Conteo de Rapaces Migratorias 2010 en el Cerro Ancón

foto tomada por Juan Pablo Rios

Las primeras observaciones registradas sobre la migración de las aves datan de hace aproximadamente 3,000 años y fueron mencionadas por autores como Hesíodo, Homero, Heródoto, Aristóteles, entre otros.

La Biblia también hace referencia a las migraciones, por ejemplo en el Libro de Job (39:26), donde se plantea la pregunta:

“¿Es por tu inteligencia que se cubre de plumas el halcón y despliega sus alas hacia el sur?”

Por su parte, el autor de Jeremías (8:7) escribió:

“Hasta la cigüeña, en el cielo, conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla tienen en cuenta el tiempo de sus migraciones.”

Esta tarde subimos al Cerro Ancón para colaborar en el conteo de aves rapaces migratorias 2010, organizado por Audubon Panamá, bajo el nombre “Rapaces de Océano a Océano”.

Entonces te preguntas: ¿Qué es la migración de aves?

La migración consiste en los viajes estacionales y regulares que realizan muchas especies de aves. Además de la migración, las aves realizan otros movimientos en respuesta a cambios en la disponibilidad de alimento, hábitat o condiciones climáticas. Estos movimientos suelen ser irregulares o unidireccionales y reciben diferentes nombres como nomadismo, invasiones o irrupciones (cuando las poblaciones exceden la capacidad de carga del ambiente para su especie). La migración se caracteriza por su estacionalidad anual. En contraste, las aves que no migran se llaman aves residentes.

Muchas aves terrestres migran largas distancias. Los patrones más comunes implican volar hacia el norte para reproducirse en los veranos en áreas templadas o árticas, y luego regresar a sus zonas de invernada en regiones más cálidas del sur.

Foto de Juan Pablo Rios
foto tomada por Juan Pablo Rios

La ventaja principal de la migración es energética. Los días más largos del verano en el hemisferio norte ofrecen a las aves mayores oportunidades para reproducirse y alimentar a sus polluelos.

La extensión de las horas de luz permite a las aves diurnas producir nidadas más grandes que las especies emparentadas no migratorias, que permanecen en los trópicos durante todo el año. A medida que los días se acortan en otoño, las aves regresan a regiones cálidas donde la disponibilidad de alimento varía poco con las estaciones.

Estas migraciones, especialmente las de rapaces y aves playeras, son un claro ejemplo de cómo una parte del hemisferio depende del ambiente de otro.

Algunas aves grandes, con amplias alas, dependen de columnas de aire caliente ascendente para planear. Entre ellas se encuentran muchas rapaces como buitres, águilas y gavilanes. Estas aves migran durante el día.

foto de Juan Pablo Rios

Las aves migratorias de estos grupos tienen gran dificultad para cruzar grandes masas de agua, ya que las columnas térmicas solo se forman sobre tierra firme. Estas aves no pueden mantener un vuelo activo durante largas distancias y, para conservar energía, suelen ayunar durante el viaje. Acumulan grasa en Norteamérica, que les sirve como combustible para su travesía hacia Sudamérica, aprovechando las corrientes térmicas que les permiten planear sin hacer tanto esfuerzo. En algunas ocasiones, al analizar restos de rapaces encontradas, se ha constatado que no llevaban alimento en su interior.

El Cerro Ancón es un centro de observación donde se ha documentado el paso de más de un millón de aves rapaces migratorias durante la temporada, siendo uno de los cuatro puntos de categoría mundial donde ocurre este fenómeno.

Panamá es probablemente el mejor lugar en América para contar y monitorear las poblaciones de aves rapaces migratorias, gracias a que las áreas aledañas al Canal Interoceánico cuentan con pequeñas colinas que ofrecen excelentes puntos para el avistamiento.

Durante los primeros 15 días de octubre, más de un millón de aves cruzan el Cerro Ancón, cifra que casi siempre se alcanza hacia mediados de noviembre, cuando finaliza este evento natural. Hasta la fecha, se han contado aproximadamente 1.3 millones de aves rapaces migratorias en el Cerro Ancón, gracias al arduo y apasionado trabajo de voluntarios amantes de las aves.

Gavilán Aludo y un Gallinazo Negro ( foto tomada por Juan Pablo Rios)

Elanios Migratorios (foto tomada por Juan Pablo Rios)

Este fenómeno, único en solo cuatro países del mundo —Israel, Costa Rica, México y Panamá—, atrae a científicos y voluntarios de Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Argentina y México para contar, observar y monitorear la ruta migratoria de las aves.

La misión, además del conteo, es informar y motivar a que cada día más personas formen parte de este espectáculo, aprovechando nuestra privilegiada posición geográfica y la riqueza natural de nuestro país.

Las cifras de la Sociedad Audubon de Panamá muestran que en 2004, año del primer conteo, se registraron 1,074,078 aves en el Cerro Ancón. Para 2005, la cantidad disminuyó a 800,329 aves. En 2006, el número aumentó a 1,330,270 aves. Desde entonces, las cifras han superado el millón, alcanzando un récord en 2008 con 1,687,205 aves. Este año, faltando aún dos semanas para finalizar el conteo, ya se ha superado el millón de aves.

