Archivo de la etiqueta: chame

Cascada de Manglarito

Siempre es una buena experiencia.

Un templo natural, la cúpula de Manglarito. Se trata de un chorro en forma de tobogán con una fuerza increíble.

Su acceso es en auto 4×4 y el sendero es sencillo pero aún así­ puede ser fuerte para quienes no están acostumbrados a caminar.

En época lluviosa se convierte en un lugar peligroso ya que el río se crece con una fuerza tremenda que hace imposible el cruce.

Uno de los senderos conduce a la parte alta de la cascada, una caí­da vertiginosa y peligrosísima, con un mal paso caes al abismo.

La biodiversidad abunda en el sitio, ésta vez nos topamos con variadas aves, anfibios como las ranas de cristal (sachatamia albomaculata) y las ranas (Smilisca sila).

Disfrutamos ampliamente junto con quienes compartieron con nosotros el sitio. Un lugar que merece ser cuidado y protegido, por la gran diversidad de especies existentes y por su belleza escénica única.

Costo de entrada 2$ por persona ya que es regentada por la comunidad que han creado pasamanos y han mejorado los accesos. Puedes consultar con ellos mismos para comprar almuerzo criollo.

Último trip del 2017: Las Filipinas.

Cuentan los pobladores que el nombre “Filipinas” proviene de una antigua palabra nativa que significa “lugar alto” y que, posiblemente, con el tiempo se fue transformando hasta llegar al nombre actual. Nuestro guía local, Yonathan Hernández, nieto del señor Héctor —dueño de los terrenos donde se encuentran las cascadas—, nos contó que en el área habitaban indígenas, y que los últimos conocidos eran llamados los “viejos nómadas”. También circulan rumores de que habitaban en cuevas.

Nuestra última gira del año fue a este maravilloso sitio, rodeado de verdes montañas y ese hermoso tesoro resguardado, donde fluyen más de 20 cascadas, algunas muy difíciles de explorar. Antes de esto, visitamos el Parque Nacional Altos de Campana, donde pudimos admirar magníficas vistas.

Cada cascada tiene su encanto, aunque a veces sentimos mayor afinidad con una en especial.

La dificultad del sitio es baja hasta la segunda cascada, pero de ahí en adelante se vuelve un poco más técnica, ya que un mal paso puede ser desastroso, pues para llegar a cada cascada es necesario atravesar espacios escarpados de varios metros de altura. El lugar está lleno de cascajo, una laja de caliza que se utiliza frecuentemente para los tejados de las casas o como simple ornamento.

Recomendamos ampliamente visitar el sitio con un guía local; a Yonathan lo puedes contactar por redes sociales.

Muchísimas gracias a todos los aventureros que nos acompañaron en esta experiencia. Acá les dejamos algunas fotos.

Gilma y Lilia

Cueva La Escondida, Cascada El Peñón y Cascada La Gloria: La más alta de Panamá Oeste.

Supe de La Gloria cuando era niña y, en 2007, caminé casi tres horas hasta llegar. Fue una experiencia hermosa. Alrededor de esta cascada hay muchas más, aunque no visibles a simple vista.

La Gloria es la cascada más alta registrada en Panamá Oeste y pertenece a un afluente del río Cirí Grande, cuenca del Canal de Panamá.


Una familia tranquila y trabajadora custodia esta maravilla, saliendo adelante con la agricultura y ahora con el turismo ecológico, que para ellos es sostenible.

Esta vez visitamos, con nuestro guía local Miguel, la Cascada La Escondida, que nos dejó maravillados. Quise invitar a todos a bañarse; el agua verde aqua, iluminada por un rayo de luz, crea una atmósfera mágica, y salir del baño recarga de energía.

Nuestra amiga cubana tuvo algo de miedo y prefirió quedarse al otro lado de la cueva, pero luego, con la ayuda de Rey, logró atravesarla y quedó sorprendida de lo que casi se pierde.

Al pasar la cascada aparece un túnel habitado por decenas de murciélagos. Esa cueva transmite vitalidad, y fue difícil continuar con el itinerario.

Caminamos hasta la cascada El Peñón, sublime y vertiginosa. Algunos lucharon contra la corriente para llegar; la ida fue difícil, pero la vuelta fácil gracias a la corriente.

Luego tomamos un hermoso sendero junto a una quebrada que desemboca en la calle principal. Noté varios charcos de aguas transparentes, aunque el tiempo no alcanzó para explorarlos.

