Archivo de la etiqueta: cascadas

La cascada de Bajo Bonito o cascada “Las Palmitas”

Desde que me llamaron para trabajar como profesora en Bajo Bonito, quedé boquiabierta; no podía creer que existiera tanta casualidad. Conozco el sitio desde niña, ya que mi tía Hilda trabajó hace 30 años en esa misma escuela. Para mí, era algo de locos… en el mejor sentido.

La escuela está ubicada después de cruzar dos pasos de río, por ambas rutas posibles. Queda casi aislada, rodeada por el cauce, lo que le da esa belleza exótica de vivir y dormir con el sonido del agua, y de interrumpir, de vez en cuando, el silencio del aula con el estruendo de sus crecidas.

Por reglas internas no tuve muchas oportunidades seguidas de disfrutar del río, pero las pocas veces que me escapé, lo disfruté al máximo.

En algunas ocasiones llegué hasta la cascada. Siempre es una delicia caminar por este pueblito: sus caminos de tierra bordean el paisaje y te llevan directo hasta ella. Tiene dos accesos: uno que llega a la parte alta de la cascada y otro sendero que conduce por la parte baja.

Aunque es de fácil acceso a pie, el trayecto hasta el Bajo requiere de un buen 4×4, ya que se deben cruzar varios ríos o quebradas. Solo hay una vía principal que te lleva hasta allí.

En el Bajo, la gente es lo máximo, ¡se los juro! Son personas increíblemente amables y cálidas. Como en cualquier lugar del mundo, por razones de seguridad es recomendable andar en compañía, por si ocurre algún accidente y alguien puede ayudarte. Hay tiendas en el área y muchas familias se dedican a la producción de verduras y hortalizas.

¿Y qué decir de mis estudiantes? ¡Los mejores del mundo! Chicos tranquilos, callados, respetuosos… al punto que a veces era un reto sacarles una respuesta o una pregunta. Son verdaderos luchadores; algunos caminan varias horas para poder asistir a clases o, como dicen allá, “voltean lomas”.

Mis niños de Los Pinos, de La Gloria, del Jagua, Peñas Blancas y los del mismo Bajo… a cada uno los llevo en mi corazón con un cariño enorme. Espero que me cumplan la promesa de llevarme a conocer las cascadas de sus pueblos, y confío en que cumplirán sus sueños. Para mí, siempre será un honor ser su madrina, ¡de todos si es necesario!

Cascada Caimitillo Abajo, ¡Increíblemente cerca!

En Chorrera y de súbito. La descubrimos de milagro. Nos metimos a una calle desconocida y de regreso vimos muchos carros en una casa, preguntamos y ¿PUM! ¡Cascadaaaaa!!

La entrada al sitio tiene costo de 2$ por auto y 2$ por persona. El lugar lo mantienen bastante limpio y es preferible visitarlo en verano ya que en época lluviosa por lo general pasan crecidas del río.

Verano atardecer

Su nivel de dificultad es nula, es de ese tipo de sitios a los que puedes ir en familia. Tiene buenos espacios para acomodarse y disfrutar un día de picnic, tanto arriba de la cascada como abajo de la misma. Hasta puedes prender tu fogón y hacer sancocho.

No me creerán lo cerca que es. Se entra por el Espino de la Chorrera. Solo pon Caimitillo Abajo en App waze y vas preguntando. Está a unos 10 minutos en auto desde la entrada principal donde dice Bajo Grande.

De igual forma, es necesario siempre tener cuidado, tanto de ti mismo, tu familia o amigos y tus pertenencias. Los autos 4×4 llegan casi al mismo río. Los sedán se quedan en la casa de la entrada y caminas unos 10 minutos.

Nosotros hemos llegado incluso cayendo la tarde y ha sido una bonita experiencia.

100% recomendado.

Lugares Perfectos: Cascada Romeo y Julieta, ¿Cascadas Privadas?

Parque Nacional Chagres

Pudiese escribir muchas cosas positivas acerca de Altos de Cerro Azul pero sin duda, este sitio tiene que ser el primero.

Estas cascadas se encuentran en las inmediaciones del Parque Nacional Chagres y para poder conocerlas se requiere de varios procesos.

Para empezar debes ir en auto particular, además solo pueden acceder a Altos de Cerro Azul las personas que residan, invitados de los mismos o bajo alquiler de alguna cabaña dentro del residencial.