Entre las especies más numerosas que usan los bosques panameños como puerto biológico destacan el gallinazo cabecirrojo, el gavilán aludo y el gavilán de Swainson. Algunas aves descansan y se alimentan aquí antes de continuar su destino final, mientras que otras hacen de Panamá un hogar temporal durante el invierno en Norteamérica.

Existen catorce especies de aves rapaces comunes en la migración, entre las que están el cernícalo americano, el merlín, el halcón peregrino, el gavilán estriado, el aguilucho norteño, el gavilán colirrojo, el gavilán colifajeado, el elanio plomizo, el elanio migratorio, el elanio tijereta, el águila pescadora, el gavilán aludo, el gavilán de Swainson y el gallinazo cabecirrojo. De estas, las más numerosas son el gavilán aludo (pequeño y de apariencia blanca), el gavilán de Swainson y el gallinazo cabecirrojo.

Estas aves deben pasar siempre por tierra, ya que no pueden cruzar grandes masas de agua debido a que no tienen dónde posarse. Por esta razón, están obligadas a cruzar por Panamá, que funciona como un puente terrestre entre Sudamérica y Norteamérica, lo que nos da el privilegio de observar millones durante la temporada migratoria.

Turkey Vulture (foto tomada por Juan Pablo Rios)

Las actividades humanas han amenazado a muchas especies de aves migratorias. Las grandes distancias que recorren durante sus migraciones hacen que frecuentemente crucen las fronteras de distintos países, por lo que su conservación requiere cooperación internacional. Por ello, se han firmado varios tratados internacionales para proteger estas especies migratorias.

Es importante destacar que la mayor amenaza para estas aves es la destrucción de su hábitat debido al cambio en el uso de la tierra. En particular, los humedales de tierras bajas —que son sitios clave para la parada temporal y la invernada de muchas aves migratorias— están gravemente amenazados por el drenaje y la transformación para usos humanos.

Hace algunos años, había nueve sitios de conteo a lo largo del Canal de Panamá: Gunn Hill, Cerro Luisa, Gold Hill, Cerro Semáforo, la Isla de Barro Colorado, Gamboa Rainforest Resort, Escobal y Achiote. Sin embargo, con el tiempo, debido a la falta de recursos y personal, solo quedó activo un sitio de conteo: el Cerro Ancón.

Desde el Cerro Ancón también se pueden disfrutar espectaculares vistas de la ciudad de Panamá, el Canal de Panamá, el Puente de las Américas, el Puente Centenario, el mar y las montañas. Además, es posible observar de manera segura la presencia de ñeques (Dasyprocta punctata) y tucanes que merodean el área; en ocasiones se ven monos tití y armadillos, junto con los gallinazos negros que juegan con las columnas de aire termales y muchas aves que descansan y se alimentan de los árboles frutales.

foto tomada por Ovidio Jaramillo
Keel billed tucan (foto tomada por Juan Pablo Rios)

Es muy importante compartir este privilegio, por eso los invitamos a visitar el Cerro Ancón. Aún faltan dos semanas para que termine el conteo de este año, que se extiende hasta el 18 de noviembre. A veces tenemos la suerte de ver miles de aves rapaces migrando, y en otras ocasiones no, pero de igual manera es una experiencia que se disfruta mucho y llena de alegría, al poder adquirir tanta información sobre un fenómeno poco conocido en un país tan privilegiado, y que ocurre en un lugar tan cercano y accesible desde la ciudad de Panamá.

foto de Juan Pablo Rios
Yellow billed cuckoo (Foto por Mariel Ulloa)

Lo mejor de todo es que, cuando llegas allá arriba, los voluntarios te reciben con muchas ganas de enseñarte sobre las aves. Nosotros también tuvimos la suerte de ver un ave migratoria llamada Yellow-billed Cuckoo, y fue muy emocionante verla tan de cerca y aprender acerca de su ruta y hábitat.

Se espera una gran cantidad de Gallinazos Cabecirrojo en estos días, los cuales, en esta época, se pueden ver por miles volando alrededor del Cerro Ancón.

Al Cerro Ancón se puede llegar en carro o taxi tomando la carretera que está detrás del edificio de la Administración del Canal, donde hay señalizaciones claras para llegar al mirador. También se puede llegar caminando, entrando al centro Mi Pueblito, y desde allí subir una escalera que conduce directamente a la carretera que llega al mirador, en una caminata interactiva y corta.

foto de Juan Pablo Rios

Damos las gracias por la atención y la valiosa información brindada a la Sra. Laura Reyes, quien comparte con gran emoción sus amplios conocimientos sobre aves rapaces. Su motivación personal es que cada año más personas se unan al conteo de aves rapaces y que esta actividad sea más valorada en Panamá, especialmente en universidades y escuelas.

También agradecemos a Juan Pablo Ríos y Ovidio Jaramillo por compartir sus conocimientos con nosotros.

Summer Tanager/ Tángara Veranera/ Piranga Rubra

Hace poquito vi en el patio trasero, y sobre el área de los árboles frutales a una hermosa tángara veranera y de allí en adelante la he visto casi dos semanas seguidas. Su color rojo incandescente en todo su cuerpo me llevo a darme cuenta de inmediato que no se trataba de una tángara dorsiroja, que son las que dominan éstas áreas. La tángara veranera es un ave cantora de la familia Thraupidae y otros miembros de su familia se clasifican en cardenales. El tipo de plumaje y por sus vocalizaciones son similares a otros miembros de la familia cardenal.