Después nos dirigimos a la casa de los custodios de la cascada, la familia Ovalle, con quienes coordinamos el almuerzo. Para nosotros es un placer visitarlos; son personas luchadoras y de gran corazón, que siempre nos reciben con una sonrisa amable.

Tras el almuerzo, cuando los chicos empezaban a amodorrarse, fue el momento perfecto para ir a conocer la maravillosa Gloria, que dejamos para el postre.

Grupo completo.
Linda Ana, arriba de La Gloria.

Es muy satisfactorio haber visto sus rostros llenos de sorpresa y felicidad, sus expresiones y palabras, y a algunos enmudecidos que se lanzaron a escalar la enorme cascada, que esta vez superó todas las expectativas al estar llena de agua.

Agradecemos de corazón a todos los que formaron parte de esta aventura. Es un placer para nosotros mostrarles Panamá, un país lleno de fuentes de agua viva, montañas azuladas y senderos fascinantes.

Jornada de Limpieza bajo permiso de Alcaldía de Chame: Charco Verde y Charco Azul, Sajalices.

Jornada de limpieza en el paraíso

Charco Azul y Charco Verde, bajo permiso expedito de la Alcaldía de Chame, han sido temporalmente cerrados con sanciones que van de $100 a $600. Esto, bajo vigilancia del Comité de Agua, responde a razones de peso:

  • Contaminación de áreas verdes
  • Tuberías de toma de agua rotas
  • Cercas dañadas
  • Capacidad de carga sobrepasada
  • Basura por doquier (¡hasta condones encontramos, señores!)

Cuidar nuestros tesoros naturales es responsabilidad de todos. ¡Respetemos los espacios que disfrutamos! 

Irrespeto total en Charco Azul

A pesar de las advertencias de la Alcaldía de Chame y del gran letrero al inicio del sendero, algunas personas siguen ingresando al Charco sin permiso. Peor aún, cruzan la cerca que dice “NO PASAR” y suben hasta la toma de agua, la cual han terminado destruyendo.

¿Cómo esperamos que el sitio sea reabierto con este nivel de irrespeto?

Al llegar, encontramos condones sobre las rocas, latas de cerveza (¡cerradas!) y hasta vidrios rotos. Es urgente crear conciencia. Cuidar el lugar es responsabilidad de todos.

En el camino encontramos señalizaciones clavadas en los árboles, que al perforar la corteza abre la puerta a hongos, bacterias, virus e insectos que pueden a la larga debilitar e incluso matar al árbol. Aunque la corteza se considera como material “no vivo”, con los clavos puedes llegar a perforar la parte viva.

Habitan las Dendrobates auratus, vimos heces y huellas de mamí­feros pequeños y heces del jaguar que sabemos habita el área, lo cual nos hace felices.

Gracias a todos los que apoyaron la causa y cargaron su cartucho talla Gigante.

Acceso restringido a Charco Azul: una medida necesaria

Sabemos que aún hay personas que ingresan al sitio sin permiso, arriesgándose a multas de hasta $300. Recomendamos abstenerse. El área está bajo vigilancia constante de guardaparques y pobladores del sector, muchos de los cuales forman parte del comité de vigilancia.

Recordemos que, por culpa de visitantes irresponsables que rompieron tuberías al subir a la toma de agua, comunidades como Sajalices y Espavé se vieron seriamente afectadas en su suministro y salieron a protestar.

Mientras no haya una verdadera cultura de conservación, lo mejor es que el sitio permanezca cerrado.

¡Cascadas entre Chame y Capira! Manglarito, La Gloria y Bajo Bonito. Todo en 1 día.

Por descabellado que parezca, nuestros amigos prefieren la lluvia al sol. Y cuando llega esta época del año, es cuando más nos preparamos para ir en busca de cascadas. Armamos el equipo adecuado para las lluvias, coordinamos todo lo necesario, y a las 7 a.m. nos fuimos en un transporte 4×4 a cazar cascadas entre Chame y Capira. Sí, 12 horas no son suficientes, ¡pero hacemos lo posible para aprovechar cada minuto!

Nuestro trip fue de día entero entre la sierra, recorriendo algunas comunidades poco conocidas y algo olvidadas por nuestros gobiernos, donde el lodo domina los caminos, y la brisa y el aire fresco y frío se te meten hasta lo más profundo de los pulmones.

