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Hiking Trails and Trips in Panama

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En la memoria quedan los recuerdos de momentos especiales; en lo personal recuerdo incluso olores, sabores, y hasta estados de ánimo. Casi siempre llevo canciones en la cabeza cargándolas cual mochila del army, Wicked Game de Chris Isaak…

Este cerro está ubicado en la provincia de Coclé, en el Valle de Antón donde la oferta turística es inagotable.

Al Cariguana se puede subir hasta la caseta en un buen 4×4 y con un buen chofer, de lo contrario se deja el auto en la entrada de la calle de piedras y a caminar. Ahí mismo te dejan también los taxis.

Es una caminata de aproximadamente una hora y media si la haces desde la entrada de la calle de piedras, quizás más, ustedes saben que todo depende de las condiciones físicas de cada quien.

Ahora bien, si subes en 4×4 y llegas hasta la caseta donde están los pinos, te puede tomar media hora hacer cima. Ahí mismo es la entrada. Cabe destacar que todo el camino es en ascenso y vale mencionar que es fresco, rodeado de árboles que dan sombra. Ya al final llegas a una llanura rocosa y sales a un precipicio, por lo cual es buena idea protegerte del los rayos del sol.

La vista es masiva, creo que la mejor después de la del Cerro India Dormida ya que se ve desde el Río Antón hasta las Tres Marías: Cerro Pajita, Cerro Gaital y Cerro Caracoral.

Siempre es acorde mencionar que El Valle de Antón es el cráter de un volcán habitado. ¿Qué pasa? Pues que todos estos cerros forman parte de la cadena montañosa que le rodea y sin duda cada uno es especial.

Se llama así porque desde cierto ángulo parece una iguana. A mi me parece que su forma es particular, se ven pequeños picos en una gran cima, de 914 msnm.

Cariguana es una reserva hídrica y con suerte es posible ver animales, aunque su flora es muy rica, con vegetación de altura. Aún siendo una reserva, en el camino de ascenso al cerro no existen fuentes hídricas. Ida y vuelta se hacen 6km.

El Cariguana abastece a ocho comunidades que toman su agua a través de acueductos por gravedad: en Cabuya, Santa Rita, Mata Palo, Macano, Macanito y también les llega agua a poblados en Antón y Farallón.

Reserva Hídrica

Los campesinos de Cabuya libraron una batalla legal desde el año 1997, cuando un empresario intentó adquirir la cordillera de buen clima para proyectos que ponían en peligro las fuentes de agua, entre estos se mencionaba la cría de caballos. En esta cordillera se originan los manantiales, quebradas y ríos que sirven al distrito de Antón, entre ellos: el río Antón, quebrada Potosí que abastece a Cabuya, el río Hato que abastece al corregimiento del mismo nombre, quebrada Los Ruices, Río Farallón, quebrada La Pita, entre otros. Por ello los campesinos temiendo la contaminación a sus fuentes hídricas, iniciaron una batalla apoyados por el Consejo Municipal de Antón, quien en primera instancia realizó varios acuerdos y resoluciones, el última fue el acuerdo N0. 19 del 3 de marzo de diciembre de 2008 en el cual se declara reserva hídrica al Cariguana que es acogido por la ANAM.

https://www.laestrella.com.pa/nacional/090623/ganan-batalla-cariguana-campesinos

Actualmente existe el «El Grupo Ambiental de Cariguana» que ha sido conformado por la comunidad de Cabuya Arriba de Antón, y realizan actividades para la conservación del ambiente, como rondas  cortafuegos y reforestación en la Reserva Hídrica Cerro Cariguana.

En la cima se observan golondrinas, vencejos y rapaces. Cometí el hipotético error de querer tener entre mis manos, una golondrina de esas que pasaban tan cerca. Disfruté muchísimo verlas volar en la cima, jugando con las corrientes de aire, por momentos casi rozaban.

Cuando bajé, ya en el camino de tosca, una golondrina recién había caído golpeada, aún estaba tibia del vuelo frenético. Pudimos observar semejante animal, tan precioso, brillante, exótico y me arrepentí de mis deseos.

Al bajar, al mediodía, buscamos una fonda colorida donde comer y la encontramos en el mismo mercado del Valle de Antón, a módico precio.

Qué llevar

Ropa cómoda
Agua
Bloqueador solar
Gorra

Recomendación
Subir en la mañana y evitar el ascenso si hay tormenta o lluvia.

El Valle siempre es una opción de excelencia en tus actividades al aire libre.

En la espesura del bosque nuboso coclesano, en la vertiente Caribe y dentro del Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera baja con fuerza El Tife, un nombre importante para el excursionista panameño.

Acceder a este sitio requiere de una logística perfecta combinada con excelentes condiciones físicas. Para llegar debes ir hasta El Copé de La Pintada. Una vez ahí debes buscar la forma de subir al Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera; los autos 4×4 regulares te pueden dejar en cerro El Calvario, donde hay una cruz.


