Santiago Kovadloff
Archivo por meses: abril 2012
Guabas Arriba de Antón, Coclé. Cascada Los Pintos.
¡Hasta que al fin conocàAntón! La tierra en la que son expertos haciendo todas esas golosinas que nos atragantamos cada vez que vamos al interior.
Y fue en Carnavales, esa época en que medio Panamá está en jolgorio y el resto en las playas, sinceramente ni me acorde de la famosa fecha estando en este lugar tan tranquilo.

Nos fuimos en transporte público de la Terminal de Albrook a Antón y luego tomamos una “chiva” hacia Guabas Arriba.
El paisaje se tornó árido, el sol trepidaba, y la chiva levantaba el polvo de la carretera de tierra (2012). Antón pertenece a lo que conocemos como el Arco Seco y posee caracterÃsticas de sabana tropical.
Dos de nuestros acompañantes de transporte comentaban sobre múltiples apariciones en Antón; hablaban de chivato, toros de ojos rojos, animales extraños, etc.

Una vez llegamos a una intersección del camino, nos bajamos, no sin antes recibir una advertencia del conductor de que en el chorro habÃa una “serpiente gigantesca con cabeza de perro”. Seguimos caminando hasta llegar a la casa. Encontramos algo parecido a una lona y la extendimos en la yerba afuera de la casa, para recostarnos y relajarnos con la sueva brisa del lugar, proveniente de las montañas lejanas de Coclé.
A la mañana siguiente fuimos a recorrer el lugar, vimos las cosechas, algunas casas de barro adornadas pintorescamente, trapiches para hacer raspadura. Arboles de caracucha, cuipo (Cavanillesia platanifolia), arbustos de saril (Hibiscus sabdariffa), muchas flores silvestres, etc.

Caminamos hasta el rÃo La Estancia, que no posee niveles de contaminación y del que sobresalen formaciones de rocas muy interesantes; lo cruzamos y avanzamos por una ladera. Nos topamos con sembradÃos de piña, a lo lejos las montañas de la cordillera saludaban. Seguimos al señor Anselmo, avanzando por senderos y en uno de ellos nos topamos con varias aves SaltarÃÂn (Chiroxiphia lanceolata).
De pronto estuvimos frente a un rÃo calmado, desde el que bajaba un chorro de agua con fuerza. Se conoce como El Chorro Los Pintos, de aproximadamente 15 metros en su parte más alta. Lo primero que me vino a la cabeza fue aquel mito de la serpiente gigantesca y nos reÃamos de aquello, pero un misterio nos rondaba.

Bajamos hasta quedar en frente del magnÃfico chorro en el que dicen, hay una roca que si te posas sobre ella, el agua te pasa por encima de la cabeza. Tiempo después de haber visitado este chorro, supe por otra persona de Antón, que hay una leyenda que dice que en el chorro hay una cueva en la que habita “el chivato”. La verdad ahora esto me causa gracia pues es un lugar verdaderamente lindo y muy chévere para pasar un rato placentero.
En vez de regresar por donde vinimos, la decisión fue contraria y certera, regresamos por el rÃo, corriente abajo, por sus laderas e introduciéndonos pues era necesario hacerlo. El rÃo la Estancia es un afluente del rÃo Antón, aquàla cordillera esta cerca de la costa por lo que los rÃos son cortos y rápidos.
De regreso a casa, repito, ¡la cena fue excelente! Cabe decir que, cercano a las casas es fácil ver aves como el pájaro carpintero lineado (Dryocopus lineatus) o la Urraca pechinegra (Cyanocorax affinis).

Aquella noche cumplimos con el ritual de ver las estrellas, no sin antes asegurarnos de tener algo con qué arroparnos porque la brisa y el frÃo eran intensos. Nos maravillamos al ver estrellas que caminaban por todo el cielo, enterándonos luego de que serÃan satélites o basura espacial.