Todo está bien señalizado y se mantiene limpio. Para llegar a las cascadas, puedes ir en un vehículo 4×4 por camino offroad o bien, caminando. La bajada puede tomar entre 30 minutos y una hora, dependiendo de tu condición física. Ir cuesta abajo es un paseo; sin embargo, el regreso puede ser agotador si no estás acostumbrado.

Al llegar al inicio del sendero homologado con pasamanos, hay un sitio de campismo que utilizan sobre todo en verano. En época lluviosa es preferible ir caminando ya que las lomas son empinadas y no es recomendable que baje un solo carro, lo preferible es hacerlo con un grupo de autos 4×4 en todo caso sea necesario un rescate. En el sitio no existe señal telefónica.

Son aproximadamente 2 km rodeado de un bosque bellísimo, repleto de plantas tropicales y enormes árboles. La fauna es exquisita, sobre todo para quienes adoran avistar aves; abundan los saltarines, trogones y gavilanes. Nos hemos topado en ocasiones con reptiles como serpientes borrigueras y boas. (Recuerda solo retirarte si ves una víbora, nunca atreverte a tocar si no conoces el comportamiento animal.)

Al parecer se trata de dos ríos diferentes que caen en la misma cuenca, luego, los mismos se unen para formar el Río Mono que termina alimentando el lago Alajuela en la cuenca del gran Chagres.

La cascada más grande de las dos es profunda, por lo que no es recomendable para niños. La más pequeña, en cambio, es mucho más segura. Es fundamental estar atentos a los cambios en el clima, ya que en el Parque Nacional Chagres las lluvias pueden aparecer de forma repentina y los ríos crecen rápidamente.

Lo interesante de que el acceso esté dentro de un residencial es que, aunque puede incomodar que no sea de libre entrada, hay que reconocer que el lugar está muy bien cuidado. El sendero está homologado, algo poco común en la Ciudad de Panamá. No encontramos ni un solo rastro de basura, ni mascarillas abandonadas. Aplausos para Altos de Cerro Azul, que han cumplido su promesa de proteger las fuentes de agua que rodean el residencial. Eso es, sencillamente, admirable.

¿Qué llevar?
En Altos de Cerro Azul no hay tiendas ni minisúper, así que debes llevar todo lo necesario contigo:
Agua, snacks, ropa ligera.

Recuerda al visitar:
No ensucies. Recoge tus desechos y, si es posible, no los dejes en el residencial, ya que no cuentan con servicio regular de recolección de basura.

Reseña de gira: Jordanal Extreme.

Jordanal es un poblado que pertenece a Cirí Grande, en el distrito de Capira, justo en los límites con la provincia de Coclé. Tanto así que la mayoría de sus habitantes acceden al sitio desde El Valle de Antón. Curiosamente, también se puede llegar por Altos del María (acceso privado) y desde La Chorrera.

DCIM\108GOPRO

La gente que vive allí es amable y servicial. Actualmente, muchos buscan incursionar en el turismo, pues el área posee hermosos ríos y montañas, además de ese ambiente campesino panameño tan auténtico y encantador.

En esta ocasión, planeamos visitar uno de los atractivos más recónditos del lugar: la cascada de Jordanal, como le llaman los lugareños. Ya sabíamos que sería una travesía exigente. Cuando uno le pregunta a un local qué tan difícil es llegar y te responden que “está lejos”, es porque realmente lo está. Si no, al menos te dicen “eso está cerquita”.

Apenas íbamos en el 4×4 y no faltó quien sintiera miedo. Tocó recordar que este es el medio de transporte que decenas de personas utilizan a diario para salir de las montañas en Capira, el único disponible en aquellos lugares donde el tan prometido progreso aún no ha llegado, y siguen haciendo falta calles y puentes.

Una vez en el pueblo, emprendimos la caminata, que desde el inicio sabíamos sería en constante ascenso. En el camino se nos unieron algunos lugareños: adultos, niños y hasta un curioso perrito.

Ya dentro de la selva, el trayecto se volvió más tedioso para quienes tenían menos experiencia. Siempre subiendo, con curvas constantes, rodeados de árboles enormes de un bosque primario magnífico, alta humedad, plantas extrañas y muchas raíces que formaban una especie de escalera natural en este sendero de dificultad moderada.