De ahí en adelante tienes dos opciones:

  • Caminar desde El Calvario hasta la escuela del caserío de Caño Sucio (8km)
  • Contratar el único todo terreno que llega a El Limón: Pablito (llega más allá de Caño Sucio y La Rica). Verificando disponibilidad y costos días antes. (Previo 6592-9153)

Dependiendo lo que escoges, lo recomendable es alojarse en la casa azul cabaña donde también puedes contratar el servicio de alimentación y caballo para la carga (sólo de camino para regresar al Calvario, no para el sendero) . La comida es deliciosa, orgánica y a excelente precio. Además, te aseguro que luego de caminar más de 20 km por día no vas a querer cocinar gran cosa.

Nos tomó 2 horas y media llegar al Alto Tife. Mis impresiones son: hermoso y difícil; peor si ya has venido caminando desde el Copé. Inicia en potrero, pasando por algunas casas. Se pasa por debajo de un puente colgante en desuso. A medida se van viendo cabañas de penca y palmas de chunga de la comunidad de La Rica, hasta llegar a un aposento en pilotes en medio bosque. Ahí se pagan 2 dólares por persona.

Inicia el ascenso por varias horas hasta que empiezas a pasar por un bosque de roca, sobre raíces. La flora en este sitio es increíble. Uno va bien entretenido y de pronto en medio del jadeo, ves una bromelia tigresa con flores color rojo pasión. Por momentos hay paredes de roca e incluso se aprecian cuevas misteriosas. El terreno aquí es peligroso, un mal paso y puedes caer por una de las grietas pero cuando has llegado a este punto significa que falta poco para llegar al Alto Tife.

Se escuchan gritos y resulta que hemos salido de las subidas. El rugir de la cascada se mete por las venas y se me eriza la piel. Disculpen lo explícito pero qué placer tan intenso ver ésta cascada. Y no es tanto su altura y belleza si no su fuerza imponente, con una caída que te puede matar.


Grandes rocas resbalosas te dan la bienvenida a este coloso. Es un paraje jurásico, enigmático que en lo personal me trae sentimientos encontrados. Miedo, amor. Dicha, gozo.

Un río potente que cae en la vertiente del Caribe. Increíble porque habíamos entrado caminando por el Pacífico.

Por increíble que parezca, Rey hizo un clavado y luego Pablito; en estos lugares pasa algo, la adrenalina te corre por el cuerpo, uno se desboca, la cascada te llama y aclama. Por momentos pensé que iba a ser imposible entrar al agua, pero ahí estuvimos dentro, disfrutando de sus aguas repletas de minerales.

Nosotros sólo éramos tres: Rey, Juventino, mi persona junto con nuestro guía Pablo, Ilka y Magdiel, nuestro local.

Tomamos camino de regreso y nos internamos en otro trecho que nos llevó luego de una hora y media a Bajo Tife. Desde la altura del sendero se veía un mar. Parecía una enorme laguna color turquesa; la poza de este chorro es desmesurada y el chorro en sí es colosal. Quizá no tanto su altura aunque la lejanía de la orilla a la cascada engaña, pero denota ser una masa de agua terrible, de profundidad que nadie juega averiguar.

Pablito hizo todo el sendero cargando un bote inflable, aquí es donde se dividen los locos de los aventureros normales. Una vez en el chorro lo inflaron y cuando fui a ver ya estaban dando intentos de llegar al chorro. Todos lo intentaron y el que más lejos llegó luego de sacar cálculos físicos fue Juven.

De regreso lo supuesto sería más rápido pero como siempre, un engaño. En el camino topamos una serpiente hermosa y amable que nos saludó con su belleza y seguimos la senda hasta llegar al derrumbe de árboles que habíamos pasado en la mañana. Me adelanté un poco y presentí algo extraño, segundos después se escuchó el rugir de un árbol cuya rama cayó sobre mi hombro derecho. Fue impresionante… De todo lo que puede suceder en el monte, ése es mi mayor miedo. Pero no pasó de ahí.

Salimos a la casa de pilotes ya cayendo la tarde, pasamos el río bajo el puente colgante de noche y llegamos a la casa azul, en pedazos. Nos recibía un baño reconfortante, el poder retirarme las botas, ponerme ropa seca, tomar agua viva y un plato de macarrón (spaguetti) en salsa roja con gallina dura.

Me siento agradecida con mis compañeros de sendero, con quienes caminé por espacios, en silencio e incluso en la oscuridad. A Rey por dejar de lado su cansancio para darme ánimos y ofrecer agua. A Juven por siempre decir que estaba bien bajo su condición y sólo decir «creo que estoy bien» cuando llegamos a la casa de vuelta hecho trizas en una silla de taburete.

Sin duda Tife no es un sendero normal, se puede decir que es uno de los más exigentes de Coclé e incluso de Panamá. Es un hito en la vida del senderista panameño.

Estas líneas como siempre con cariño, de Mariel Ulloa.