IMG_5301a

8e6159cd-840e-492c-9a9a-9b6d99c7f06da

IMG_5378a

Nuestra primera parada fue en el Salto de Manglarito, una magnífica e imponente cascada que nos dejó a todos boquiabiertos. Su magnitud y fuerza eran descomunales. Al verla, no podíamos evitar pensar en el tiempo que debe haber transcurrido para que se formara esa particular figura: baja como en un tobogán, parte la roca y se desvía en una estruendosa cortina de agua, solo apta para cardíacos.

Con mucho cuidado, los más osados se acercaron a la cascada, mientras otros se bañaban en la orilla. Por la época, era evidente que recientemente había pasado una creciente —quizás el día anterior— y lo que presenciamos era la bajada del remanso que, aunque turbia, dejaba ver que se trataba de agua limpia.

Todos quedamos impresionados con la belleza de este lugar, nuevo para casi todos y mágico para muchos, como para Ean, un bebé de 3 años que nos acompañó con toda su familia, a quienes agradecemos profundamente por su confianza.

IMG_5523a

IMG_5541a

IMG_5550a

IMG_5592a

IMG_5614a

IMG_5622

Nos montamos en la chiva y emprendimos el viaje hacia La Gloria, donde nos bañamos en su deliciosa y tranquila cascada. Luego, disfrutamos de un almuerzo espectacular: arroz con pollo hecho en fogón, ¡una verdadera joya gastronómica!

Tras el merecido descanso, y como ya lo teníamos planificado, aún nos faltaba visitar otra cascada. Así que nos fuimos en su búsqueda y pasamos un rato ameno en las aguas mansas del río Cirí, lamentando cuando llegó la hora de partir.

Como siempre, agradecemos a todos nuestros amigos aventureros que nos acompañaron en este trip, por su entusiasmo, apoyo, unidad, compañerismo… ¡tantas cosas! Y gracias infinitas a los locales, con quienes es un verdadero placer trabajar en la logística de viajes como este. Sin ustedes, nada de esto sería posible.

IMG_5677a

IMG_5697a

IMG_5703a

¡Enlodados rulz! Seguimos trabajando para que todos podamos disfrutar de las majestuosidades que posee nuestro precioso país, siempre poniendo énfasis en la conservación de los sitios naturales, la educación ambiental y empoderando a las comunidades locales para un turismo sostenible, sustentable y 100% amigable con el entorno.

¡Llegaron las lluvias! Hiking al Saca Lágrimas y Cascada el Cacao.

Nos encontramos temprano y puntuales, listos para la aventura. Sabíamos que esta vez habría sorpresas: las lluvias habían comenzado, y como todos sabemos, el clima en Panamá puede ser muy impredecible. Puede haber un sol radiante y hermoso en un momento, y una lluvia torrencial al siguiente.

Pasamos por nuestro guía local en Chicá y emprendimos la caminata hacia el Saca Lágrimas. La meta era regresar antes de las 2:00 p.m. Habíamos escuchado rumores sobre una represa en la finca Loma Linda, ubicada por los lados de Buena Vista de Chame, que retiene el agua que normalmente cae en esta quebrada.

IMG-20160529-WA0002

La caminata fue agradable y rápida en la bajada, atravesando el clásico “túnel”, como le llamamos: una pared de tierra a ambos lados del camino. Entre vacas, insectos y el verde intenso, finalmente llegamos al chorro, uno de los tantos de esta quebrada. Sin embargo, su caudal estaba sorprendentemente bajo, afectado por la represa mencionada, lo cual es difícil de creer considerando que en esta época del año, con lluvias diarias en Chicá, debería estar a rebosar.

La belleza escénica del lugar es espléndida. Grandes rocas dispuestas de forma curiosa hacen pensar en un gran derrumbe ocurrido hace miles de años. El agua atraviesa estas formaciones y cae en la quebrada que continúa hasta Buena Vista de Chame.

IMG-20160529-WA0008

IMG-20160529-WA0009

IMG-20160529-WA0016

IMG-20160530-WA0000

P1080078

Nuestros amigos completaron la caminata de ida y vuelta en dos horas, lo que nos dejó tiempo para visitar otro chorro en el área de Chame: El Cacao.