Vimos tucanes, aves de colores brillantes, ranas exóticas y pequeñas ardillas corriendo por las ramas. Y mientras los locales nos repetían que “ya falta poco”, una nueva loma volvía a aparecer frente a nosotros.

Pristimantis gaigei juvenil

Lo que habíamos calculado que tomaría dos horas, terminó siendo un recorrido de tres. Esto se debió a la falta de preparación de uno de los participantes. Y es precisamente por eso que elaboramos una ficha técnica para cada gira, donde indicamos el nivel de dificultad del terreno. Como siempre decimos: si usted viene a una gira con nosotros, haremos lo imposible para que llegue al destino. Aquí todo el mundo llega, con calma y paciencia… aunque eso, a veces, implique más tiempo e inversión.

Sin embargo, la emoción de llegar a un lugar como este fue indescriptible. Hacía años que no visitaba un sitio tan inmaculado, sin rastro alguno de basura, con la selva en su punto más puro. Tuvimos la suerte de llegar justo cuando la niebla bajó al río y cubrió toda la poza de agua, profunda y de un color verde aqua impresionante.

¡Wow! A veces uno se crea una idea en la cabeza y, al llegar, se decepciona. No porque el lugar sea feo, sino porque la foto que viste tenía demasiada edición, o simplemente no era lo que esperabas. Pero este NO fue el caso. Pocas veces me ha pasado que llego a una cascada y, por respeto a la belleza del sitio, ni siquiera me dan ganas de nadar. Esta vez fue así. Primero por respeto, y segundo por miedo a los calambres.

Los chicos, eso sí, no lo pensaron dos veces: se lanzaron clavados al agua. Estaba realmente fría… pero eso, se nos olvidó enseguida.

De regreso, la historia fue otra. Para la mayoría, sería más sencillo, ya que lo que antes tuvimos que subir, ahora tocaba bajarlo, lo cual suele resultar más cómodo. Sin embargo, fue necesaria la ayuda de algunos locales para asistir a dos participantes que se rindieron justo cuando faltaba poco para terminar el camino. Son cosas que pueden pasar.

Y es que no es un sendero fácil, pero tampoco imposible. Al final, creo que todos salimos felices por haber cumplido con el reto del día, aunque tuvimos que abandonar el poblado ya de noche debido a las demoras.

Fue uno de esos trillos cansones pero deliciosos, en los que sientes cada parte de tu cuerpo viva y en acción. Y aun así, las ganas de volver siguen intactas. El esfuerzo vale la pena cuando la recompensa es tan grande. Así que pronto volveremos a extender la invitación a quienes deseen descubrir este maravilloso lugar.

Grandemente agradecidos con nuestro guí­as locales, en especial a Isaías por ayudarnos a coordinar todo: transporte, alimentación, guías locales, etc.

Un día recorriendo Olá.

Han pasado cinco días desde nuestra visita a Olá. La emoción de estar en este lugar siempre es intensa, y esta vez aún más, porque incluía el ascenso a uno de los cerros más bonitos de la región: Los Picachos.

Comenzamos el recorrido conociendo a nuestro guía local. De inmediato nos atrapó la vista de esa caprichosa montaña, con su silueta ondulada y una apariencia singular que recuerda a una ola.

A medida que nos acercábamos al poblado, el imponente Cerro Picacho se hacía más notorio. Esta formación es una extensión de la vertiente sur de la Cordillera Central y forma parte del escudo del Distrito de Olá. Casi todas las referencias a este cerro tienen un enfoque turístico, exaltando su impresionante belleza paisajística.

Fuimos a conocer una de las zonas más altas del distrito. Al llegar, una lluvia caprichosa nos sorprendió, pero se disipó en pocos minutos. Subimos entonces a un mirador, ubicado a más de 1000 msnm, desde donde se divisa gran parte del sur de Coclé, incluyendo montañas antiguas como el Cerro Guacamaya y el Orarí.

De regreso del mirador, nos dirigimos a Los Picachos de Olá. Tras ingresar por un terreno privado —con permiso, por supuesto— llegamos a la base del cerro. Desde allí, el ascenso fue empinado, con una inclinación de unos 45 grados, terreno pedregoso y señales claras de que había sido quemado recientemente. La recompensa: vistas simplemente impresionantes.

