Brincaban por las ramas y volteaban el cuerpo para observar por debajo, primero en un lado y luego por el otro, supongo que en busca de alimento, supe que les gustan los insectos pequeños y las arañas. Pueden descolgarse mucho por debajo de las ramas para alcanzar un fruto o insecto.
Forman grupos de 3 a 6 individuos, o con menor frecuencia parejas, y en ocasiones acompañan a otras aves pequeñas; en este caso estaban muy cerca de Mirlo pardo e incluso de Tangaras Azulejas. Pertenecen a la familia Thraupidae, su hábitat natural incluye bosques tropicales o secos a baja altitud y zonas previamente boscosas ahora muy degradadas.
Muy triste es que es apreciada por algunas personas como ave de canto, por lo que la capturan para mantenerla enjaulada en cautiverio. Es bueno saber que de ahora en adelante en Panamá tendremos una nueva ley que prohibe tener animalesàexóticosàen casa. 🙂
Es una especie relativamente común en las llanuras del lado del Caribe, localmente hasta los 400 metros de altura. Se distribuye desde Panamá hacia el norte hasta la cuenca alta del rÃÂo Sarapiquàen Costa Rica.
Mide aproximadamente 12 cm. y pesa aprox. 19 gramos. Su color es gris opaco con las alas negruzcas contrastantes.
Los adultos son gris oscuro por encima, con el área loreal (orificios nasales)àmás oscura, y las mejillas, garganta, pecho y costado de color gris más pálido, teñido que se torna ante rosáceo en el abdomen y las coberteras infra caudales. El hombro es azul violeta, generalmente oculto, y el resto de las alas y la cola son negruzco fusco. El pico es negro y las patas son gris azuladas.
LÃÂdice es solo uno de los poblados que están en las faldas del Cerro Trinidad de 969 metros sobre el nivel del mar, asàmismo como el Cruce detrás del cerro.
Luego de cinco minutos de recorrido en la carretera hacia LÃÂdice, ya el paisaje cambiaba. El verde toma su lugar en este lugar, a medida que avanzas se va viendo Cerro Trinidad desde distintas esquinas, el clima cambia a fresco y puro.
Desde principios del siglo XIX estas fueron utilizadas para pastear al ganado entregando en diezmo a la Parroquia de San Isidro. Su nombre original era el “Potrero”, por inquietud de los moradores se ordena el cambio del nombre de Potrero por el de “LÃÂdice”. Este nombre es un homenaje a LÃÂdice comunidad de Checoslovaquia destruida el 4 de junio de 1942 por orden de Adolfo Hitler. La ONU, decretó que en cada paÃÂs debÃÂa haber un pueblo, calle, plaza o edificio que llevara este nombre en memoria de sus habitantes y le toco a Capira.Desdunloma antes de mi casa, se puede ver el Cerro Trinidad, asàcomo desde muchos puntos de Arraiján. Cuando uno va en la carretera Arraiján – Chorrera, puedes ir viendo como aparece y desaparece desde las curvas de la carretera. Incluso en el centro de Chorrera, justo cuando uno va en la carretera central de la chorrera, viendo hacia el frente se ve claramente el Cerro Trinidad. La forma de este cerro es enigmática, casi siempre tapado por las nubes que lo cubren en la cima. Tiene unos picos impresionantes que sobresalen en la cordillera central que a partir de allàreducen la altitud de sus cumbres, para dar paso a las colinas.
Las vistas desde LÃÂdice son hermosas, el clima es fresco, a lo lejos se ve el cerro Trinidad como el rey de la región. En las tardes el sol pasa por detrás de su cima y refleja su sombra en el pueblo.
Luego de pasar LÃÂdice, se ve un precioso paisaje, parecido al que se ve desde Campana: punta chame, algunas islas, parte de Capira, Cermeño, entre otros lugares.
Hicimos caso y seguimos el camino, cada vez la carretera era más difÃÂcil y de piedras sueltas, decidimos arriesgarnos a seguir, hasta que tuvimos la gran sorpresa de encontrarnos con un rÃÂo sobre el cual habÃÂa que pasar, asàque dimos la vuelta y decidimos regresar, pues ese rÃÂo es solo para carros con doble tracción, se veÃÂa bastante fuerte.