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Su nombre científico es Piranga rubra, aunque también se le llama cardenal, cardenal veranero o tángara veranera.

Su hábitat son las zonas boscosas abiertas, sobre todo en robles, a través del sur de los Estados Unidos. Frecuentan las orillas de los bosques perennifolios y caducifolios, arboledas aclaradas, áreas parcialmente despejadas y con crecimiento secundario alto, jardines sombreados, árboles esparcidos en jardines y potreros.

Ellas migran hacia México, América Central, y al norte de América del Sur. Es una especie migratoria y residente de invierno, común entre mediados de setiembre y mediados a fines de abril, en los bajos de ambas vertientes; en número cada vez menor asciende hasta los 2500 metros y en ocasiones a mayor altura. Son solitarios durante el invierno, aunque con frecuencia se unen a bandadas mixtas de otras tangaras, reinitas, etc.

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Se alimenta de frutos de diversos tipos. Asimismo, despedaza los avisperos y panales de abejas sin aguijón para extraer larvas, pupas, y en ocasiones también adultos. Además, al volar captura muchos insectos, sobre todo abejas sin aguijón, aunque tambien visitan comederos artificiales en busca de guineos o plátanos.

Miden aproximadamente  5.5 cm. y pesan 30 gramos. Es de tamaño mediano de color rojo o café amarillento sin patrón definido; el pico es grueso y pálido.

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El adulto macho es rojo rosa, más oscuro y confuso por encima. Las alas son oscuras con los bordes rosa rojo.

La hembra es oliva por encima y amarillo oliva por debajo, con un tinte ocre y anaranjado. La quijada es entre color cuerno y cuerno amarillento, la mandíbula es amarillento pálido, y las patas son grisáceas.

El macho inmaduro es muy parecido a la hembra adulta, pero es amarillo más brillante por debajo, y con frecuencia presenta un tinte anaranjado con plumas rojas esparcidas, sobre todo por la cabeza, cuello y espalda. La hembra inmadura es más opaca en promedio que la hembra adulta, más verdosa por encima y más anteada por debajo. Los bordes de las plumas de las alas son parduscos o grisáceos.

Llama la atención por su chillido y su extravagante color que resalta sobre el follaje, hay que aprovechar la época para apreciarla en Panamá.

Trogón Colipizarra/ Slaty-tailed Trogon/ Trogon Massena

La palabra griega trogon, significa “mordisqueando” y y se refiere al hecho que estas aves roen agujeros en los árboles o en termiteros para construir sus nidos.

Conocido también como trogón grande, es una ave de la familia Trogonidae, familia de los quetzales. Habita en la selva húmeda y desciende a áreas adyacentes semiabiertas, bosques húmedos de tierras bajas, bosques secundarios maduros, plantaciones de cacao; es esta la razón por la que con frecuencia nos encontramos con esta ave en lugares cercanos a la ciudad como el Parque Metropolitano, Pipeline Road, Plantation Road e incluso en el Camino de Cruces, por mencionar lugares bastante visitados.

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Esta ave me parece interesante y tranquila pero sinceramente creo que nunca le he llegado a sacar buenas fotos, al trogón le encanta estar en lugares sombreados. Los que he visto tienen siempre las plumas delanteras un poco arrancadas; son de buen tamaño, miden alrededor de 30 cm y pesa 145 g. Su cola es de un gris oscuro uniforme y las coberturas de las alas de lejos parecen ser grises, pero realmente son un fino entrelazado de negro y blanco.

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Como en muchas aves, presentan diformismo sexual, los machos en general presentan un plumaje más llamativo que el de las hembras. Por ello se expresa con o sin dimorfismo sexual, según machos y hembras compartan el colorido de sus plumajes. El macho tiene el dorso, la cabeza y el pecho de color verde, el bajo vientre rojo y el pico naranja. La hembra posee un dorso, cabeza y pecho de color gris oscuro, abdomen rojo y el pico es parcialmente anaranjado ya que la parte superior de la mandíbula negra. Los inmaduros son parecidos a los adultos respectivos, pero con las timoneras laterales más puntiagudas y con las barras y un pedacito de la punta de color blanco opaco; en los machos la parte superior del pecho es gris y las coberteras alares son mucho más oscuras que en el caso de las de los adultos.

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Su dieta se basa en insectos y frutas; su dieta y hábitos arbóreos se ven reflejados en su pico ancho y patas débiles. Aunque su vuelo es rápido, suelen evitar volar hasta pequeñas distancia. Normalmente se posa erguido y sin movimiento. Atrapa en el follaje orugas, saltamontes y otros insectos, así como lagartijas pequeñas. En algunas ocasiones sigue tropas de monos o bandadas de “caciques “  y captura los insectos que escapan de ellos. Aunque es principalmente solitario, excepto durante la época de cría.

Esta ave siempre es emocionante verla pues en cuanto a mi respecta, aparece en el momento menos esperado, en medio del follaje profundo, con su colorido y sus enormes ojos.

El Serpentario Maravillas Tropicales del Valle de Antón.

