El Majagua es un rÃo de la República de Panamá, ubicado en la Provincia de ChiriquÃÂ, provincia occidental de este paÃs. La naciente del RÃÂo Majagua se encuentra dentro de la cuenca hidrográfica del Volcán Barú, es un curso de agua permanente.
Al llegar al balneario, encontramos un bohÃo que cuentan, tiene ya más de 50 años de estar ahÃÂ. El rÃo estaba algo seco pero con buen nivel para darse un baño.
En ese momento el rÃo era de nosotros. Al pasar las horas llegaron unos estudiantes de algún colegio de David; al parecer siempre llegan muchos estudiantes.
Los chicos se subÃan a la cascada sin ninguna dificultad, hacÃan apuestas para ver quien era el más valiente y se lanzaba primero.
Esta vez fuimos a un lugar inimaginable, tuvimos la dicha de por primera vez, pasar sobre las aguas del rÃÂo Chagres, el más grande afluente de la República de Panamá.
Entramos por la Cabima, que esta situado en la carretera hacia las Cumbres, nos detuvimos en el Restaurante Pio Pio de la Cabima y preguntamos por donde llegar a Puerto Corotú.
Tomamos la carretera justo a mano izquierda de frente a dicho restaurante ày fuimos preguntando hasta llegar a la monstruosa fábrica de Cemento Bayano, verdaderamente desagradable y de ahàseguimos hasta ver las señalizaciones de Parque Nacional Chagres y Puerto Corotú.
Llegamos al gigante árbol de Corotú, caracterÃÂstico de que estábamos en el puerto del Lago Madden conocido mejor como Lago Alajuela.
De repente apareció un señor en 4weel con uniforme de la ANAM a cobrarnos la entrada al Parque Nacional Chagres y a reprendernos por no haber parado la garita, nada visible. El costo por entrar a este Parque Nacional es increÃÂblemente de 5 dólares por persona panameña (luego supimos que eran 3$).
AMPYME, la Autoridad de Panamá para micro, pequeñas y medianas empresas, les está dando la formación en estas áreas y los está ayudando a registrarse legalmente en el proyecto de turismo, lo que demuestra que son una comunidad muy organizada de la cual están muy orgullosos.
Lo que ofrecen es turismo ecológico y cultural.àLa parte cultural es que los visitantes descubren e interactúan con los indÃÂgenas, la parte ecológica, significa aprender àacerca de la selva, y todo ello sucede de manera de bajo impacto para el entorno natural y sus formas de vida.àLos visitantes van para experimentar la naturaleza, pero no se pueden tomar las plantas o los animales.
Miromel metÃÂa una larga vara dentro del agua para verificar la profundidad y Mario, que manejaba la máquina, la movÃÂa de un lado para el otro ày no arrastrarla. En un momento la cosa se puso extrema, tuvimos que dejar todo dentro de la piragua y ayudar a moverlo entre los rápidos que nos atacaban por un lado. Un momento verdaderamente extremo.
A lo largo de la orilla del rÃÂo Chagres, se pueden ver cocodrilos, caimanes, nutria de rÃÂo, aves como loros, guacamayas, tucanes, martÃÂn pescador, entre muchos más.
Nos recibieron con bailes en la comunidad. Tomamos asiento en algunos bancos y esperamos por más. Iván nos empezó a explicar todo acerca de sus costumbres y tradiciones, historia, modo de vida, nos dijo hasta cómo hacÃÂan sus vestiduras y algo muy curioso fue ver el ââ¬Åbrassierââ¬Â de la joven indÃÂgena del que colgaban monedas de 5 y 25 centavos panameños y relucÃÂan contra los rayos del sol. El rey de la comunidad se le llama “Noko”, y el curandero ElÃÂas. El Noko es quien da permiso para todo, hasta para las fiestas y tomar bebidas alcohólicas.