Con hermosas vistas chameras, nos topamos con un fuerte aguacero durante el trayecto. Al bajar del autobús, nos recibió un clima frío y espectacular. Allí nos esperaba nuestro guía local Ysaac, quien nos explicó la problemática actual: Hacienda Loma Linda ha cerrado el acceso al río, habilitando una carretera privada solo para sus vehículos. Esto obliga a los pobladores a escalar por las rocas del río y cruzar senderos antiguos y descuidados para llegar al chorro.

Lo curioso es que, al llegar al chorro, puede verse el final de esa carretera justo al otro lado, pero no está disponible ni para los locales ni para los visitantes. Una verdadera lástima.

A pesar de estos obstáculos, gracias al entusiasmo del grupo, llegamos sin mayores contratiempos y disfrutamos de este bello lugar: un caudal generoso, lluvia suave y un río con profundidad ideal para nadar.

De regreso, pasamos por los terrenos de la Feria del Limón en Chicá de Chame, donde un delicioso sancocho con arroz nos llenó el estómago… y nos dio sueño en el camino de vuelta a la ciudad.

P1080107

P1080110

P1080121

P1080160

P1080167

P1080171

P1080177

P1080210

P1080226

Gira Camping La Gloria, Abril 2016

Esta vuelta los cupos fueron vistos y desaparecidos, lo cual para nosotros fue emocionante. La familia Enlodados se preparó y además de ir a visitar tan hermoso sitio, también organizamos para llevar donaciones.

Todo empezó el sábado bien temprano, una chiva local capireña nos recogió en la Terminal de Albrook. Con todo arriba, nos encaminamos a lo que sería una experiencia única. Al entrar en la Sierra, nos tocó agarrarnos fuerte de los pasamanos de la “gallinera”. Algunos optaron por ir guindados por la parte externa del transporte, así­ como lo hacen los locales.

154cbc51-57bc-49ce-a5ed-f5165628b1fb

d13a7866-e399-441f-adae-f3c2d87a65e7

Temprano, estuvimos en el primer poblado, conociendo de cerca el caserío. Antes del mediodía, ya estábamos en La Gloria, caminando hacia el chorro y entregando las donaciones. Almorzamos en la casa de Los Ovalle, donde nos hicieron un sancocho.

Al ver la cascada, recordé la primera vez que fui, en época de lluvias habiendo caminado dos horas, con una chica de la comunidad más cercana y evoqué aquel momento en que el tiempo no alcanzó siquiera para echarme un chapuzón.

d0be23c9-1356-4c1c-ab80-541b533afdec

Seguir leyendo Gira Camping La Gloria, Abril 2016

Cascada Saca Lágrimas/ La Mula, Chame

Navegando un día por internet me encontré con una cabaña que alquilaban en Chicá, cerca del P.N. Campana, pequeñita y bonita; en el post habían varias fotos de la cabaña pero también habían fotos de unas cascadas que en mi vida, jamás había visto.

Me propuse contactar al dueño de la cabaña, ya sea para alquilarla y por supuesto, también preguntarle cómo llegar a esas cascadas. Al mostrarle las fotos a mis compañeros, quedaron asombrados y no faltó uno que dijo “eso no es en Panamá”. Realmente, nunca habíamos visto ese lugar y no sabíamos de su existencia, estando tan cerca de la ciudad de Panamá.

Así que contacté a Ángel, quien muy amablemente me comentó que éstas cascadas están muy cerca de los terrenos de su familia, casi que dentro y que muy poca gente sabe de su existencia, en efecto, de paso me invitó a conocerlas, así que le pusimos fecha de cumpleaños al acontecimiento, su única advertencia fue “hay que caminar bastante”.

El día fue un domingo bien temprano, nos preparamos para ir en la búsqueda del chorro. Esta vez me acompañaron Juan, Carlos y Anselmo.

Cerca del pueblo nos encontramos con Ángel, al que seguimos hasta su casa, en donde dejamos el auto y él fue a preparar su caballo. La idea sería él en el caballo y nosotros a pie. Mientras esperábamos bajo la sombra de un árbol, un jovencito nos saludó y dijo que sería nuestro guía, que Ángel nos alcanzaba más adelante.

Así iniciamos la caminata, que empezó en bajadas resbalosas pero seguras. Un terreno fácil que a medida que avanzábamos se fue convirtiendo en lodo y el olor a materia putrefacta invadía nuestras narices. Pasamos algunos riachuelos y seguimos el camino que incluía pequeñas pendientes seguida de bajadas interminables lo cual nos puso a pensar en el regreso y la subida de esas lomas empinadas.