Para conocer la naturaleza, hay que empezar por respetarla”. Esta es la bienvenida al Serpentario Maravillas Tropicales.

El sitio funciona como centro de investigación desde hace más de 20 años. Su programa de rescate animal acoge a los ofidios que ya no pueden atender sus propietarios originales y a los que se encuentran desamparados fuera de su hábitat. Es un lugar sorprendente en el cual se puede aprender de manera interactiva con estos interesantes reptiles.

Los animales rescatados participan de los programas educativos, de conservación y de investigación del refugio, que no solo recibe serpientes, sino que también auxilia a otros animales, como cocodrilos, caimanes y perezosos.

Encontrar el lugar es fácil: al entrar al Valle de Antón hay que fijarse a la derecha de la calle y verás el letrero que indica la entrada hacia el serpentario (entrando por la primera estación de gasolina).

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El punto rojo es el serpentario

Costo: Al llegar, pasamos por un sendero adecuado con flores y plantas del bosque tropical y vimos la tiendita de cobro, allí­ pagamos 4$ cada uno. Dejamos que se retirara el grupo que atendían y con ansias esperamos nuestro turno.

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Herpetólogo Mario Urriola, propietario del serpentario Maravillas Tropicales.

Al entrar, nos atendió Mario, quien nos contó cómo inició este centro de rescate, exhibición y conservación de especies. Funciona también como refugio para reptiles que han sido abandonados tras ser adoptados como mascotas. Algunas personas llevan sus serpientes al lugar porque crecieron demasiado, y otras las encuentran en sus casas y, en lugar de matarlas, llaman al serpentario para que un experto las capture.

Luego, se realiza una revisión del animal. Si tras las evaluaciones e investigaciones se confirma que no tiene enfermedades, es reubicado en un lugar seguro, tanto para los humanos como para la propia especie.

En este lugar se trabaja de forma voluntaria y con mucho amor por estos fascinantes reptiles, utilizando los recursos disponibles para mantenerlos en buen estado y en un hábitat adecuado.


Pudimos observar especies de gran tamaño, como la Boa constrictor (Boa constrictor), y otras como la Boa arco iris (Epicrates cenchria). También vimos de cerca a la impresionante y venenosa Toboba de pestañas (Bothriechis schlegelii), conocida también como Terciopelo de pestañas o Víbora amarilla.

Tuvimos la oportunidad de ver tanto la coral verdadera como la falsa coral, además de otras especies como la víbora Equis (Bothrops asper), la Patoca (Porthidium lansbergii) y la Mano de Piedra (Atropoides mexicanus).

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Víbora de pestañas
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Visitante con Congo, la pitón bola domesticada para ser mascota de compañía.

En el serpentario puedes aprender a diferenciar entre una coral verdadera y una falsa, así como a identificar si una serpiente es venenosa o no, observando su color, tamaño, forma de los ojos e incluso sus orificios nasales.

Es importante recalcar que solo con buena actitud y respeto puedes tener la oportunidad de tocar alguno de estos animales, especialmente si muestras verdadero interés en aprender. Sin embargo, no es obligatorio hacerlo si no te sientes cómodo.

El serpentario está abierto de lunes a viernes, de 8:30 a.m. a 4:00 p.m., y los sábados y domingos de 8:30 a.m. a 5:30 p.m.


Hace poco pudimos tomar un curso de manejo de serpientes venenosas y no venenosas, con el Biólogo Mario Urriola, hemos posteado de igual forma las fotos.

Orquideario del Valle de Antón.

Hace unas semanas visitamos el Valle de Antón y descubrimos varios lugares poco conocidos, entre ellos el orquideario APROVACA (Asociación de Productores de Orquídeas de El Valle y Cabuya). Esta asociación sin fines de lucro, fundada el 15 de marzo de 2001, se dedica a conservar especies nativas y proteger orquídeas endémicas en peligro de extinción, contribuyendo así a la conservación de la biodiversidad de la región y de Panamá.

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Panamá alberga al menos 1,500 especies de orquídeas, siendo uno de los países con mayor diversidad en el mundo. Sin embargo, la destrucción de bosques tropicales, acelerada por el crecimiento económico, está amenazando su hábitat. En el Valle, algunos habitantes arrancan ilegalmente orquídeas en peligro para venderlas debido a su situación económica, poniendo en riesgo estas especies locales.

aprovaca orquídea, aniversario

Variadas Phalaenopsis

La asociación se sostiene gracias a donaciones de personas y embajadas interesadas en el proyecto.

Al llegar, nos atendieron muy bien y nos mostraron los animales que dañan las orquídeas, maquetas con insectos y muchas mariposas hermosas. Recorrimos las diferentes áreas, que aunque pequeñas, cumplen con lo necesario para satisfacer la curiosidad.

Cuentan con un espacio dedicado a la flor símbolo nacional de Panamá: la flor del Espíritu Santo. Fue la primera vez que la vimos de cerca, una orquídea exótica de color blanco hueso, con una figura parecida a una palomita lista para volar. Fue muy emocionante poder verla e incluso tocarla, ya que, aunque es un símbolo nacional, es raro tenerla tan cerca.