Llegamos al sendero y ahàel señor nos explicó una a una las plantas que tenÃÂa y sus funciones. Nos dió a probar algo asàcomo una rama de un arbusto y al instante, la boca nos picaba, era una sensación extraña como si la lengua estuviese dormida.
El Tour incluye: – transporte en piragua ida y vuelta aproximadamente 40 minutos de ida y 35 minutos de regreso, – Visita a la Cascada del Indio en la que te puedes quedar el tiempo que plazcas, – Bienvenida de los Emberá Drúa con cantos y bailes y su Rey al frente, – Charla informativa de todas las actividades diarias de los Emberá y su etnografÃÂa por categorÃÂas- Un delicioso plato de pescado frito (tilapia) con plátanos, – Bailes tradicionales por las mujeres del pueblo, – Bailes tradicionales interactivos para el público, – Visita al jardÃÂn botánico en donde se explica cada una de las plantas curativas y sus funciones, – Puedes bañarte de nuevo en el rÃÂo de aguas cristalinas, – Te llevan a ver caimanes, aves, iguanas en plenas funciones. Entre muchas otras cosas más ofrecen tatuajes de jagua, el cual hasta el dÃÂa de hoy aún tengo, duran aproximadamente 1 semana y son muy caracterÃÂsticos de estos indÃÂgenas, se dice que esta pintura limpia la piel, ya que es de origen vegetal y es sacada de un árbol llamado Jagua (Genipa americana).
Queda la memoria de una experiencia única dentro de un lugar increÃÂble en donde la naturaleza perdura, en donde la etnografÃÂa es respetada, en donde la vida te la da la Naturaleza y nada más.
Los senderos de Panamá son hermosos, el sol que nos ilumina es distinto, dan ganas de salir siempre y sentir el olor caracterÃÂstico del campo, lleno de personas que sàsaben tratar. Cada vez que voy a escribir, veo antes las fotografÃÂas tomadas y me digo: áwow!, yo estuve ahÃÂ, mi paÃÂs es divino, áno tengo que ir a ningún lado más! Aquàhay de todo lo que se puede disfrutar realmente, ricas aguas con temperaturas perfectas, caÃÂdas de agua hermosas, playas con aguas de colores tornasoles, montañas de formas increÃÂbles, cielo combinado con la tierra. Hasta los lugares más áridos son bellos y tienen algo que aportar a nuestros ojos.
Fanshi, nuestro amigo de Natá, nos llevo a conocer su familia, que con gran alegrÃÂa nos recibió y nos dieron varias opciones de lugares para visitar cerca de allÃÂ. Escogimos un lugar bastante cerca de la casa de la abuela, un lugar que ciertamente es muy poco conocido, tanto asàque le dicen ââ¬Åel rÃÂo de la abuelaââ¬Âââ¬Â¦que es una parte de lo que forma el rÃÂo Chico, uno de los principales afluentes de Natá.
De ahànos encaminamos al rÃÂo, estaba a unos 20 minutos bajo un sol candente y enardecido que nos acompañó hasta llegar. Pasamos por debajo de alambre deàpúasàvarias veces, hasta llegar a donde se veÃÂa el rÃÂo, habÃÂan unas caÃÂdas de agua pequeñas, y de repente una olla de agua que nos trasmitió peligrosidad, se veÃÂa verdaderamente hondo, Fanshi nos propuso quedarnos allào ir más allá en donde habÃÂa un lugar bueno para nadar.
Caminamos por un tramo pequeño hasta ver la poza, y nos sorprendimos, era como ver la playa de la pelÃÂcula ââ¬ÅThe Beachââ¬Â pero convertido en rÃÂo, las piedras hacÃÂan forma de una gran pared caliza bajo la cual estaba el rÃÂo que a simple vista era hondo, pues el fondo era negro, pero tenÃÂa una parte considerable para menos efectos.
Nos turnamos la cocinadera, hicimos las clásicas milanesas con tortillas y hasta unos ââ¬Åchicken tendersââ¬Â. Como siempre Leo se atrevió a llevar su ceviche, que fue un contento a la hora de comer.
