Supe de La Gloria cuando era niña y, en 2007, caminé casi tres horas hasta llegar. Fue una experiencia hermosa. Alrededor de esta cascada hay muchas más, aunque no visibles a simple vista.
La Gloria es la cascada más alta registrada en Panamá Oeste y pertenece a un afluente del río Cirí Grande, cuenca del Canal de Panamá.
Una familia tranquila y trabajadora custodia esta maravilla, saliendo adelante con la agricultura y ahora con el turismo ecológico, que para ellos es sostenible.
Esta vez visitamos, con nuestro guía local Miguel, la Cascada La Escondida, que nos dejó maravillados. Quise invitar a todos a bañarse; el agua verde aqua, iluminada por un rayo de luz, crea una atmósfera mágica, y salir del baño recarga de energía.
Nuestra amiga cubana tuvo algo de miedo y prefirió quedarse al otro lado de la cueva, pero luego, con la ayuda de Rey, logró atravesarla y quedó sorprendida de lo que casi se pierde.
Al pasar la cascada aparece un túnel habitado por decenas de murciélagos. Esa cueva transmite vitalidad, y fue difícil continuar con el itinerario.
Caminamos hasta la cascada El Peñón, sublime y vertiginosa. Algunos lucharon contra la corriente para llegar; la ida fue difícil, pero la vuelta fácil gracias a la corriente.
Luego tomamos un hermoso sendero junto a una quebrada que desemboca en la calle principal. Noté varios charcos de aguas transparentes, aunque el tiempo no alcanzó para explorarlos.
Después nos dirigimos a la casa de los custodios de la cascada, la familia Ovalle, con quienes coordinamos el almuerzo. Para nosotros es un placer visitarlos; son personas luchadoras y de gran corazón, que siempre nos reciben con una sonrisa amable.
Tras el almuerzo, cuando los chicos empezaban a amodorrarse, fue el momento perfecto para ir a conocer la maravillosa Gloria, que dejamos para el postre.
Grupo completo.
Linda Ana, arriba de La Gloria.
Es muy satisfactorio haber visto sus rostros llenos de sorpresa y felicidad, sus expresiones y palabras, y a algunos enmudecidos que se lanzaron a escalar la enorme cascada, que esta vez superó todas las expectativas al estar llena de agua.
Agradecemos de corazón a todos los que formaron parte de esta aventura. Es un placer para nosotros mostrarles Panamá, un país lleno de fuentes de agua viva, montañas azuladas y senderos fascinantes.
La dicha de la vida está en lo simple. Algunas montañas las hemos visto mil veces y nos hemos preguntado mil cosas en torno a ellas.
Ayer fue un día espectacular. Hicimos la cima del Cerro Trinidad de Capira, que forma parte del Parque Nacional Altos de Campana. Fue una experiencia única, en donde pudimos disfrutar no solo de la cima, sino del camino y de parte de lo que guarda este espectacular cerro: una gran biodiversidad.
Helechos arbóreos, epifitas, orquídeas, un sinnúmero de animales entre esos coloridas orugas, decenas de insectos, danzantes mariposas y aves para escoger.
Todos en la cima del Trinidad a 900msnm
La humedad contundente y su rica flora, además de las pendientes y barrancos, hace de este sitio un lugar apto para personas con experiencia, ya que requiere de cierto esfuerzo físico, sobre todo en esta época en donde todo está Enlodado.
Por razones de seguridad, nuestro guía optó por dividir el grupo en dos y de esa manera poder disfrutar ampliamente cada uno, de la cima cuyo espacio es reducido. La misma no es fácil de acceder, es crucial hacerlo con un guía experimentado o un guía local. Nosotros habíamos hecho esta cima ya por varios lados, incluso del lado norte y varias veces con la familia Herrera, que son quienes hicieron un escultura de una biblia de cemento que se encuentra en la cima.
Madre Naturaleza nos permite poder disfrutar de cerca de sus maravillas, con organización, seguridad y buena disposición. Todos sucumbimos ante esplendorosa grandeza, dichosos y reinantes pero conscientes de nuestra pequeñez ante tanta maravilla.
En la noche, disfrutamos de un camping espectacular en las faldas del mismo cerro, un clima de montaña, cuentos, risas, mitos y leyendas del cerro Trinidad; una deliciosa cena y mucho café.
La mañana nos recibió con un desayuno cargado para ir a recorrer las faldas del cerro, divisar nuevas rutas y proseguir a un poblado que como Trinidad, también esconde sus maravillas. Sus primitivos tres chorros nos dejaron aún más llenos de vitalidad y júbilo y encima de todo nos esperaba un sancocho hecho en leña y fogón.