Por momentos pasábamos al lado de las vacas en sus potreros, se nos quedaban mirando tan curiosas, las habían jersey, cebú y angus. El lodo se incrementó y las vistas del paisaje se hicieron intensas. Nos detuvimos a tomar fotos de los cerros Buena Vista y El cerro Picacho, cuando en el camino apareció Ángel a galope de un lindo caballo. Nos invitó a regresar a una cabaña no muy lejana en donde la vista era mucho más impresionante.

Subimos otra loma y llegamos a la hermosa cabaña de nombre “Hacienda Don Emilio”, hecha en su totalidad de madera y en efecto, sobre una colina en donde la vista de los alrededores es fenomenal. Vimos varios de los cerros más representativos de Chame, como los ya mencionados, además del peñón de Buena Vista de Chame, cerro Los Monos, la Hacienda Loma Linda, dedicada al cultivo de orquídeas y con el larga vista vimos nuestro destino, el chorro “Saca Lágrimas”.

Al seguir el camino, nuevamente tuvimos que lidiar con el lodo casi movedizo porque sin cuidado nos podía llegar al tobillo. Al salir de esta loma, llegamos a una planicie rodeada de arbustos y árboles a los lados, como quien dice: el mismo monte. Salimos a un potrero que atravesamos hasta llegar a un árbol de mango. De ahí en adelante el camino se tornó más difícil, la hierba estaba muy alta y cortante. Ángel me ofreció su caballo y así continuamos por otro tramo, pasando al lado de las vacas que nos miraban con miedo. De entre los matorrales habían unos con espinas que con descuido, te podía destruir las manos; un árbol barrigón dominaba el paisaje y ya no tan lejos, con varios chorros que caían en picada, y escondido entre una pared de roca, el Saca Lágrimas.

Ángel, el caballo y yo nos adelantamos mientras mis compañeros luchaban entre los matorrales. Al llegar a un bajo, dejamos el caballo suelto y seguimos a pie pues el camino se tornaba demasiado quebrado y ahora deberíamos buscar la manera de llegar al chorro. Cuando los muchachos nos alcanzaron, vimos que estaban cortados en piernas y brazos por la maleza.

El camino se cerró por la hierba alta y los árboles putrefactos sobre el suelo, la humedad estaba intensa pero en frente estaba el chorro, ya estábamos ahí, solo faltaba saltar unas rocas y disfrutar.

Sonreímos felices por haber llegado, y descansamos un rato antes de meternos al agua. Pudimos notar que grandes rocas se encuentran suspendidas sobre otras, como si hace mucho tiempo hubiese ocurrido un terremoto  o derrumbe que las hubiese puesto de esa manera. Me atrevo a decir que mide más de 40 metros de altura, hasta donde la vista alcanza, porque al verlo de lejos se nota que arriba de estas cascadas hay otras.

Según nos contaron, le pusieron “el Saca Lágrimas” ya que la gente acostumbraba buscar camarones en el río, pero en la parte alta de la cascada era donde más camarones habían y en la oscuridad de la noche, se hacía muy difícil subirla. Por supuesto que también por la dificultad para llegar al lugar caminando y aparte de eso por la forma de las caídas de agua.

Esta cascada también es conocida con el nombre “La Mula”, ya que, según dicen, allí una mula se desbarrancó matando a su dueño, y así lo conoce la gente de Buena Vista de Chame.

Líneas de agua caían desde lo más alto formando pequeños pozos, el verde combinaba y las rocas gigantescas, me hicieron pensar en cuantas maravillas más como esta habrán. Nos cuentan que el caudal estaba bajo y que más entrado el invierno, la fuerza de la cascada se vuelve impenetrable y encantadora desde lo lejos.

Aprovechamos y nos dimos un baño en cada caída de agua, había una para cada uno. Las aguas cristalinas se partían y refractaban los rayos del sol. Un perrito cazador nos acompañó toda la distancia y no paraba de ladrar sin razón aparente.

Ramsés, que nos había guiado desde un principio nos contó que éste era su lugar secreto,  nos dimos cuenta de su agilidad caminando sobre las rocas, como si tuviese ventosas, saltaba de una a otra. Nos dijo que río abajo habían unos buenos charcos, más grandes que estos para darnos un buen chapuzón y accedimos a caminar en busca de ellos.