De regreso tuvimos un par de problemas de tracción pero finalmente logramos seguir. En el camino nos encontramos con el señor que nos habÃÂa ayudado con la dirección, el cual iba caminando hacia fuera en busca de un transporte que lo llevara hasta Capira con su familia. Le dimos el aventón hasta afuera y de paso conseguimos un guÃÂa para pronto ir a subir el Cerro Trinidad, que será una nueva exploración de un cerro casi inexplorado, que es más bien intocable para muchos desde lejos.
LÃÂdice es solo uno de los poblados que están en las faldas del Cerro Trinidad de 969 metros sobre el nivel del mar, asàmismo como el Cruce detrás del cerro.
Luego de cinco minutos de recorrido en la carretera hacia LÃÂdice, ya el paisaje cambiaba. El verde toma su lugar en este lugar, a medida que avanzas se va viendo Cerro Trinidad desde distintas esquinas, el clima cambia a fresco y puro.
Desde principios del siglo XIX estas fueron utilizadas para pastear al ganado entregando en diezmo a la Parroquia de San Isidro. Su nombre original era el “Potrero”, por inquietud de los moradores se ordena el cambio del nombre de Potrero por el de “LÃÂdice”. Este nombre es un homenaje a LÃÂdice comunidad de Checoslovaquia destruida el 4 de junio de 1942 por orden de Adolfo Hitler. La ONU, decretó que en cada paÃÂs debÃÂa haber un pueblo, calle, plaza o edificio que llevara este nombre en memoria de sus habitantes y le toco a Capira.
Desde una loma antes de mi casa, se puede ver el Cerro Trinidad, asàcomo desde muchos puntos de Arraiján. Cuando uno va en la carretera Arraiján – Chorrera, puedes ir viendo como aparece y desaparece desde las curvas de la carretera. Incluso en el centro de Chorrera, justo cuando uno va en la carretera central de la chorrera, viendo hacia el frente se ve claramente el Cerro Trinidad. La forma de este cerro es enigmática, casi siempre tapado por las nubes que lo cubren en la cima. Tiene unos picos impresionantes que sobresalen en la cordillera central que a partir de allàreducen la altitud de sus cumbres, para dar paso a las colinas.
Las vistas desde LÃÂdice son hermosas, el clima es fresco, a lo lejos se ve el cerro Trinidad como el rey de la región. En las tardes el sol pasa por detrás de su cima y refleja su sombra en el pueblo.
Luego de pasar LÃÂdice, se ve un precioso paisaje, parecido al que se ve desde Campana: Punta Chame, algunas islas, parte de Capira, Cermeño, entre otros lugares.
Hicimos caso y seguimos el camino, cada vez la carretera era más difÃÂcil y de piedras sueltas, decidimos arriesgarnos a seguir, hasta que tuvimos la gran sorpresa de encontrarnos con un rÃÂo sobre el cual habÃÂa que pasar, asàque dimos la vuelta y decidimos regresar, pues ese rÃÂo es solo para carros 4×4, se veÃÂa bastante fuerte.
De regreso tuvimos un par de problemas de tracción pero finalmente logramos seguir. En el camino nos encontramos con el señor que nos habÃÂa ayudado con la dirección, el cual iba caminando hacia fuera en busca de un transporte que lo llevara hasta Capira con su familia. Le dimos el aventón y de paso conseguimos un guÃÂa para pronto ir a subir el Cerro Trinidad, que será una nueva exploración de un cerro casi inexplorado, que es más bien intocable para muchos desde lejos.
Capira es sin duda alguna, una perla de Panamá, con sus valles, montañas y rÃÂos que deslumbran sus caminos, algunas veces sin calles pavimentadas, pero siempre vale la pena recorrerlo, siempre más allá y mientras más lejos llegas, más hermoso se pone.