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Flor del espí­ritu santo o Peristeria elata

Es importante destacar que las orquídeas son plantas epífitas, es decir, crecen sobre árboles o ramas usándolos como soporte, pero sin parasitarlos. Aunque crecen de forma independiente, a veces pueden desarrollarse tan apretadamente que dañan la planta anfitriona.

La orquídea es una de las flores más exquisitas y fascinantes del mundo, y muchos países la han adoptado como símbolo nacional, incluyendo Panamá. Se dice que en 1856 fue la primera vez que se cultivó una orquídea.

En APROVACA venden algunas orquídeas horticulturales para la propagación y diseminación al público por precios accesibles. El local está abierto de 9:00 AM a 5:00 PM todos los días incluso los fines de semana y los días festivos. También ofrecen servicio de hostal.

Soterrey Comun / House Wren

Su nombre científico es Troglodytes aedon, se le conoce también como curucucha es una especie de ave paseriforme de la familia troglodytidae y se encuentra en casi todo Panamá.

Se puede decir que la veo casi todos los días, se posan dos encima de una tabla que está en un rancho cerca de mi casa. Increíble es que ésta mañana vi dos a menos de un metro de distancia de mi rostro, estaban muy cerca de un Mirlo Pardo posados sobre una cerca de maya ciclón.

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Su hábitat natural es probablemente el crecimiento secundario bajo y troncos hasta el borde de los grandes ríos. En la actualidad, se encuentra sobre todo en los alrededores de edificaciones y hábitats construidos por el ser humano y las casas con algún jardín, justo mi caso. Es una especie residente a lo largo de todo el país, hasta los 2750 metros de altura.

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Considero que son bastante rápidos, me ha costado mucho tomarle una foto que sirva. Es un ave inquieta con movimientos rápidos por lo general siempre se la ve trepando, no vuela grandes distancias aunque esté en peligro. Es muy pequeña, mide aproximadamente 10 centímetros y pesa aproximadamente 12 gramos.

Su canto para mi es melodioso. Me emociono cuando me doy cuenta que ya los reconozco sin verlos, pero es que su canto es inconfundible; es corto y repetitivo.

soto en casa

El adulto es café por encima, con un barreteado negro en las alas y la cola y un barreteado fino, leve, más oscuro en la espalda, al menos cuando tiene el plumaje fresco. Las cejas son anteadas, poco notorias. Los lados de la cabeza son café, con un moteado y listado café más pálido. La garganta y el abdomen son entre blancuzco y pálido, con el pecho opaco oscuro; ambos costados son café. La quijada es negruzca, la mandíbula es entre grisáceo y color carne opaca. Los ejemplares jóvenes son más oscuros que los adultos.

soto desde atrás

Forman parejas a lo largo del año y fabrica su nido con pastos y plumas que los coloca en latas tiradas, caños, huecos en los árboles secos etc.

Si prestas mucha atención cuando oigas un ave cantar, y salta sin parar, puede que veas a un Soterrey Común.

Tangara Azuleja / Blue- gray Tanager/ Thraupis episcopus

Nombre Científico: Thraupis episcopus

Las hay por todos lados, pareciera que no le temen a nada, siempre están de un árbol a otro comiéndose los frutos, a veces en grupos grandes. En casa las veo por doquier, cada vez que voy al patio son ellas las primeras en modelar, al igual que las dorsirrojas.

Se encuentran en todo tipo de áreas abiertas con árboles y arbustos, jardines en las afueras de la ciudad, parques y plazas de ciudades y sitios con crecimiento secundario. También se localizan en orillas de bosque húmedo.

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Esta tangara mide aproximadamente 18 cm de longitud y pesa aprox. 35 g. Los mayores tienen la cabeza y las partes inferiores del cuerpo color gris azulado claro, las partes dorsales son azules oscuras, con verde azul brillante en las alas y la cola, y los hombros con diferentes matices de azul. El pico es corto y grueso. Los dos sexos son similares, pero los inmaduros son de plumaje de color más deslavado.

Los individuos juveniles machos son más opacos y grises, y presentan como máximo un leve tinte azulado en la cabeza y en la parte de arriba. El anillo ocular es blanco, angosto e interrumpido. La espalda es más opaca y verdosa y la rabadilla es azul grisácea. Las alas y la cola son azul verdoso sucio, con un tinte oliva en las coberteras alares y con poco o nada de azul en el hombro.

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La tangara azuleja o azulada es la tangara más comun en la ciudad; llega muy rapido a los comederos, donde le puedes poner guineo ( banano) o cualquiera otra fruta madura.

El nombre azulejo, como comúnmente le llamamos en Panamá, hace referencia a su plumaje de este color característico. Es un ave cantora americana de la familia de Thraupidae y se distribuye desde México, hasta el norte de Bolivia y Brasil, incluso está en toda la cuenca del Amazonas.

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Se reconocen de 13 a 15 subespecies, de acuerdo a las variaciones en el matiz de azul en el hombro con respecto al resto del plumaje; pueden ser grisáceos, verdosos o azul púrpura con hombros color lavanda, azul oscuro o blanquecino.

En ocasiones roban el nido de una tangara más pequeña e incuban los huevos del antiguo dueño junto con los suyos. Ponen 2 huevos de color gris azulado pálido con abundante motas café o chocolate.