Así fuimos por la ribera del río y en efecto nos fuimos encontrando con varios charcos y caídas de agua, por momentos preferimos arrastrarnos antes que caernos, las rocas resbalosas pueden causar un accidente fatal.

En una de las bajadas, uno de los compañeros prefirió tirar sus zapatillas barranco arriba para usar mejor sus manos, pero la zapatilla se fue río abajo en un remolino de agua y más nunca apareció. La buscaron pero fue en vano, el río se tragó la zapatilla.

Las inmensas rocas seguían despertándome dudas de cómo llegaron hasta ahí. Colosales, formaban escalones naturales que por momentos nos ayudaban a bajar. De pronto nos topamos con un chorro bastante alto, también de cascada escalonada y con unas lajas en el charco que semejaban placas de cemento y no más de 20 metros más adelante la Naturaleza nos calló la boca, una caída de agua inmensa detenía nuestra caminata por el río, El Salto del Duende,  que según he escuchado pertenece a Buena Vista de Chame, y de quien sabe cuantos metros, pero muy alta, indicaba que hasta aquí llegábamos.

Nos acercamos al precipicio que me dio escalofríos, vértigo; un mal paso y nos íbamos abajo sin vuelta atrás. Ramsés ya iba bajando sosteniéndose de rocas, bejucos y ramas. Más tarde bajaron Ángel y Carlos, pero solo lograron llegar hasta un lado del chorro, más no bajar al charco, ya que eso incluía mojar todo y al menos Carlos llevaba equipo fotográfico. El perro al ver que sus dueños estaban abajo, casi se tira por el precipicio para alcanzarlos pero Anselmo lo detuvo, yo aproveché ese tiempo y me sumergí en las aguas del chorro escalonado sin nombre. Queda pendiente visitar el Salto del Duende desde el camino de Buena Vista de Chame.

El regreso fue hasta cómico. Subimos por un camino que al parecer hace mucho tiempo no usaban, así que estaba muy cerrado y a 45° sobre el suelo. Salimos a un terreno lleno de helechos, cercano al potrero en donde pasé a caballo con la hierba cortante.

Ángel nos instó a seguir mientras él esperaba a Ramsés que se había adelantado a buscar al caballo que habían dejado suelto. Caminamos un poco y vimos el caballo amarrado y comiendo bajo un árbol, gritamos a Ángel durante largo rato y nos sentamos a descansar hasta que apareció y seguimos loma arriba.

Esta vez se salvó Carlos, al que le dio un calambre y le cedimos el caballo. Ya cuando habíamos dejado atrás las primeras lomas, nos topamos con una serpiente pajarera (Pseustes poecilonotus), que pasaba tranquila al lado de un potrero.

En total caminamos aproximadamente 3 horas desde Chicá hasta la Cascada Saca Lagrimas y nos tomó casi el mismo tiempo hacerlo de regreso.

Las lomas parecían interminables pero finalmente salimos a la calle pavimentada y degustamos unos deliciosos bollos de maíz con agua bien fría, justo lo que necesitábamos.

—————————————————————————————————————————————————————

Gracias a Ángel y Ramsés por guiarnos en esta expedición, que fue fenomenal. A Carlos, Juan y Anselmo por esas ganas interminables de caminar, de conocer y explorar. Valió la pena la caminata con muchas recompensas en el camino, otro lugar más de esos que casi nadie, además de los lugareños conoce, y que vale la pena compartir, aunque sea para saber que existen.

Yo accedí gustosa a mis deseos de caminar. Y ahora que es tan grande la felicidad de que disfruto, que ante el temor de perder la Naturaleza, ya que la dicha no es perpetua en este mundo, recurro a la preocupación por compartir esta pasión y ojalá y se transmita de buena manera a cada persona que me lee, que un día no lo piensen mucho y empiecen su caminar.

Más fotos

Los Saltos de Filipina, Sorá de Chame

En mi experiencia, aventurarse en auto no es lo mismo que hacerlo sin él. Depender del transporte público en Panamá no es fácil y puede convertirse en una pesadilla o en una divertida aventura.

Desde la terminal tomamos el autobús hacia Chame sin ningún problema. Después de recorrer poco menos de 20 kilómetros, llegamos a Sorá, un pueblo de gente amable, rodeado de una exuberante belleza montañosa y con un clima casi siempre fresco y delicioso. Muy cerca de esta comunidad está el complejo de casas de campo “Altos del María”, al que solo se puede acceder con permiso si no eres residente.