Hace poco estuvimos haciendo camping en la Laguna de San Carlos con los estudiantes de la escuela de Turismo Geográfico Ecológico de la Universidad de Panamá. Fue gratificante ver la emoción y laàorganizaciónàde la actividad, pues todo salio como loàesperábamos.
Lo primero que hicimos fue limpiar un poco el lugar pues la hierba estaba crecida, luego armamos las carpas y las aseguramos. Esta vez el precio por carpa fue de 5.00 dólares y la entrada a la laguna àfue de 0.50 centavos por estudiante.
Nos fuimos a subir el cerro y empezamos el ascenso muy bien, algunas jóvenes tuvieron agotamiento, pero todos disfrutamos del ambiente y de la naturaleza. Fue muy gratificante al llegar a la cima pues todos estuvieron felices y conformes con la encantadora vista desde el Cerro Picacho, incluso llegamos a una cima en la que Enlodados nunca habÃÂa estado a 1,082.33 del Picacho, que es su altura máxima. Al parecer, este cerro cada vez se pone más interesante. La neblina nos cubrió y tuvimos que bajar precipitados con miedo de que cayera algo de lluvia.
Al ir bajando el cerro, más de la mitad del grupo se resbaló, las caÃÂdas formaron parte de la diversión del momento.
Al bajar del cerro nos dimos tremendo baño en las aguas frÃÂas de la laguna, fue placentero, como cada vez que se visita este hermoso lugar. A medida que atardecÃÂa la neblina cubrÃÂa más la laguna, llegó un momento en que nos cubrió por completo.
Luego de contar losàtradicionalesàcuentos de miedo, cada quien se fue a su carpa a dormir con el miedo aún en la piel. A la mañana siguiente cada quien tomo su desayuno y luego tuvimos partidas deàfútbolàe inclusoàvoleibolàen la laguna.
Ya luego nos despedimos de la gente de la laguna y nos encaminamos a playa Corona a pasar la tarde.
Todo salio a la perfección, todos nos divertimos, compartimos y muchos tomaron experiencia para losàpróximosàcamping, que de seguro serán muchos.
Muy común es verlos en bandadas, dando saltos y volando de un lado a otro, sobre todo en verano, tienen muy poco miedo al humano, incluso he llegado a verlos desde muy cerca, hasta en el pasto, aquà en las áreas de Arraiján.
Habitan en sabanas, bosques secundarios viejos y jóvenes, dosel y bordes de bosques secos y húmedos, bosques de galerÃÂa, plantaciones de cacao y áreas suburbanas y urbanas.
Regularmente pone de 4 a 8 huevos de 23.5 x 19.5 mm que se incuban por 25 a 27 dÃÂas y los polluelos quedan en el nido por 5 a 6 semanas. Se encuentra comúnmente en parejas o en grupos en donde hay suficiente alimento. Son más sociables durante la búsqueda de pareja entre Enero y Marzo.
Ubican sus nidos en agujeros hechos por pájaros carpinteros (F. Picidae), fustes de palmera, huecos en termiteros y cavidades naturales. Un variado número de parejas puede anidar en árboles grandes podridos o grandes termitarios, y cada pareja excava su propio agujero.
Son apreciadas como mascotas; por este motivo son capturadas y vendidas. Son mantenidas en cautiverio en jaulas, muchas veces siendo mal alimentados, cortando las alas y en muchos de los casos terminan siendo devorados por los gatos.
En caso de tener uno, recuerda mantenerlo bien y llevarlo al veterinario.
Su nombre cientÃÂfico es Butorides virescens, es una especie de ave Ciconiiforme de la familia Ardeidae.
Es respectivamente pequeña; un adulto mide 44 cm de longitud. El cuello tiene un cruce apoyado contra el cuerpo. Los adultos tienen un plumero brillante verde negruzco, espalda verduzca y alas gris oscuras graduando a verde o a azul, una nuca castaño con una lÃÂnea blanca, partes bajas gris y patas amarillas. El pico es negro con un punto largo. Las hembras adultas son más pequeñas que los machos, con plumaje más disipado y liviano, particularmente en la estación de crÃÂa. Las formas juveniles son de color más tenue, con cabeza, cuello y partes bajas marrón y blanco, y alas verde amarillentas.