La parte final del pico se volvía peligrosa para subir con el grupo. Era necesario escalar con las manos, y un mal paso podría significar un “hasta nunca”. El sendero era de menos de un metro de ancho, con precipicios profundos a ambos lados. Por seguridad, decidimos llegar solo hasta la zona más adecuada para todos y allí aprovechamos para descansar. El sol era inclemente, y a lo lejos veíamos cómo la lluvia caía sobre distintas áreas de Coclé. Hacia el sur, se destacaba el Parque Eólico. Las montañas azuladas de la provincia mostraban su esplendor, y la forma cónica del Picacho despertaba muchas preguntas sobre su origen. Su orografía es verdaderamente fascinante.

El origen de este monumento natural se remonta al surgimiento del Istmo de Panamá, hace aproximadamente 20 millones de años. Antes de eso, un canal marino separaba América del Norte de América del Sur. Las placas tectónicas trasladaron tanto lecho marino como tierra continental. La placa sudamericana colisionó con la del Caribe en una zona específica conocida como el Arco de Panamá, dando lugar al primer levantamiento del istmo. Este proceso fue continuo, y se estima que hace unos 15 millones de años ya solo una estrecha franja de mar separaba a Panamá de Sudamérica.

Producto de los choques de placas tectónicas, en los que una se introducía debajo de la otra, se produjeron fusiones en el manto terrestre que provocaron fisuras por donde el magma logró ascender hasta la superficie. Esto originó una serie de eventos volcánicos que facilitaron el surgimiento de islas volcánicas, las cuales con el tiempo se interconectaron hasta formar el territorio firme del Istmo de Panamá.

El Cerro Picacho se formó como parte de este proceso, dado su origen volcánico. Al ser una extensión hacia el sur de la Cordillera Central —donde se encuentran algunas de las montañas más antiguas del país— se estima que su edad geológica es más reciente, con un desarrollo que tuvo lugar a inicios del Pleistoceno.

Originalmente, el Picacho tenía una forma cónica, como la mayoría de los volcanes. Sin embargo, debido a la violencia de sus erupciones, su estructura fue destruida, quedando inactivo y con la forma que hoy conocemos.

Al noroeste del Picacho, a unos 20 km, se encuentra un conglomerado de montañas volcánicas conocido como el Complejo Volcánico de La Yeguada, compuesto por formaciones de distintas edades geológicas. Entre ellas destacan: El Picacho (de La Yeguada), con 4.8 millones de años; el Cerro Castillo, con 8.7 millones de años; el Estrato Piroclástico, con 11 millones de años; y el volcán Media Luna, el más joven, con apenas unos 32,000 años. Estas formaciones nos ofrecen una idea de la intensa actividad volcánica que tuvo lugar en el pasado y cuyas huellas persisten hoy en forma de aguas termales, estratificaciones de lava, material piroclástico y lagos formados en antiguos cráteres.

En los Picachos también se vivió una gesta histórica muy importante, aunque poco conocida. Probablemente al escuchar el nombre Manuel Antonio Noriega pienses en el dictador panameño, pero aquí en Olá hubo otro personaje con el mismo nombre. Junto a Domingo Díaz, Belisario Porras y Victoriano Lorenzo, participó en un fuerte combate en 1901, como parte de la Guerra de los Mil Días.

Tras bajar del cerro, fuimos en busca de un buen sancocho de gallina de patio en casa de Luis, quien nos recibió con los brazos abiertos. Entregamos donaciones de útiles escolares que habían llegado algo tarde, y algunos aprovecharon para disfrutar de la carambola que colgaba en abundancia de un árbol cercano.

De allí, nos dirigimos a uno de los tantos chorros (cascadas) que hay en Olá, un distrito que aunque pequeño, rebosa belleza natural. Esta vez encontramos el agua algo turbia, producto de las primeras lluvias en la zona. Aun así, nos refrescamos y no faltó quien se animara a escalar la pared de roca vertical que enmarca el chorro.