IMG-20151019-WA0047

Cuentan que el lugar lleva ese nombre por el cacique Soró (que significa “viejo”), jefe de la región en la época de descubrimiento y conquista. Sorá es el corregimiento más grande del distrito de Chame y uno de los más bellos, con ríos pintorescos, encantadores saltos de agua y una magnífica vista de la ensenada de Punta Chame y su litoral, todo a más de 600 metros de altura.

Fuera del complejo residencial “Altos del María” se encuentran bellezas increíbles, como Los Saltos de Filipina. Nunca había oído hablar de este sitio, pero las fotos y la belleza escénica de Sorá nos motivaron a buscarlo.

Esperamos más de una hora por transporte, pensando que era por ser domingo, pero luego supimos que solo una familia presta ese servicio. Tomamos el transporte y, tras unos minutos por una calle sin pavimento, llegamos al punto de inicio para caminar un rato.

La vista fue grandiosa. Filipina de Sorá nos recibió con tonos verdes y azules, un lugar tranquilo lleno de aves semilleras, y de fondo, el cerro Chichibalí, que marca el límite entre los distritos de Chame y Capira.

ros6

Descubrimos un salto de unos 7 u 8 metros, con buen caudal y poca profundidad, pequeño y casi “personal”. Sus aguas frías y el salto me dieron un masaje natural en la espalda. El agua estaba limpia, sin basura, lo que indica que cuidan muy bien este lugar, al que aún se puede acceder libremente. Más tarde supe que en este salto estuvo John Travolta haciendo rappel para una película filmada en Panamá llamada Basic.

Luego subimos una loma suave y llegamos a otra cascada, esta de unos 15 metros de altura, muy hermosa, con un pilón de agua fresca y fría.

IMG-20151019-WA0031a

Seguimos el camino y encontramos otra cascada, más pequeña pero igual de encantadora. Para nuestra sorpresa, aún faltaban más por recorrer. En una bifurcación tomamos el camino de la derecha, que tiene nada menos que ocho cascadas. Se dice que sumando ambas bifurcaciones, hay un total de veinticinco caídas de agua.

Estuvimos ahí hasta no muy tarde, por el problema del transporte. Al regresar, vimos un pickup que se internaba en la montaña, no hacia Sorá. Decidimos caminar y más adelante nos topamos con cazadores furtivos y varios perros listos para cazar.

P1040331a

P1040470a

Spilotes pullatus

Seguimos descubriendo que nunca dejaremos de explorar Panamá, con sus senderos y rincones llenos de secretos y leyendas. Solo hay que preguntar; los lugareños siempre te señalarán un lugar perfecto para visitar.

Anímense a tomar un bus en su tiempo libre; no es necesario gastar mucho. La felicidad no siempre está en la comodidad. A veces, basta con mirar desde la cima de un cerro o disfrutar la soledad de una cascada para encontrar momentos perfectos.

Buscar maravillas, perderse en el monte, caminar despacio y apreciar la belleza de cada rincón natural de este país.

Playa Punta Chame

De todas esas playas del pacífico a las que la mayoría de los panameños citadinos les gusta ir, mi favorita es Punta Chame. De las veces que he ido nunca me he topado con cantidades exageradas de gente, suceso que suele ocurrir en playas como Santa Clara o Coronado, en donde no queda espacio para ubicarse.

Es la primera playa del conjunto de las playas del Pacífico de Panamá y Coclé. Es esa punta de tierra similar a la Calzada de Amador, que se ve cuando uno va pasando por Loma Campana, donde también se aprecian sus manglares y el imponente cerro Chame.

Y tengo un montón de razones, Punta Chame es hermosa, en toda ella hay varios puntos en los que se puede pasar un momento especial. Hay playas a ambos lados de la península: una mira hacia tierra adentro, a la Bahía de Chame y la otra al mar abierto (o al Golfo de Panamá).

En la norte la vista es maravillosa, con vistas a la bahía de Chame, Isla Taborcillo, y la cadena montañosa de Campana. El viento es fuerte y propicio pues en este lado se practica kitesurfing, windsurf y otros deportes. Debido a su singular orientación hacia el noroeste, dicen, esta es la única playa del Pacífico (en tierra firme) donde se puede tomar el sol en la tarde. A esta se accede llegando a la entrada del pueblo, cerca de la escuela hay una calle que corre paralela a la costa, exactamente donde están las embarcaciones de los pescadores, ahí puedes dejar tu vehículo y accesar a la playa sin ningún problema.