Mientras comÃÂamos, y mientras Fanshi nos contaba historias de fantasmas y leyendas del lugar, fue cayendo la tarde y los destellos del sol fueron desapareciendo.
Nos despedimos del lugar lleno de sentidos y encaminamos a casa de la abuela en donde nos esperaba el delicioso chicheme hecho en el fogón. En el camino no pudimos evitar tomar fotos de los Picachos de Olá. áTanto llaman nuestra atención! Pero les prometemos que pronto iremos.
Si anda en sedán es mejor dejar tu auto en la entrada y caminar. En caso de que ande en 4×4 puede subir hasta llegar a una entrada cercada por malla ciclón.
Llamó mi atención el letrero principal que decÃa: “Reserva Tavidá, Reserva Natural PRIVADA, PROTÃGELA” el señor nos dijo que el hostal ecológico del Cerro la Vieja habÃa comprado 40 hectáreas en ChiguiràArriba que incluÃan el chorro Tavidá.
Rey y Karlita
Pagamos y seguimos ahora por un sendero hecho por el hostal, unos 15 minutos más, vimos unas cabañas altas y en frente estaba el apretado dosel selvático que iluminó con una paz la piscina de agua al final del chorro. Contuvimos largamente el asombro frente a esta inusitada belleza.
Es el lugar perfecto para reponer fuerzas. Cargado de frescas sombras, abanicado por un suave e imperceptible viento y, el silencio lo hace un lugar irreal. Al estar en el mirador te caen grandes gotas del chorro. Desde ahàse ve la piscina verde perfecta rodeada de vegetación y una caÃÂda de agua de 30 metros. Todos corrimos a bañarnos bajo las rugientes aguas de la caÃÂda.
Nadamos, jugamos, subimos a la piedra bajo el chorro y nos sentamos a sentir los fuertes golpes del agua que pegaban como latigazos u hormigas picándonos las espaldas. Gritaba de emoción combinada con el dolorcito del agua pegándome en el rostro y espinazo.
Tiene un salto increÃble de unos 12 metros de altura desde el cual los jovencitos hacen mortales clavados con tal destreza que te logran poner los pelos de punta.
El rÃÂo el Harino tiene la particularidad de que sus rocas son lajas que van formando escaleras naturales que son utilizadas para bajar a la parte cóncava donde la gente se baña.
Ciertamente no es recomendable para personas de la tercera edad y hay que tener mucho cuidado al bajar pues hay partes en las que prácticamente hay que escalar, de manera tal que tampoco es fácil llevar coolers o cosas pesadas.
Es conocido por ser el chorro al que llegó el cantante Justin Bieber, cosa que nadie esperaba que sucediera en ese momento.
La calle hace ya casi un año que está pavimentada, al contrario de algunas de estas fotos que fueron tomadas en el 2009 cuando el camino era de tierra y habÃa que pasar varias quebradas.
A lo lejos, más allá de los campos donde siembran la verdura, vislumbramos el chorro como un hilo que cae por el medio de las montañas; nos saludaron los trabajadores del arado con un ejue!!!! y levantaron sus brazos en señal de alegrÃa.
Avanzamos alegre y despreocupadamente por entre un paisaje de verdes fulgores y de pronto a nuestro lado estaba un toro echado cuidando sus señoras vacas, pero al ver bien a el toro, nos dimos cuenta de que estaba suelto y nos veÃa impasible, asàque aprovechamos y le sacamos algunas fotos procurando que estuviese bien sentado.
Los chorros son producto de una depresión geográfica en donde se fraccionó la tierra creando asàel curso del rÃo de El Caño, en el cual caen tres hermosas cascadas.