Viven en la costa o en aguas tranquilas y esperan la presa. Principalmente comen pequeños peces, ranas e insectos acuáticos. A veces arrojan comida sobre la superficie del agua para atraer la pesca. Cazan durante el dÃÂa. Llaman con un fuerte y repentino sonido.
Son monógamos de estación. Construyen sus nidos en bosques, en áreas despejadas, sobre agua o en plantas cerca de ella. Lo más preferido es en árboles, con nidadas hechas a más de 20 m del piso. Ponen sus huevos con intervalos de 2 dÃÂas. Los alimentan cada vez menos a medida que se hacen más independientes, que ocurre luego de 30 a 35 dÃÂas.
Hace poco emprendimos una travesía hacia el Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera (PNGDOTH), un tesoro natural enclavado en las tierras altas de la Cordillera Central, en el distrito de La Pintada, comunidad de El Copé, provincia de Coclé. La entrada al parque se encuentra a pocos minutos después de pasar Penonomé, antes de llegar a El Caño, tomando el desvío por la comunidad de La Candelaria.
Este parque fue creado mediante el Decreto Ejecutivo N.º 18 del 31 de julio de 1986 y forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), con el propósito de resguardar la extraordinaria biodiversidad de la región central panameña. Además, su relevancia histórica es innegable: lleva el nombre del General Omar Torrijos Herrera, ya que en su interior se encuentra el Cerro Marta, donde se estrelló la avioneta en la que perdió la vida el general. Hoy día, este espacio también forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano.
El acceso se da por la carretera que nace en el kilómetro 167 de la Vía Interamericana, a la altura de la comunidad de La Candelaria. Desde allí se recorren aproximadamente 28 kilómetros hasta llegar a El Copé, y luego se continúa hacia el norte en dirección a la comunidad de Barrigón. Desde este punto, parte un camino empedrado de 5 km que asciende hasta el cerro El Calvario, ya dentro del parque. Este tramo final requiere vehículo 4×4 debido a sus condiciones.
Los buses solo llegan al Chorro las Yayas, enclavado en las faldas del parque. Pero es fácil contactar con los taxis 4×4. Generalmente por un costo aprox de 20$ el viaje.
La temperatura es muy agradable entre 18 y 29 grados.
Cubre una extensión de 25,275 hectáreas y dentro de sus límites se encuentran siete comunidades: El Potroso, Las Peñitas, El Tigre, La Rica, El Guabal, Río Blanco y Caño Sucio. En sus alrededores se encuentran los poblados de El Copé, Barrigón, La Junta, Cerro Hueco, Belencillo, Aguas Blancas, Bateales y Palmarazo.
Protege las cabeceras de los ríos más importantes de la región coclesana: río San Juan, el río Belén y el Concepción en la vertiente caribeña; y el río Grande, el río Marta y el río Nombre de Dios en la vertiente del Pacífico. En su territorio sobresalen los cerros Negro (1408 metros), Peña Blanca (1314 metros), Blanco (1192 metros) y Cerro Marta (1046 metros).
En el año de 1986 la superficie del parque era de seis mil hectáreas, sin embargo, la misma fue ampliada según criterios ecológicos en el año de 1996 a 25,275 hectáreas, con el propósito de incorporar tierras que requerían su conservación y protección.
Por seguridad, dejamos el auto y seguimos a pie.
Al llegar a el Copé vimos una primera entrada hacia el Cerro Marta, seguimos y encontramos otra entrada directo al parque. Fue un recorrido de media hora hasta llegar al Centro de Visitantes. Pasamos por la comunidad de Barrigón, también por la entrada del Chorro las Yayas, incluso pasamos sobre un riachuelo y unos minutos después estábamos en la oficina de control y monitoreo ambiental de Anam, en la cual no había nadie y nos tomamos el beneplácito de seguir, algo un poco extraño pues en este puesto laboran dos guarda parques por turno y es donde debe hacerse el pago de la entrada.