En la playa sur, el mar es más bravío, pero personalmente este lado de la playa para mi es perfecto, de suelo uniforme. En frente se aprecia Isla Otoque y más allá, Isla Taboga. A la izquierda, increíblemente se ve la ciudad de Panamá y su línea de edificios. Camina hasta el final y encontrarás esta playa.

La carretera para llegar sale de la  Panamericana, va recorriendo las faldas norte del Cerro Chame (523 m.s.n.m.), a lo largo de las camaroneras y manglares de la Bahía de Chame, que se ven al lado izquierdo después de pasar el pueblo de Líbano.

La carretera dobla entonces a la izquierda alrededor del Cerro Tigre (157 m.s.n.m.) y va recorriendo esteros (entradas de mar hacia tierra firme) a ambos lados por 12 kilómetros de península hasta llegar al pueblo y playas de Punta Chame.

Desde la ciudad de Panamá toma aproximadamente 2 horas (95km) llegar a Punta Chame, pero el tiempo es lo de menos cuando te reciben vistas hermosas, con mar a ambos lados, manglares, esteros y muchas zonas perfectas para la fotografía.

Además de todo esto, es un sitio perfecto para ver estrellas, utilizado por los amantes de la astronomía en Panamá, pues las noches son espectaculares y el nivel de contaminación de la atmosfera aún es bajo, además de la poca iluminación del lugar.

Geológicamente las arenas de la Bahía de Chame son piroclastros derivados de la última gran actividad volcánica del Valle, materiales que fueron distribuidos y acumulados en el litoral bajo condiciones paleoclimáticas. Durante la última transgresión marina (holoceno), se construyó Punta Chame al acarrear los sedimentos de la Bahía de Panamá en dirección a Chame producto de una acelerada erosión de los suelos. Con excepción de un levantamiento ígneo en la región del Cerro El Tigre, se trata de capas amontonadas de material sedimentario, muchos de ellos fondo de antiguos mares. Gran parte de la zona sur se compone de zonas pantanosas que se extienden a lo largo del estero La Boca, el cual termina en un hermoso lago.

No podemos dejar de mencionar los manglares, que son parte importante de Punta Chame, su extensión es tremenda y se halla gran cantidad de ellos, sobre todo manglar rojo, de donde algunos lugareños con los permisos correspondientes hacen carbón para su sustento. Este trabajo no es nada fácil y requiere de mucho esfuerzo para obtener el producto final.

Debemos tener en cuenta que la conservación del mangle es de suma importancia, pues es en él en donde se desarrollan gran parte de peces y crustáceos sobre todo en su etapa larvaria. Los manglares ayudan a protegernos de efectos climáticos adversos, minimizan los desbordamientos en épocas de lluvia, retienen sedimentos y se convierten en la primera línea de defensa de la franja costera. La destrucción de los manglares y la afectación del flujo natural del agua hacia el mar, especialmente si las lluvias torrenciales coinciden con las mareas altas, se convierten al final en potenciales trampas de muerte. El daño al manglar es algo irreversible, definitivo, de gran daño al medio ambiente.

Muy interesante es la cantidad de aves que se pueden avistar, aves que les encantan los manglares y fangales. Otra actividad importante y de peso es la pesca.

Recomiendo que si piensas pasar la noche en Punta Chame, lleves repelente fuerte contra mosquitos, pues en épocas suelen ser intensos en el área.

En auto desde la ciudad de Panamá debes manejar hasta llegar a “quesos Mili”, luego prestando atención, verás a la izquierda la señalización de entrada hacia Punta Chame, 25 kilómetros hasta que llegues al final y encontrarás el pueblo. La carretera se encuentra en perfectas condiciones.

En transporte público debes bajarte en la entrada de Bejuco, en la parada que está luego del restaurante Pio Pio, al lado de la gasolinera Texaco se encuentran las “chivas” que te llevarán hasta Punta Chame, por un precio aproximado de $1.50.

Queda invitarlos a visitar Punta Chame, que de seguro se convertirá en su favorita si lo que desea es un contacto fuerte con la naturaleza y la tranquilidad en una playa de blancas arenas.

Gracias a Iván Castilla de Panamá Chame por ofrecer información tan valiosa de Punta Chame.

Más fotos