Llegamos al espectáculo natural, uno de los chorros más altos de Panamá registrado (año 2009) y con agua todo el año a una altura de 250 metros sobre el nivel del mar, con una caÃda de agua de aproximadamente 50 metros, arriba hay más caÃdas. Vimos una especie de túnel que se forma entre las rocas, dicen que detrás de la cascada hay una cueva, como a 20 metros de la base y desde ese punto se puede divisar el paisaje en medio de la colgadura de agua.
El paisaje era increÃble, diferentes tonalidades de verde aparecÃan ante nuestros ojos, el chorro magnÃficamente grande, que nos dio miedo entrar al agua, pues no se veÃa el fondo, estaba turbio; Fanshi si entró, nadó un poco, descansó en una gran piedra inalcanzable a nuestras manos, subió a otra y se fue lejos.
La visita a Las Yayas se complementa con maravillosas vistas del inmenso bloque de bosques tropicales, propios del área, verdes tonalidades, y el RÃo Colorado de increÃbles pigmentos rojo, se trata de un cuerpo de agua superficial que presenta una tonalidad rojiza, aparentemente derivada de los minerales de la región o bien de alguna variedad de árboles que le confieren ese tono.
Aquàla comunidad local opera una pequeña tienda en la que se expenden dulces, frituras y bebidas gaseosas, principalmente a los mismos miembros de la comunidad. Asimismo es posible rentar una cabaña para más comodidad. B/. 2.00 para extranjeros y B/. 1.00 para nacionales.
Caminamos algún rato bajando unas escaleras rojas que nos llevó a diferentes partes del rÃo. La primera nos introdujo a un chorro que desciende en medio de unas rocas cóncavas donde cae el agua bajo las sombras de las piedras.
Subimos los barandales y llegamos ante un mirador desde donde se veÃan las tres caÃdas de agua, El Chorro las Yayas, de cristalinas y frescas aguas, llena de mitos y leyendas.
Las Yayas en su mayor salto se levanta sobre unos 15 metros de altura, y se puede disfrutar de las refrescantes aguas de la quebrada que alimenta las cascadas que se unen en una pequeña “”totuma”, como le llaman los lugareños al sitio que utilizan como balneario.
Estando en el Valle, decidimos ir a conocer los chorros o cascadas más representativos. Por costumbre, debÃamos ir al Chorro de las Mozas, le advertà a mis amigos que el rÃo estarÃa bastante sucio, a lo que no hicieron caso: la tÃpica necedad de verlo en vivo.
En efecto llegamos y estaba muy sucio a lo que decidimos caminar por su orilla hasta ver los chorros, lastimosamente, muchos de los desechos del Valle de Antón han ido a parar ahà e incluso es utilizado para sacar materiales como arenilla y tierra.
Forma parte de las leyendas del Valle de Antón. Cuentan que aquàtres hermanas se suicidaron al mismo tiempo por el amor que sentÃan hacia el mismo hombre, amor que era ignorado por Ãl, ya que habÃa sido embrujado por la hechicera más grande del pueblo, y se dice que cada una de las hermanas se convirtió en un chorro, que ahora forman lo que es: El Chorro de las Mozas.
Cómo llegar: Tome la vÃa que conduce a Cabañas Potosàhasta el final y verás la entrada hacia Las Mozas, en este momento (2015) el lugar ha sido arreglado, limpiado y está bajo la administración de personas encargadas de mantenerlo en buenas condiciones, tiene un costo de admisión de 3$
Al salir no habÃa transporte y decidimos caminar, en eso venÃa un carro transportador de caballos y se nos ocurrió sacar la mano y el señor conductor paró, subimos y juro que no es nada fácil viajar en ese transporte, los tres nos golpeamos en cada salto hasta llegar a una parada en la que tomamos un bus de ruta que nos dejó en La Piedra Pintada (fue muy divertido)
Este sendero es de belleza exuberante, en Ãl se pueden ver más de cuatro pequeños chorros de los cuales dos de los primeros están perfectos para darse un buen baño y si sigues el camino puedes subir La India Dormida o llegar a las comunidades que existen detrás del cerro.