Al dÃa siguiente fui a conocer el rÃo Las Guabas, más tranquilo y angosto, y es donde también está la toma de agua que distribuye el suministro a la comunidad, en las primeras horas del dÃa y en la tarde.
Cascada La Gloria y Cascada La Tulivieja, Capira
Fuimos con mi prima postiza Roxanaà(nieta de la señora Tunina que menciono en el post de Bajo Bonito), ya que ella se dirigÃÂa a La Gloria a dejar un mandado; generalmente no existe transporte público hasta La Gloria asàque los pobladores acostumbran caminar diariamente hasta llegar a sus hogares.
Pasamos varias quebradas, a decir verdad, bastantes. Vimos el cerro ChichibalÃÂ de Capira a lo lejos, por instantes nos rodeaba la neblina y nos serenaba la lluvia.
Nos topamos con muchas aves, pero la más caracterÃÂstica fue la oropéndola, que con su canto alegraba el camino y nos advertÃÂa que cuidaba de sus nidos.
Ya el sudor se hacÃÂa presente y caminamosàmás rápido que de costumbre, aunque a pesar de nuestros esfuerzos, todo nos tomó 2 horas exactas, sin importar que nos habÃÂan dicho que el camino era solo una hora. Sinceramente, cuando hablamos de tiempo con la gente del campo nunca les creo, ellos caminan muyàrápido y generalmente no poseen reloj o indicador del tiempo.
Nos percatamos de queÃÂ bordeamosÃÂ el rÃÂo, de nombre CirÃÂ Grande, que posee muchas caÃÂdas de agua y algunas cercanas a la vÃÂa principal. La gente de estos pueblos saben el valor del agua, y cuidan sus rÃÂos como oro.
En este lugar las casasàestánàdistanciadas unas de otras y separadas poràhectáreasàgrandes de terreno que utilizan para cultivar vÃÂveres. La escuela primaria es nueva, pero antes de que existieran los niños debÃÂan caminar hasta Bajo Bonito para recibir clases.
La luzàeléctricaàen La Gloria es nula y la única manera de poseerla es mediante paneles solares que realmente es un recurso lejano, puesto que gran parte de las familias en esta comunidad son de bajos recursos.
Al terminarse la calle, entramos a un sendero mágico repleto de sonidos producto de la cantidad de aves que en él habÃÂa, atravesamos una loma en donde el lodo era rojizo y formaba escalones hechos por los caballos. Llegamos a una casa ââ¬Åen medio de la nadaââ¬Â y digo esto porque era una casa grande, linda, con un patio extenso y llano, con una vista espectacular de las montañas.
Desde ahàcaminamos quizás unos 15 minutos, topamos otra casa, ésta de madera en donde vive una hermosa familia, que hasta el dÃÂa de hoy sigue siendo una “familia amiga” (2016) y atravesamos una quebrada que estaba detrás, cruzamos un alambre de púas, caminamos 3 minutos y allàestaba la Cascada La Gloria.
Nuestra recomendación es pagar a los dueños de la casa de madera entre 3 a 5 dólares de colaboración.
Si les digo cuanto mide, les miento. Para mi, y sin haberla medido, digo que quizás unos 70 metros. Realmente es una cascada escalonada, o sea que se puede subir con cuidado, arriba se encuentra la cascada La Tulivieja y otras más. Nos dedicamos a contemplar su belleza, embelesarnos con tan magnÃÂfica obra de la Naturaleza y bañarnos en sus frÃÂas aguas, que invitan al deleite.
El pozo principal es reducido, no es hondo, lo cual lo hace seguro. En la parte de arriba hay una poza mucho más amplia, pero para llegar allá las condiciones no son tan buenas y es mejor hacerlo en verano, un accidente ahàserÃÂa inminente. No dejo de pensar en cómo será la fuerza del agua en época de invierno, áde seguro imponente!
Al poco tiempo nos regresamos y nos quedamos un rato conversando con Mary Ovalle, la dueña y señora de esos terrenos, una mujer amable y carismática, nos ofreció guineos y nos mostró sus orquÃÂdeas. Compartimos el lunch con la familia, admiramos el paisaje, nos despedimos y caminamos de vuelta a Bajo Bonito, claro ahora nos tomó menos tiempo pues casi todas las pendientes eran en descenso.
Asàes queââ¬Â¦ áuna vez más! los invito a caminar Panamáââ¬Â¦ áhay tantos lugares hermosos por descubrir, tanto por recorrer! Si deseas que visitemos algún lugar especial de tu provincia, invitanos, y nosotros iremos con la mochila a cuestas a caminar, tomar fotos y mostrarlo al mundo por medio de ésta web. Es importante recalcar que lo que llevas, lo tienes que traer. Vive sin dejar rastro.
Valora lo natural, el agua, los rÃÂos, piensa si realmente necesitas destruir una montaña, ÿporqué mejor no hacer turismo sostenible con un plan de capacidad de carga para no afectar su entorno? Ama tu paÃÂs, que tan hermosos lugares tiene.