Esta vez nos fuimos al Parque Nacional Chagres, por el lado de Caimitillo, a un lugar fenomenal: un arco rocoso de piedra caliza escondido bajo un camino rural que conduce a una zona poco conocida —y también algo abandonada— del parque.
Caimitillo es una de las 24 subdivisiones del distrito de Panamá. Se encuentra al norte de la zona metropolitana y fue creado por la Ley 29 del 10 de marzo de 2012, al ser segregado del corregimiento de Chilibre. Su cabecera es Caimitillo Centro.
Nadie imaginaría la magnitud del sitio en el que estábamos.
Nuestro instructor inició el curso de rápel explicando técnicas básicas y mostrando el uso correcto del equipo de seguridad: el arnés, mosquetón, casco y guantes. Nariño Aizpurúa tiene más de 30 años de experiencia en esta disciplina, como profesor de scouts, montañista y profesional en trabajos en altura.
El rápel es un sistema de descenso por superficies verticales, utilizado donde otros métodos resultan complicados o inseguros. Es el sistema autónomo de descenso más común, ya que solo requiere conocer la técnica adecuada, un arnés y un descensor. Se aplica en actividades como excursionismo, montañismo, escalada, espeleología, barranquismo, rescates en medios naturales o urbanos, e incluso en operaciones militares. (Fuente: Wikipedia)
Tras la parte teórica, pasamos a la práctica. Cada participante se colocó el equipo y practicó el uso de la cuerda atados a un árbol, para familiarizarse con la técnica y el equipo.
¡Y llegó la hora! Después de practicar, nos dirigimos al sitio de descenso y quedamos impresionados con la altura. Nariño ya había instalado el anclaje en las raíces tabulares de una gran ceiba.
El anclaje es una de las partes más importantes del rápel, ya que soporta todo el sistema. Puede ser natural (árboles, rocas, estalagmitas, puentes de hielo, etc.) o artificial (clavijas, cadenas, entre otros).
Con el paso de las horas, casi todos habíamos descendido y varios incluso repitieron la experiencia. En mi caso, durante el descenso me sentí completamente segura y emocionada al contemplar el lugar. Fue, literalmente, un “cachetazo visual”. Tal vez se me escapó una frase de asombro. El sitio es alucinante, mucho más grande de lo que imaginé. El descenso fue de casi 30 metros y, a los 10 metros, ya se podía ver la bóveda de roca. Cerca de allí también hay cuevas.
Este mismo puente natural fue llamado “Puente Admirable” por Fernández de Oviedo en los tiempos del Camino Real. Sí, señores: ese puente por donde hicimos rápel fue transitado por colonizadores y piratas rumbo al río Chagres, que ha jugado un papel crucial en la historia de Panamá y sigue siendo fundamental hoy en día.
En 2014 hubo protestas por trabajos planeados cerca del puente, que involucraban el paso de maquinaria pesada. Caminé un poco más allá y vi claramente zonas del bosque taladas y deforestadas. Esto evidencia que esta parte del parque sigue en peligro, al igual que la posible desaparición del puente natural.
Acá les dejamos fotografías de lo que fue este curso de rápel.
Gracias a todos por su interés y asistencia.