Existe otra cascada llegando a la Piedra del Sapo, llamada “Cascada del Sapo”, Se llama asàporque en su parte superior sobresale un petroglifo en forma de Sapo o de rana, este petroglifo tiene un Ãrea de unos tres metros cuadrados y cubre toda la parte superior.
Salimos del Sendero de la Piedra Pintada y otro señor nos llevó hasta el mercado donde tomamos un bus El Valle – San Carlos, ya era tarde y no habÃan buses hacia la ciudad y en San Carlos tomamos un taxi “pirata”. Los buses en el Valle de Antón salen hacia la ciudad de Panamá hasta las 6 de la tarde.
Aquel dÃa salimos a eso de las 9am; tenÃamos planeado hacerlo más temprano, pero no recuerdo la razón de la tardanza.
El autobús, de alguna ruta entre Chepo y La Mesa. Se tomó una hora y media más o menos hasta llegar a la entrada del Llano, CartÃÂ. De ahà 19 Km más de carretera no pavimentada, y comprendo ahora, que solo esos buses logran hacer tales maniobras. (Ya la carretera está pavimentada en gran parte del tramo, aquella vez, no lo estaba. 2005)
En la mitad del camino está personal del Congreso General Guna, donde los carros deben detenerse por algunos minutos, ellos cobran USD 6.00 por persona para entrar a la comarca de Guna Yala.
Nusagandi es un área que se encuentra ubicada en la mitad del camino El Llano Carti. El Llano es una comunidad que está a orillas de la carretera Panamericana cerca de Chepo. Por otra parte, Carti, el otro extremo del camino, corresponde a un Ãrea de tierra firme en las costas del Corregimiento de Narganá en la Comarca Guna Yala. En el área de Nusagandi no hay población radicada.
Llegamos al “Hotel”, El lodge de Nusagandi, una edificación de madera con 2 pisos y un balcón con vista hacia la selva tupida, con los baños a unos 30 metros del edificio, el comedor en una lomita a unos 50 metros de la misma. Nos dividimos en dos, las damas dormirÃan arriba, los varones en la planta baja.
Lo mejor que se puede hacer es llevar sabana y almohadas propias ya que es un lugar poco visitado y ecológico, donde se va a ver la naturaleza y sus componentes.
Nusagandi está dentro de los lÃmites de una reserva de vida silvestre, conocida como el área Silvestre de Narganá, creada por Pemansky, un grupo conservacionista de Guna Yala. Todas las personas que trabajan en este lugar son Gunas, te atienden excelentemente bien y a la vez de una manera muy humilde y son ellos los que te guÃan ya que son los Ãnicos que conocen estos terrenos a la perfección.
El Sendero Yannu Igar (sendero de pecari o zaÃÂno), en este sendero caminamos bastante, nos enlodamos demasiado y tuvimos que utilizar el sentido de apoyo y ayudarnos unos a los otros para poder cruzar los barrancos y pequeñas trochas que habÃa a nuestro paso.
Todo aquel que en algún momento fue enemigo, olvidó sus rencores para sobrevivir a la aventura. Fue tan divertido que casi todos nos caÃmos a causa de lo resbaloso del sendero.
Llegamos al lodge y nos dimos un buen baño con las aguas recicladas de la lluvia y ya en la noche nos reunimos en el balcón a conversar. Ya a eso de las 11pm nos fuimos a dormir y sinceramente yo no pude dormir mucho, escuchando el sonido de la naturaleza: animales aullando, gritando, era un solo alboroto hermoso y perfecto que solo la madre tierra puede emitir.
Un inolvidable paseo que despertó en mi, el amor a la naturaleza y a sus senderos.
Una guía de turismo ecológico en Panamá, dedicada a descubrir ríos, montañas, senderos y aventuras en la naturaleza. Ideal para los amantes del aire libre y la exploración rural.