Queda de más manifestar nuestro profundo agradecimiento a las personas de cada uno de los lugares donde vamos, que nos reciben con los brazos abiertos, haciéndonos sentir como en casa. Cabe destacar que nuestra misión No solo es el disfrute, si no nuestro total e incondicional apoyo a cada comunidad a la que vamos, como siempre lo decimos: Empoderando a las comunidades locales para un desarrollo sostenible y sustentable sin afectación al entorno y dando apoyo en el emprendimiento de quienes deseen hacer un turismo responsable.
Realizamos giras mensuales o quincenales en grupos pequeños ya que respetamos la capacidad de carga de cada sitio.
Siento un profundo respeto y admiración por quien fue Victoriano Lorenzo; a pesar de ser un personaje que se menciona de manera superficial en los textos escolares y solo hablan de cómo y dónde murió cuando realmente la historia es mucho más profunda. Un prócer, un mártir, un cabecilla representante de los pueblos humildes de Panamá.
Durante la Guerra de los Mil DÃÂas, Capira con Victoriano Lorenzo a la cabeza se convirtió en campo de correrÃÂas del guerrillero, pasado el conflicto, y ya en la era republicana, Capira demostró pujante crecimiento democrático; más en 1941, el distrito fue eliminado, y surgió en su lugar el de Bejuco que duro hasta 1945.
Nos hemos ido en variadas ocasiones a recorrer parte de esa cordillera y hemos encontrado, maravillados, con hermosos parajes, perfectas cascadas esculpidas en piedra, escondidas cerca de las variadas trochas que se dividen a lo largo de los cerros.
Esta vez, nos fuimos a caminar cerca del Peña Blanca y CirÃÂ, donde acampamos y fuimos recibidos de manera festiva por viejos amigos y familia adoptiva que viven en este poblado de campesinos. Asàfue como nos hicimos amigos de un niño que nos llevo con ánimo y gran preocupación de que nos gustara el chorro que queda cerca de su casa, un chorro sin nombre al que concurren las familias a lavar culantro y a esparcirse sanamente, pues en esta comunidad muy poco hay bullicio.
Al salir del hermoso chorro, una llovizna de verano nos bañó. Una gente en carro doble tracción venÃÂan vendiendo pescado rumbo a donde terminara la calle de tosca. Allàa orilla del sendero pudimos disfrutar de una soda frÃÂa y un pan de dulce, raros por estos lares en donde no hay luz, donde lo que nos parece “normal” no se consigue tan fácilmente.
Tengo una tÃÂa que es maestra y hace mucho tiempo le tocó trabajar en áreas de difÃÂcil acceso, Cacao era uno de los poblados más cercanos a la civilización pues se encontraba cercano a Capira, a unas 3 horas y media en caballo para salir a la carretera Interamericana. Ella trabajaba en Bajo Bonito, mucho más lejos que Cacao, en donde aún hoy es difÃÂcil llegar.
Ahora ir a Cacao toma un tiempo de aproximadamente una hora y quince minutos desde el distrito de Chorrera, da lo mismo en auto o en bus de ruta.
En Cacao, el rÃÂo del mismo nombre ondea las veredas del lugar, en donde te metas lo verás, cada casa tiene de patio el rÃÂo.
En este caso fui con mi prima Deylis, hija de mi tÃÂa que trabajó por estos lugares hace más de 24 años y nunca dejó de visitarlos por sus encantos.
En Cacao podemos encontrar una escuela, kioscos, un centro de salud, un terreno para las ferias que se hacen en enero, algunos toldos tÃÂpicos o “jardines”, iglesias, etc.
Cabe destacar que este corregimiento fue regido por Victoriano Lorenzo en 1889, quien fuera lÃÂder indigenista, prócer y mártir de nuestra patria, ya que fue en Cacao donde residió por mucho tiempo con su familia.
Pasamos sobre el rÃÂo muchas veces pues asàel camino lo exigÃÂa, estábamos justo debajo de un cerro sin nombre, preguntamos a la gente que pasaba y nos decÃÂan que allá no habÃÂa nada, ÿNADA? Si esto es preciosoââ¬Â¦
El clima en el lugar es cálido con mucha brisa en el verano y fuertes corrientes de agua en los rÃÂos sobre el invierno. A pesar de que es un poblado que se encuentra luego de pasar algunas pendientes, no tiene una altura elevada.
Cada pueblo tiene su encanto y en el distrito de Capira aún podemos encontrar muchos lugares inexplorados y encantadores para pasarla bien en familia a la orilla de un refrescante rÃÂo en donde la brisa siempre acaricia nuestras almas.
Una guía de turismo ecológico en Panamá, dedicada a descubrir ríos, montañas, senderos y aventuras en la naturaleza. Ideal para los amantes del aire libre y la exploración rural.