La cereza del pastel fue visitar los Chorros de Nuestro Amo, un lugar que la mayoría desconocía. Este sitio siempre sorprende por su impresionante espectáculo visual: el chorro principal puede alcanzar hasta 60 metros de altura, y encima hay otro chorro aún más alto que cae desde una meseta. Sin embargo, es un lugar que definitivamente necesita atención, ya que lo encontramos sin medidas de seguridad y lamentablemente lleno de basura. Parece que aún a mucha gente le cuesta llevarse vacío lo que llevó lleno, lo cual es una verdadera lástima.

Cayó el atardecer en los Chorros de Olá. Nos despedimos de las vacas que se creen cabras, subiendo por los cerros más empinados, y nos quedamos con esa sensación de ansiedad por seguir explorando, junto a la esperanza que oprime el corazón y clama a gritos por una Panamá protegida, libre de basura. Que no sean necesarios los letreros para que la gente se lleve su basura, porque al final, esos carteles terminan siendo el basurero.

El impacto del hombre sobre la Tierra es comparable a una colisión con un gran meteorito. Ante estas condiciones, debemos declarar al planeta en estado de emergencia.

El ser humano busca aprovechar los recursos que la naturaleza le ofrece, y no está mal intervenir en cierto grado el ciclo natural, pero siempre es imprescindible respetar el equilibrio fundamental entre la vida y el medio ambiente.

Gira Pozo Azul en verano y Cerro Gaital

Habíamos visitado el lugar en época lluviosa y gracias a las fuerzas de la Naturaleza, nos fue bien. Ahora quisimos regresar a ver el lugar en época seca o de verano y valió la pena; el color del agua más clara, todo mucho más visible y un paisaje de película de ficción.

Locales

Lo único negativo fue la cantidad de personas que llegó al sitio después del mediodía, lo que al principio nos desconcertó. Al investigar, supimos que muchos eran locales en vacaciones escolares, y otros habían llegado por una publicación en Facebook. Lo peor: encontramos basura que tuvimos que recoger.

A pesar de eso, el lugar es espectacular. Recomendamos ir río arriba, donde pocos se atreven a llegar. Allí hay una cascada que me hizo sentir en un paraje celestial, sumergido por unos minutos en una libertad profunda. (Actualmente hay una entrada privada por este lado; en 2022 costaba $2 para acceder a las cascadas superiores).

Cerro Gaital

Celebramos el cumpleaños de dos amigos y nos dispusimos a seguir disfrutando la tarde, desde el mirador de Cerro Gaital.

¡Feliz día de la amistad a todos! Sigamos conservando nuestros recursos naturales para que las futuras generaciones puedan disfrutar lo que ahora nosotros disfrutamos. Nada me encantaría más, que mi hijo pueda tener tan dichosa oportunidad en un futuro no muy lejano.

Reseña de Selva: Salto de los Monos, Colón. Septiembre 2016

La verdad, un poco intrépido. A petición de varios amigos, esto se hizo realidad. Nosotros consideramos que este sitio es apto para visitar en verano, aunque en esa época no es posible ver el chorro a su máxima magnitud, razón por la cual cedimos a ir a verlo en septiembre, mes que, como todos sabemos en Panamá, es muy lluvioso.

Gracias a Dios, a las buenas vibras y a Madre Naturaleza, pudimos ir y venir sin problemas. En el grupo que se atrevió, al que llamamos “el escuadrón suicida”, iban solo 4 personas nuevas, los demás ya habían ido.

0da251d7-2a7d-4dc0-a26c-e8c2b95a22b9

ac534a76-65bd-477c-8cff-2c5e91490012

3550151e-8a5e-47c3-8c0d-57a428f762bf

Al llegar al sitio que hemos habilitado para acampar desde hace muchos años, el tiempo nos dio para armar campamento, hamacas, buscar leña y prepararnos; pero la Naturaleza imponente nos mostró su fuerza. El Guanche arriba demostró que el poder del agua es inminente, en segundos el río estaba color marrón, las gruesas gotas caían sobre el refugio.

24f90de8-2af4-415f-9165-c62e05b9e751

No quedó de otra que pasar el resto del día en el campamento, descansando, echando cuentos, comiendo y disfrutando de la selva virgen que guardan nuestras montañas verdeazuladas.

