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Senderismo y Turismo Rural en Panama

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Teníamos pensado ir a ver el anochecer en el Cerro Tute pero, en Santa Fe hay tantas cosas por hacer, que nos oscureció antes de darnos cuenta, así que al día siguiente nos encaminamos al Tute con la orientación de los taxistas, que nos recomendaron, a su beneficio, no subir Tute desde la calle de asfalto a pie, pues nos iba a tomar hasta 4 horas, así que nos podían llevar a la pata del cerro.

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En los años de 1502, el Español Cristóbal Colón llega a las Costas del Norte de Veraguas en donde fundó el primer poblado en tierra firme de América, el cual llamó Santa María de Belén. En 1557, se presume que Santa Fe fue fundada por el Capitán Francisco Vásquez. Los primeros pobladores eran autóctonos; sin embargo, cuando llegaron los españoles y los colombianos se produjo el mestizaje, donde se realizaron fuertes batallas antes de la época Republicana. [More]

En Santa Fé hay tantos ríos como te puedas imaginar, son las venas del distrito. Y aunque agonizante, nos topamos con una parte del Río Santa María realmente bella. Y escribo agonizante pues este es uno de los tantos ríos en lista de espera para formar parte de una hidroeléctrica. Sí, así como lo leen, este hermoso río.

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Puede que su nombre se deba a que en el año 1502, Cristóbal Colón llega a las Costas del Norte de Veraguas en donde fundó el primer poblado en tierra firme de América, el cual llamó Santa María de Belén.

Pero no es que no haya sido intervenido, pues ya se han dado concesiones para sacar materiales de ahí, se encuentra amenazado por empresas constructora de carretera. [More]

Uno de los lugares a los que nunca me canso de ir es sin duda Chiguirí Arriba, no recuerdo ya cuantas veces he ido. Es un corregimiento del distrito de Penonomé en la provincia de Coclé. Se fundó en el año 1940. Entre las elevaciones que más se destacan tiene: Cerro Congal con 992 metros, Cerro Escaliche con 866 metros de altura  y Cerro U 652  metros. Tiene una superficie de 204.1 km2 y una densidad poblacional de 42 habitantes por km2. Su población según censo de 2010 es de 10,018 personas y 1,924 viviendas.

Dícese de un Cacique que dominaba estas tierras, llamado Chi Guirí, o Guirí. Viajaban a través del río al cual se les dio el mismo nombre, río Chiguirí y que actualmente une tres comunidades Chiguirí arriba, Chiguirí centro, Chiguirí abajo.

La razón por la que me gusta tanto este lugar es simple, el contacto tan especial que existe allí entre naturaleza y humanos es impresionante. Obviamente tengo mi “secret spot” donde me quedo a pernoctar y puedo asegurarles que la fauna que uno ve en un solo día es increíble; voy a describirles solamente lo que vi en mi última visita de dos días en Chiguirí.

Era carnavales y el hostal estaba abierto, obviamente fuimos a acampar con todo lo necesario. Luego de pasar una tarde tranquila, con un atardecer increíble, a casi un lado del cerro La Vieja (404 msnm), con el sol ocultándose bajo las montañas de Penonomé, hicimos  la cena y nos llenamos de comida.

Esa misma noche escuchamos sonidos extraños provenientes de un árbol de caimito, al acercarnos sigilosos pudimos distinguir en la oscuridad la forma de unos animalitos que se abalanzaban de un árbol a otro, se trataba de una  manada de monos nocturnos (jujuná), toda una familia que iban a cenar caimito justo encima de nuestra carpa; se nos quedaban viendo atentos y con esos ojazos preciosos, por minutos enteros nos vieron asustados mientras comían su caimito y hacían su sonido particular. Y ¿adivinen? De pronto pasó un animalillo tan rápido que no distinguimos si se trataba de un olingo o un cusumbi. La emoción fue tanta que nos quedamos buen rato viendo si volvían a aparecer, y a ver si les tomábamos fotos, que en su momento fue algo prácticamente imposible.