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Forman parejas durante todo el año, y en ocasiones se congregan en bandadas dispersas después de la época de cría. Se pueden identificar con un canto débil, mezclado con notas de llamado “chuip y sííí”.

Debido a su amplia distribución y a su densidad relativamente alta, la tangara azul gris es considerada como una especie no amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Inundan los patios con su azul, jugando y adornando siempre el día.

Tangara Cenicienta/ Plain-Colored Tanager

Nombre científico: Tangara Inornata

Hoy estando sin luz en Arraiján, me puse a buscar aves en el patio de mi hogar y resulta que me llevé varias sorpresas, entre esas varias me encontré con dos preciosas tangaras cenicientas que jugaban entretenidas alrededor del naranjo.

Estas tangaras nunca las había visto por aquí. Cerca de mi casa siempre hay muchas dorsirrojas, azulejas e incluso palmeras y fue una sorpresa ver las cenicientas también, y me entretuve buen rato viendo lo atractivas que son.

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Brincaban por las ramas y volteaban el cuerpo para observar por debajo, primero en un lado y luego por el otro, supongo que en busca de alimento, supe que les gustan los insectos pequeños y las arañas. Pueden descolgarse mucho por debajo de las ramas para alcanzar un fruto o insecto.

Forman grupos de 3 a 6 individuos, o con menor frecuencia parejas, y en ocasiones acompañan a otras aves pequeñas; en este caso estaban muy cerca de Mirlo pardo e incluso de Tangaras Azulejas. Pertenecen a la familia Thraupidae, su hábitat natural incluye bosques tropicales o secos a baja altitud y zonas previamente boscosas ahora muy degradadas.

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Muy triste es que es apreciada por algunas personas como ave de canto, por lo que la capturan para mantenerla enjaulada en cautiverio. Es bueno saber que de ahora en adelante en Panamá tendremos una nueva ley que prohibe tener animales exóticos en casa. 🙂

Es una especie relativamente común en las llanuras del lado del Caribe, localmente hasta los 400 metros de altura. Se distribuye desde Panamá hacia el norte hasta la cuenca alta del río Sarapiquí en Costa Rica.

Mide aproximadamente 12 cm. y pesa aprox. 19 gramos. Su color es gris opaco con las alas negruzcas contrastantes.

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Los adultos son gris oscuro por encima, con el área loreal (orificios nasales) más oscura, y las mejillas, garganta, pecho y costado de color gris más pálido, teñido que se torna ante rosáceo en el abdomen y las coberteras infra caudales. El hombro es azul violeta, generalmente oculto, y el resto de las alas y la cola son negruzco fusco. El pico es negro y las patas son gris azuladas.

Los juveniles son similares, pero con el tinte café en la parte inferior y sin azul en el hombro, y las coberteras alares con bordes grises pálidos amplios.

En total, es preciosa!