005a44d9-bfc4-4942-9f2a-a4b8c761b048

23d1f115-e4e2-4820-8bc6-67f946a7ce63

g0010385

70b2cc1a-2bf2-4cad-b877-2f8df48b1ee9

La noche fue hermosa y a pesar de toda la lluvia, dormimos relajados y secos. A la mañana siguiente nos preparamos para ir a ver el imponente Salto de los Monos. El río estaba manso y por medio de una trocha improvisada, pudimos llegar al salto, sin absoluta necesidad de pasar por el río.

Disfrutamos un largo rato en el mágico chorro de aguas templadas, admiramos su altura colosal y con mucho respeto, nos divertimos. El chorro de agua ahora pasaba por partes que nunca antes vimos que pasara. Aún guardo en la memoria tan sublime momento.

015d414c-f5c7-48d5-a8f0-97a854a745db

De regreso, caminando por la trocha vimos muchas ranas Dendrobates auratus, una Smilisca phaeota y en el Verde Esmeralda, nos topamos una serpiente borriguera que al asustarse se fue nadando. Pudimos hacer clavados y nadar a gusto.

Gracias Natura por permitirnos dentro de sus parámetros, disfrutar de su interior. Sabemos que son pocas las personas que han llegado a sitios como estos, y nos sentimos muy afortunados de estar dentro de ese selecto grupo.

Cerro Trinidad de Capira, Camping en las faldas y visita a Cascada Las Fuentes de Altamira.

DCIM101GOPRO
La dicha de la vida está en lo simple. Algunas montañas las hemos visto mil veces y nos hemos preguntado mil cosas en torno a ellas.

Ayer fue un día espectacular. Hicimos la cima del Cerro Trinidad de Capira, que forma parte del Parque Nacional Altos de Campana. Fue una experiencia única, en donde pudimos disfrutar no solo de la cima, sino del camino y de parte de lo que guarda este espectacular cerro: una gran biodiversidad.

Helechos arbóreos, epifitas, orquídeas, un sinnúmero de animales entre esos coloridas orugas, decenas de insectos, danzantes mariposas y aves para escoger.

DCIM101GOPRO
Todos en la cima del Trinidad a 900msnm
GOPR0117

La humedad contundente y su rica flora, además de las pendientes y barrancos, hace de este sitio un lugar apto para personas con experiencia, ya que requiere de cierto esfuerzo físico, sobre todo en esta época en donde todo está Enlodado.

Por razones de seguridad, nuestro guía optó por dividir el grupo en dos y de esa manera poder disfrutar ampliamente cada uno, de la cima cuyo espacio es reducido. La misma no es fácil de acceder, es crucial hacerlo con un guía experimentado o un guía local. Nosotros habíamos hecho esta cima ya por varios lados, incluso del lado norte y varias veces con la familia Herrera, que son quienes hicieron un escultura de una biblia de cemento que se encuentra en la cima.

Madre Naturaleza nos permite poder disfrutar de cerca de sus maravillas, con organización, seguridad y buena disposición. Todos sucumbimos ante esplendorosa grandeza, dichosos y reinantes pero conscientes de nuestra pequeñez ante tanta maravilla.

En la noche, disfrutamos de un camping espectacular en las faldas del mismo cerro, un clima de montaña, cuentos, risas, mitos y leyendas del cerro Trinidad; una deliciosa cena y mucho café.

La mañana nos recibió con un desayuno cargado para ir a recorrer las faldas del cerro, divisar nuevas rutas y proseguir a un poblado que como Trinidad, también esconde sus maravillas. Sus primitivos tres chorros nos dejaron aún más llenos de vitalidad y júbilo y encima de todo nos esperaba un sancocho hecho en leña y fogón.
GOPR0122

DCIM101GOPRO

Queda de más manifestar nuestro profundo agradecimiento a las personas de cada uno de los lugares donde vamos, que nos reciben con los brazos abiertos, haciéndonos sentir como en casa. Cabe destacar que nuestra misión No solo es el disfrute­, si no nuestro total e incondicional apoyo a cada comunidad a la que vamos, como siempre lo decimos: Empoderando a las comunidades locales para un desarrollo sostenible y sustentable sin afectación al entorno y dando apoyo en el emprendimiento de quienes deseen hacer un turismo responsable.

WhatsApp Image 2016-08-22 at 10.05.26 AM
WhatsApp Image 2016-08-22 at 10.05.15 AM

GOPR0285

Realizamos giras mensuales o quincenales en grupos pequeños ya que respetamos la capacidad de carga de cada sitio.