Y bien, nos fuimos a dormir… una rana descansaba sobre una planta del hostal, los bichos hacían sus sonidos de la noche y llenaban el ambiente de una manera fantástica.

A la mañana siguiente nos levantamos con ganas de caminar y fuimos a explorar detrás del hostal. Había un cerrito, primero pasamos una loma bastante inclinada, un alambre de púas, llegamos a un área llena de pinos con vista al cerro La Vieja y no muy lejos, volaban unos gavilanes grises que denotaban estar disfrutando la mañana fresca y llena de rocío.

«El Cholo Guerrillero, Victoriano Lorenzo, durante la Guerra de los Mil días, dejaba de vez en cuando a sus hombres para ir a ver a la Vieja. Éste era el sobrenombre para la querida que vivía por aquellos montes coclesanos adonde el caudillo liberal iba a recobrar fuerzas para volver, luego, a la lucha. Eso, según los habitantes de la región, dio su nombre al Cerro La Vieja o Cerro de La Vieja«.

Las paisanas graznaban y se lanzaban de un árbol al otro. Otras aves llenaban el ambiente con sus cánticos comunes como el motmot, los ruiseñores y los carpinteros.

Bajamos la loma y regresamos a hacer el desayuno, pero lo que nos esperaba frente a la cocina eran unos lindísimos monos tití tan curiosos que no se movieron de ese árbol por buen rato. Pudimos adelantar el desayuno y ellos seguían en el árbol, estos sí se dejaron tomar fotos.

Compartimos el desayuno con “Aye Aye” y “Coronel”, dos canes amigos que siempre están en el lugar, aprovechamos un rato para reposar y decidimos irnos a alguna cascada de las varias que hay cerca de Chiguirí Arriba.

Así que tomamos un bus y nos bajamos en el pueblo, caminamos preguntando donde podíamos encontrar otra cascada que nos fuera Tavidá, que es la común a visitar en este lugar. En el camino nos topamos con un Colarejo o tucancillo “rockero” (Collared aracarí).

Encontramos un chorro pequeño y llamativo que a mí en lo personal me transmitió un poco de miedo a pesar de no parecer peligroso; locuras mías.

En el pueblo de Chiguirí Arriba hay escuela, una iglesia católica y alguna otra; hay varios mini supermercados, el transporte público pasa casi cada hora y son unos autobuses – camiones que me recuerdan un poco al arca de Noé.

La carretera está en buenas condiciones para cualquier tipo de auto hasta Chiguirí. Los buses se toman en el mercado de Penonomé, la dirección se encuentra en el post de “Cascada Tavidá”.

Ya de regreso decidimos cambiar de ruta y en vez de ir hacia Penonomé, nos sentamos una hora a esperar un transporte 4×4 que nos llevara al Valle de Antón, saliendo desde Chiguirí Arriba. Mientras esperábamos, pasaron varias Oropéndolas Montezuma. Desistimos y nos subimos en una “chiva” rumbo a Penonomé, pero qué casualidad que la chiva se metió por el mismo camino hacia el Valle de Antón a dar la vuelta por allá y recoger pasajeros, en eso vimos que detrás venía uno de los carros 4×4 que llegan al Valle por esta ruta, que no es nada fácil, la calle es malísima, es decir un camino, piedras sueltas, y mucho polvo por ser verano.

Empezamos a gritar y el carro 4×4 paró y nos subimos en él. Nos tomó aproximadamente una hora llegar al Valle, fue una experiencia magnífica poder pasar por toda esa cordillera, ver desde otro punto el Cerro Gaital y las Tres Marías, además de todos esos cerros de Penonomé, como el Congal, Chichibalí o el Turega, una vista esplendorosa desde lo alto.