Lí­dice, Trinidad, El Cruce: Capira

Hace una semana que estando en Chorrera tomándonos el clásico chicheme ( bebida panameña) y nos pusimos a pensar qué lugar cercano visitar. Tomamos el mapa y decidimos un lugar hermoso, muy poco visitado: Capira y sus montañas, el valle de Lídice, el Cerro Trinidad y la nueva carretera que conduce hacia Cacao.
Lídice es solo uno de los poblados que están en las faldas del Cerro Trinidad de 969 metros sobre el nivel del mar, así mismo como el Cruce detrás del cerro.
Entramos justo después de pasar el puente que le sigue a la panadería Cesarín en el corazón de Capira, a orilla de la calle.
Luego de cinco minutos de recorrido en la carretera hacia Lí­dice, ya el paisaje cambiaba. El verde toma su lugar en este lugar, a medida que avanzas se va viendo Cerro Trinidad desde distintas esquinas, el clima cambia a fresco y puro.
Lí­dice es uno de los trece corregimientos del distrito de Capira de Panamá. La comunidad se encuentra en las faldas del Cerro Trinidad, en un Valle de tierras fértiles y llanas, serpenteado por el rí­o Perequeté, tiene una superficie de 44.4 km² y limita con los siguientes corregimientos: al norte con Caimito; al sur con Campana al este con Capira cabecera; al oeste con el Cacao.
Desde principios del siglo XIX estas fueron utilizadas para pastear al ganado entregando en diezmo a la Parroquia de San Isidro. Su nombre original era el “Potrero”, por inquietud de los moradores se ordena el cambio del nombre de Potrero por el de “Lídice”. Este nombre es un homenaje a Lídice comunidad de Checoslovaquia destruida el 4 de junio de 1942 por orden de Adolfo Hitler. La ONU, decretó que en cada país debía haber un pueblo, calle, plaza o edificio que llevara este nombre en memoria de sus habitantes y le toco a Capira. La forma de este cerro es enigmática, casi siempre tapado por las nubes que lo cubren en la cima. Tiene unos picos impresionantes que sobresalen en la cordillera central que a partir de allí reducen la altitud de sus cumbres, para dar paso a las colinas.
Los ríos y quebradas más importantes del valle de Lídice y alrededores son Río Trinidad, Caimito, Caimitillo, Rí­o Bollo, Perequeté, Quebrada Murciélago, Cerro Pelao, Cecilia, Ballestera, Caña Blanca y la Chapa.
Sus comunidades son Caimitillo, Majara, Felipina, el Murciélago, el Coco, las Tablitas, el Bongo, San Isidro, San José, Pueblo Nuevo, Pedregal, Barraza, la Pela Diente, los Duendes, el Creo, Don Bosco y La 31 de octubre, fecha de fundación del corregimiento de Lídice el 31 de octubre de 1943.
Lí­dice es hoy en día uno de los corregimientos más importantes del distrito de Capira. El fértil valle produce distintos rubros como naranja, café, yuca, ñame y otros.
Las vistas desde Lí­dice son hermosas, el clima es fresco, a lo lejos se ve el cerro Trinidad como el rey de la región. En las tardes el sol pasa por detrás de su cima y refleja su sombra en el pueblo.
Luego de pasar Lí­dice, se ve un precioso paisaje, parecido al que se ve desde Campana: punta chame, algunas islas, parte de Capira, Cermeño, entre otros lugares.
Justo cuando pasamos por la comunidad de San Isidro, vimos la nueva carretera que conduce hasta Cacao y otra hasta el Cruce, esta carretera fue echa en el año 2009 y está en perfectas condiciones. Tomamos la calle de la izquierda y seguimos recto, llego un momento en que la calle nos llevaba directo al cerro, estábamos ahí debajo de él, de pronto podíamos ver del otro lado: Cacao, Caimitillo, Aguacate Arriba; seguimos el camino hasta llegar a un lugar que le llaman El Cruce, en donde la carretera se divide hacia Trinidad, Cacao y Aguacate. Allí preguntamos cual era la comunidad que seguía y si el carro pasaba por la carretera, un señor muy amablemente nos dijo que si se podía seguir hasta llegar a la carretera pavimentada de Cacao y desde allá­ salir a la carretera Panamericana.
Hicimos caso y seguimos el camino, cada vez la carretera era más difícil y de piedras sueltas, decidimos arriesgarnos a seguir, hasta que tuvimos la gran sorpresa de encontrarnos con un río sobre el cual habí­a que pasar, así que dimos la vuelta y decidimos regresar, pues ese río es solo para carros con doble tracción, se veía bastante fuerte.
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Hace una semana, estando en Chorrera tomándonos el clásico chicheme (bebida panameña), nos pusimos a pensar qué lugar cercano visitar. Tomamos el mapa y decidimos un lugar hermoso, muy poco visitado: Capira y sus montañas, el valle de Lídice, el Cerro Trinidad y la nueva carretera que conduce hacia Cacao.

Entramos justo después de pasar el puente que le sigue a la panadería Cesarín, en el corazón de Capira, a orilla de la calle.

Lídice es solo uno de los poblados que están en las faldas del Cerro Trinidad, de 969 metros sobre el nivel del mar, así mismo como el Cruce detrás del cerro.

Luego de cinco minutos de recorrido en la carretera hacia Lídice, ya el paisaje cambiaba. El verde toma su lugar en este sitio, y a medida que avanzas se va viendo el Cerro Trinidad desde distintas esquinas; el clima cambia a fresco y puro.

Lídice es uno de los trece corregimientos del distrito de Capira de Panamá. La comunidad se encuentra en las faldas del Cerro Trinidad, en un valle de tierras fértiles y llanas, serpenteado por el río Perequeté. Tiene una superficie de 44.4 km² y limita con los siguientes corregimientos: al norte con Caimito; al sur con Campana; al este con Capira cabecera; al oeste con El Cacao.

Desde principios del siglo XIX estas tierras fueron utilizadas para pastar al ganado, entregando en diezmo a la Parroquia de San Isidro. Su nombre original era “El Potrero”, pero por inquietud de los moradores se ordenó el cambio del nombre por el de “Lídice”. Este nombre es un homenaje a Lídice, comunidad de Checoslovaquia destruida el 4 de junio de 1942 por orden de Adolfo Hitler. La ONU decretó que en cada país debía haber un pueblo, calle, plaza o edificio que llevara este nombre en memoria de sus habitantes, y le tocó a Capira.

Desde una loma antes de mi casa, se puede ver el Cerro Trinidad, así como desde muchos puntos de Arraiján. Cuando uno va en la carretera Arraiján – Chorrera, puedes ir viendo cómo aparece y desaparece entre las curvas. Incluso en el centro de Chorrera, justo cuando uno va en la carretera central, mirando hacia el frente se ve claramente el Cerro Trinidad. La forma de este cerro es enigmática, casi siempre tapado por las nubes que lo cubren en la cima. Tiene unos picos impresionantes que sobresalen en la cordillera central, la cual a partir de allí reduce la altitud de sus cumbres para dar paso a las colinas.

Los ríos y quebradas más importantes del valle de Lídice y alrededores son: río Trinidad, Caimito, Caimitillo, río Bollo, Perequeté, quebrada Murciélago, Cerro Pelao, Cecilia, Ballestera, Caña Blanca y la Chapa.

Sus comunidades son: Caimitillo, Majara, Felipina, El Murciélago, El Coco, Las Tablitas, El Bongo, San Isidro, San José, Pueblo Nuevo, Pedregal, Barraza, La Pela Diente, Los Duendes, El Creo, Don Bosco y La 31 de Octubre, fecha de fundación del corregimiento de Lídice el 31 de octubre de 1943.