La vista era impresionante, se veía lo recorrido desde la carretera Interamericana, vastas montañas, un paisaje increíble en donde se puede apreciar casi todo el Copé y el Océano Pacífico.
Minutos después nos topamos con el responsable de Anam y nos dio el permiso de seguir, nos explicó de dejar el auto en el centro de visitantes en caso de subir al Cerro el Calvario.
Hicimos lo establecido y empezamos la caminata hacia El Calvario, que bien tiene su nombre pues subíamos y subíamos, nos demoramos aproximadamente 30 minutos hasta llegar a la cima. En el camino pudimos disfrutar de la diversidad de flora del parque. El cerro se encuentra a 912 metros sobre el nivel del mar y es unos de los pocos sitios donde en días claros se pueden observar los dos mares, y efectivamente tuvimos la dicha de ver el Mar Caribe y el Océano Pacífico. Ya que el sol era incandescente y radiante.
Fue impresionante ver la majestuosidad del Cerro Marta, en el cual cayó la avioneta en donde murió el general Omar Torrijos, motivo por el cual el parque lleva su nombre. A lo lejos vislumbramos las comunidades de Coclesito, San Juan de Turbe, Boca de Toabre incluso Coclé del Norte.
En la parte más elevada del parque, se desarrollan bosques pluviales montanos bajos y a medida que se desciende están los bosques pluviales y húmedos premontano, y los muy húmedos tropicales.
Se cree que de las 2 mil 604 especies de plantas y 552 especies de vertebrados terrestres que se encuentran en la provincia, la mayoría tiene presencia en el parque. Existe también una gran diversidad de especies endémicas o propias de estos bosques, unas 60 muestras han sido recolectadas dentro de la zona montañosa. Según los estudios científicos, el área se originó por la alternancia de las actividades volcánicas y sedimentarias que caracterizaron la formación del istmo de Panamá.
Monolena glabra
Se observan exuberantes helechos arbóreos, palmas, enormes árboles como el guayacán y jacaranda, musgos, muchas orquídeas, bromelias, heliconias, anturios, algunas plantas endémicas como la selaginelas, scheffleras, la emblemática Monolena glabra y el árbol copé, nativo del parque.
También posee la planta carnívora (Drossera capillaris) característica de los suelos pobres en nutrientes. Se encuentra la única zamia epifita en el mundo y sus hojas asemejan la de una palma.
Solo en aves se pueden observar aproximadamente 350 especies diferentes, el colibrí pico de hoz, por su diseminada presencia, ha sido escogido como ave símbolo del parque. El Ave Sombrilla (Cephalopterus glabricollis) que según la actualización de la Lista Roja de la UICN de Especies Amenazadas, de su estatus de ‘Vulnerable’ pasó a estar ‘En Peligro’; anualmente los observadores de aves se dirigen a este parque en busca de poderse encontrar con esta ave e incluirla en su lista de “lifebirds”.
Bajando del Calvario, toqué una planta con pelos urticantes. Después, llegamos al centro de visitantes, donde pagamos la entrada y disfrutamos de su mirador, patio y senderos.
Recorrimos varios senderos: el de la Rana (2 km), los Helechos (800 m, accesible) y el Cuerpo de Paz (2 h, más exigente).
Cerca del parque hay cascadas como Tife Alto y Bajo, que requieren logística y excelente condición física, pues Tife implica caminar más de 30 km.
Alto Tife
Personalmente hemos tenido la dicha de ver un jaguarundi detrás de la cabaña, también zarigüeya gris, ardillas enanas (Microsciurus sp).
Nos retiramos del centro de visitantes y fuimos directo al Chorro las Yayas a relajarnos bajo sus frías aguas.
Como leen y ven, el Parque Nacional Omar Torrijos posee todo en un solo lugar, es un sitio excepcional, lleno de vida silvestre, muy bien conservado, y esperando ser visitado.
Una guía de turismo ecológico en Panamá, dedicada a descubrir ríos, montañas, senderos y aventuras en la naturaleza. Ideal para los amantes del aire libre y la exploración rural.