¿Cuantas veces he dicho que Panamá es hermoso? Hay tanto por ver aún…

FOTOS

Fuimos con mi prima postiza Roxana (nieta de la señora Tunina que menciono en el post de Bajo Bonito), ya que ella se dirigía a La Gloria a dejar un mandado; generalmente no existe transporte público hasta La Gloria así que los pobladores acostumbran caminar diariamente hasta llegar a sus hogares.

Pasamos varias quebradas, a decir verdad, bastantes. Vimos el cerro Chichibalí de Capira a lo lejos, por instantes nos rodeaba la neblina y nos serenaba la lluvia.

Nos topamos con muchas aves, pero la más característica fue la oropéndola, que con su canto alegraba el camino y nos advertía que cuidaba de sus nidos.

La Gloria

Ya el sudor se hacía presente y caminamos más rápido que de costumbre, aunque a pesar de nuestros esfuerzos, todo nos tomó 2 horas exactas, sin importar que nos habían dicho que el camino era solo una hora. Sinceramente, cuando hablamos de tiempo con la gente del campo nunca les creo, ellos caminan muy rápido y generalmente no poseen reloj o indicador del tiempo.

Nos percatamos de que bordeamos el río, de nombre Cirí Grande, que posee muchas caídas de agua y algunas cercanas a la vía principal. La gente de estos pueblos saben el valor del agua, y cuidan sus ríos como oro.

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En este lugar las casas están distanciadas unas de otras y separadas por hectáreas grandes de terreno que utilizan para cultivar víveres. La escuela primaria es nueva, pero antes de que existieran los niños debían caminar hasta Bajo Bonito para recibir clases.

La luz eléctrica en La Gloria es nula y la única manera de poseerla es mediante paneles solares que realmente es un recurso lejano, puesto que gran parte de las familias en esta comunidad son de bajos recursos.

Al terminarse la calle, entramos a un sendero mágico repleto de sonidos producto de la cantidad de aves que en él había, atravesamos una loma en donde el lodo era rojizo y formaba escalones hechos por los caballos. Llegamos a una casa “en medio de la nada” y digo esto porque era una casa grande, linda, con un patio extenso y llano, con una vista espectacular de las montañas.

Desde ahí caminamos quizás unos 15 minutos, topamos otra casa, ésta de madera en donde vive una hermosa familia, que hasta el día de hoy sigue siendo una «familia amiga» (2016) y atravesamos una quebrada que estaba detrás, cruzamos un alambre de púas, caminamos 3 minutos y allí estaba la Cascada La Gloria.

Nuestra recomendación es pagar a los dueños de la casa de madera entre 3 a 5 dólares de colaboración.

Si les digo cuanto mide, les miento. Para mi, y sin haberla medido, digo que quizás unos 70 metros. Realmente es una cascada escalonada, o sea que se puede subir con cuidado, arriba se encuentra la cascada La Tulivieja y otras más. Nos dedicamos a contemplar su belleza, embelesarnos con tan magnífica obra de la Naturaleza y bañarnos en sus frías aguas, que invitan al deleite.

El pozo principal es reducido, no es hondo, lo cual lo hace seguro. En la parte de arriba hay una poza mucho más amplia, pero para llegar allá las condiciones no son tan buenas y es mejor hacerlo en verano, un accidente ahí sería inminente. No dejo de pensar en cómo será la fuerza del agua en época de invierno, ¡de seguro imponente!

Al poco tiempo nos regresamos y nos quedamos un rato conversando con Mary Ovalle, la dueña y señora de esos terrenos, una mujer amable y carismática, nos ofreció guineos y nos mostró sus orquídeas. Compartimos el lunch con la familia, admiramos el paisaje, nos despedimos y caminamos de vuelta a Bajo Bonito, claro ahora nos tomó menos tiempo pues casi todas las pendientes eran en descenso.