Lídice es hoy en día uno de los corregimientos más importantes del distrito de Capira. El fértil valle produce distintos rubros como naranja, café, yuca, ñame y otros.

Las vistas desde Lídice son hermosas, el clima es fresco, y a lo lejos se ve el Cerro Trinidad como el rey de la región. En las tardes, el sol pasa por detrás de su cima y refleja su sombra en el pueblo.

Luego de pasar Lídice, se observa un precioso paisaje, parecido al que se ve desde Campana: Punta Chame, algunas islas, parte de Capira, Cermeño, entre otros lugares.

Justo cuando pasamos por la comunidad de San Isidro, vimos la nueva carretera que conduce hasta Cacao y otra hasta El Cruce. Esta carretera fue construida en el año 2009 y está en perfectas condiciones. Tomamos la calle de la izquierda y seguimos recto. Llegó un momento en que la calle nos llevaba directo al cerro; estábamos allí, debajo de él. De pronto podíamos ver del otro lado: Cacao, Caimitillo, Aguacate Arriba. Seguimos el camino hasta llegar a un lugar que le llaman El Cruce, donde la carretera se divide hacia Trinidad, Cacao y Aguacate. Allí preguntamos cuál era la comunidad que seguía y si el carro podía pasar por la carretera. Un señor muy amablemente nos dijo que sí se podía seguir hasta llegar a la carretera pavimentada de Cacao y desde allí salir a la carretera Panamericana.

Hicimos caso y seguimos el camino; cada vez la carretera era más difícil y de piedras sueltas. Decidimos arriesgarnos a continuar, hasta que tuvimos la gran sorpresa de encontrarnos con un río que había que cruzar. Así que dimos la vuelta y decidimos regresar, pues ese río es solo para carros 4×4; se veía bastante fuerte.

De regreso tuvimos un par de problemas de tracción, pero finalmente logramos continuar. En el camino nos encontramos con el señor que nos había ayudado con las indicaciones. Iba caminando hacia fuera en busca de un transporte que lo llevara hasta Capira con su familia. Le dimos el aventón y, de paso, conseguimos un guía para pronto ir a subir el Cerro Trinidad, que será una nueva exploración de un cerro casi inexplorado, considerado intocable por muchos desde la distancia.

Capira es, sin duda alguna, una perla de Panamá, con sus valles, montañas y ríos que deslumbran a quienes recorren sus caminos. Algunas veces no hay calles pavimentadas, pero siempre vale la pena aventurarse. Siempre más allá, y mientras más lejos llegas, más hermoso se pone.

Trip Enlodados: Camping en la Laguna de San Carlos/ Ascenso al Cerro Picacho con estudiantes de la Universidad de Panamá.

camping con la gente de la U 025

Hace poco estuvimos haciendo camping en la Laguna de San Carlos con los estudiantes de la Escuela de Turismo Geográfico Ecológico de la Universidad de Panamá. Fue gratificante ver la emoción y la organización de la actividad, pues todo salió como lo esperábamos.

Lo primero que hicimos fue limpiar un poco el lugar, ya que la hierba estaba crecida. Luego armamos las carpas y las aseguramos. Esta vez, el precio por carpa fue de 5.00 dólares y la entrada a la laguna fue de 0.50 centavos por estudiante.

Nos fuimos a subir el cerro y empezamos el ascenso muy bien. Algunas jóvenes sintieron agotamiento, pero todos disfrutamos del ambiente y de la naturaleza. Fue muy gratificante llegar a la cima, pues todos estuvieron felices y conformes con la encantadora vista desde el Cerro Picacho. Incluso llegamos a una cima en la que Enlodados nunca había estado, a 1,082.33 metros de altura, que es la máxima del Picacho. Al parecer, este cerro se vuelve cada vez más interesante. La neblina nos cubrió y tuvimos que bajar apresuradamente, temiendo que comenzara a llover.

Durante el descenso, más de la mitad del grupo se resbaló. Las caídas formaron parte de la diversión del momento.

Al llegar nuevamente a la laguna, nos dimos un tremendo baño en sus frías aguas. Fue placentero, como siempre que se visita este hermoso lugar. A medida que atardecía, la neblina fue cubriendo más y más la laguna, hasta que llegó un momento en que desaparecimos dentro de ella.

Después cocinamos una deliciosa cena compuesta de pollo guisado, arroz con vegetales, plátanos, chorizos, ensalada… en fin, una algarabía de sabores que compartimos con entusiasmo.

Luego de contar los tradicionales cuentos de miedo, cada quien se fue a su carpa a dormir, aún con el susto en la piel. A la mañana siguiente, tomamos el desayuno y luego tuvimos partidas de fútbol e incluso voleibol en la laguna.

Más tarde nos despedimos de la gente de la laguna y nos encaminamos hacia Playa Corona para pasar la tarde.

Todo salió a la perfección. Nos divertimos, compartimos, y muchos adquirieron experiencia para los próximos campings… que, sin duda, serán muchos más.

Una guía de turismo ecológico en Panamá, dedicada a descubrir ríos, montañas, senderos y aventuras en la naturaleza. Ideal para los amantes del aire libre y la exploración rural.