en la conservación del medioambiente.

Este proyecto es apoyado por la Alcaldía de Panamá, bajo la dirección de Gestión Ambiental, el Patronato el Parque Natural Metropolitano y por el sector privado, cuenta con la anuencia de MiAmbiente y tiene como objetivo primordial acercar la naturaleza a los ciudadanos, proveyendo al PNM de un atractivo más.

Este es el segundo mariposario que apoya la Alcaldía de Panamá, siendo el primero de la Comunidad Emberá Tusipono, en el Parque Nacional Chagres, denominado “Laboratorio del Mariposario”.

En mis años yendo al PNM, nunca lo vi tan lleno, lo cual es realmente fabuloso. ¿Será que al fin apuntamos hacia un Panamá Verde?

Los animamos a conocer el Mariposario Metropolitano, ya no hay excusa para no tener nada que hacer las tardes de la semana o los domingos en casa. Lleven a sus niños a conocer el mariposario, aprenderán mucho y les aseguro que será una experiencia maravillosa.

El Mariposario Metropolitano cerró sus puertas luego de la pandemia del covid 19 por falta de apoyo gubernamental y local. 

Cerro Marta y Chorro Tigrero. Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera.

Partimos de la ciudad de Panamá a eso de las 2 de la tarde, la marcha fue directo a Penonomé donde nos abastecimos de lo último necesario; en el Copé nos esperaba el gran Macedonio, guía local del Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera.

Luego de esperar los todo terreno en medio de una tertulia torrijista, abordamos los autos y nos fuimos rumbo a la montaña. Ya caía la noche y los locales me decían que iban cuatro días de lluvia pertinaz.

En el camino, con un fondo de Ulpiano Vergara, le comentaba tantas cosas al conductor “Fulo” en medio de mi emoción, que bajó el volumen y empezó a hablarme de su preocupación por la deforestación, en base a que la quema “de maldad” que hacen algunas personas al área de los pinos. Ya oscurecía casi por completo y en medio de la calle de piedras, saltaban conejos muletos (Sylvilagus brasiliensis) y aves motmot (Momotus momota) se escondían en sus refugios.

Llegamos a nuestro lugar de camping: una acogedora casa en medio del poblado de Santa Marta, que forma parte de El Copé, en el Harino, corregimiento del distrito de La Pintada en la provincia de Coclé.

Procedimos a armar el campamento y a encender las parrillas, que al final resultaron ser tres, de las cuales todos comimos. Al mirar al cielo, el firmamento estaba estrellado, agradeci ampliamente pues con esto, las probabilidades de lluvia al día siguiente eran pocas, y así­ lo fue.

Iniciamos la marcha a las 6:30am, tení­amos una idea breve de lo que nos esperaba, 14km y medio de camino difí­cil, dividido entre Cerro Escobal y Cerro Marta.

Bajamos al río Tigrero, lo atravesamos e iniciamos el camino hacia Cerro Escobal con rumbo al mirador, ahí nos topamos todos pues algunos se adelantaron, mientras Macedonio venía con el resto del grupo. A mi me salió “El Francisco”; el más de un año sin caminar como Dios manda, ¡Vaya loma!

Bajamos Escobal y caminamos por un bosque de galería en los alrededores de un potrero que culmina en un valle desde el que se veían claramente los cerros Marta y Juan Julio. En el potrero había un árbol de guaba, la Naturaleza siempre provee.

Me la pasé conversando todo el camino con Macedonio, me contó algunas de las versiones de lo que sucedió ese 31 de julio de 1981. Las siete personas a bordo, entre ellos el general Omar Torrijos Herrera, quien dirigió la dictadura militar del Panamá entre 1968 a 1981, fallecieron en el lugar.

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Reseña: Ascenso Cerro Turega, Coclé

Hace un tiempo, estando por el área de Penonomé arriba, y acampando en un hermoso sitio, vimos el sol salir por encima de unas enormes rocas de un cerro imponente.

Tiempo después conocimos sus faldas, en lo que fue un viaje rápido y carnavalero por el sitio, que nos ahuyentó al sentirnos un poco raros, entre tanta multitud en estado etí­lico frente a chorro de aguas apacibles en medio de la montaña que años más tarde conoceríamos.


Algunos geólogos cuentan que el Turega es uno de los tantos domos o conos del volcán del Valle de Antón, estrato volcán gigantesco y aunque los factores erosivos lo han deformado, aún sigue siendo imponente.

Nos topamos con nuestra guía local, Vero, que creció en las faldas del Cerro Turega y conoce de primera mano todo a su alrededor. Curioso es que en la primera visita de Vero al cerro, fue mordida por una serpiente equis; ni esto impide que ella mantenga su devoción.

La comunidad es muy celosa de su recurso natural. Para subir el cerro es necesario ir con guía local, además debes solicitar un permiso con el líder del pueblo.

Es importante destacar que el sitio está¡ en vías de convertirse en una reserva hidrológica por lo que en un futuro no muy lejano estará regido bajo leyes que lo protegerán; y tiene lógica pues del cerro se desprenden caídas de agua estacionales que se pueden ver en época de lluvias desde la carretera, y chorros permanentes para disfrutar todo el año.

El Área protegida sería en Turega y Cucuazal como Reserva Hídrica, pues existe una gran cantidad de bosques con fuentes de agua y manantiales que abastecen del vital líquido a la población rural de Pajonal, Churuquita Grande y otros corregimientos.

Salen 9 acueductos de cada cerro (Sofre, Sofre Abajo, Aguela, Turega, Churuquita Grande, etc)

El plan ya se lleva a cabo y esperamos pronto ver en gaceta oficial del 2017 pues el Ministerio de Ambiente, junto con biólogos y representantes de la comunidad, unen esfuerzos para que sea una realidad y se pueda establecer una ley que proteja la biodiversidad que se ve amenazada con potreros y ganadería.

Alguna vez leí­ que el cacique Turega el padre de “Las Mozas” de donde proviene el nombre del famoso chorro del Valle de Antón, y que su hijo era “Chigoré” quien estuvo enamorado de “Zaratí­”, hija de “Penonomé”.

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