Así es que… ¡una vez más! los invito a caminar Panamá… ¡hay tantos lugares hermosos por descubrir, tanto por recorrer! Si deseas que visitemos algún lugar especial de tu provincia, invitanos, y nosotros iremos con la mochila a cuestas a caminar, tomar fotos y mostrarlo al mundo por medio de ésta web. Es importante recalcar que lo que llevas, lo tienes que traer. Vive sin dejar rastro.

Valora lo natural, el agua, los ríos, piensa si realmente necesitas destruir una montaña, ¿porqué mejor no hacer turismo sostenible con un plan de capacidad de carga para no afectar su entorno? Ama tu país, que tan hermosos lugares tiene.

Fotos

Luego de una visita a Santa Fe de Veraguas, tomamos la calle que conduce hacia Calobre, para ver si nos encontrábamos con algún otro lugar de esos tan ideales que existen en esta provincia. Justo luego de salir de la iglesia de San Francisco de la Montaña, preguntamos a lugareños como llegar a Calobre, quienes como casi toda persona del campo panameño fueron muy amables y nos ayudaron a encontrar la ruta.

El nombre Calobre se originó ya que así se llamaba un cacique del área. Este distrito está formado por doce corregimientos: Calobre, Barnizal, Chitra, El Cocla, El Potrero, La Laguna, La Raya de Calobre, La Tetilla, La Yeguada, Las Guías, Monjarás y San José.

En Calobre una de las principales actividades es la cosecha de la sandía, que en gran parte es exportada al extranjero, y es la mejor de Panamá gracias a la tierra algo árida de este distrito.

Justo en la carretera mucho antes de llegar a Calobre vimos un anuncio de carretera que con imágenes indicaba qué lugares turísticos podíamos encontrar en este bello distrito: El Salto Bejucal, el Río San Juan, la laguna la Yeguada, los Sandiales y Los Pozos Termales de Calobre, tratamos de encontrar los que pudiéramos, nos interesamos sobre todo en encontrar los pozos de Calobre, pero al parecer estos son de difícil acceso.


Justo debajo de un puente estaba el Salto el Bejucal en el corregimiento de Tetilla. Es un imponente chorro de agua que iracundo rompía con fuerza con su caudal de invierno que hacía que el agua se tornara turbia, nadie estaba bañándose en él y no quisimos tomar el riesgo. Está rodeado de mucha vegetación y el lugar es muy bonito a pesar de estar justo debajo del puente.

En la época de verano este salto es muy visitado por lugareños que hacen alarde de sus virtudes saltando desde lo alto y haciendo piruetas en el aire.

Cabe decir que muy pocas personas conocen el salto ya que por su ubicación estratégica debajo del puente es muy difícil darse cuenta que debajo de éste se encuentra semejante maravilla. Tampoco hay ninguna señalización, recomiendo preguntar en la carretera luego de 30 minutos de haber salido de San Francisco de la Montaña.


Al salir del Salto, seguimos en la carretera hasta ver el Río San Juan, al que vislumbramos sólo desde un puente y el tiempo no nos dio para bajar. Se apreciaban extrañas formaciones rocosas en él, quizás causadas por la erosión del tiempo y definitivamente una acción volcánica antigua. El Río San Juan forma parte importante de Calobre ya que sus aguas son desviadas hacia la quebrada las Lajas, que a su vez es el único afluente de la Laguna La Yeguada, para aumentar el volumen de agua utilizable hacia la generación de energía eléctrica.

Para llegar a Calobre se puede ir por dos rutas: desde Santiago, pasando por San Francisco de la Montaña y luego desviándose hacia Calobre, esto te toma un tiempo de 45 minutos. Si vienes por la carretera Interamericana puedes tomar la vía que conduce hacia el Jaguito en el Roble y esto te toma un tiempo de 1 hora y 20 minutos hasta llegar a Calobre. Desde la ciudad de Panamá es aproximadamente 3 horas y 15 minutos. Y como decía en la valla de carretera “Calobre es un paraíso por conocer”.

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