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Opinión: Muerte en Cerro Trinidad.

Octubre 28, 2019

Me llaman locales de las faldas del Cerro Trinidad diciendo que una persona murió. Corren los rumores de que cayó del precipicio y del impacto no resistió la caída. Reviso las redes sociales y ya me habían enviado la noticia de la búsqueda.

Me preocupa de inmediato, la comunidad montañista en Panamá no es muy grande. Amigos de Sinaproc me dicen que eran extranjeros. La versiones: una pareja extranjera subió el domingo, sin guía.

El señor muere e indican que quizás haya sido mordido por una serpiente, esto aún está en investigación. La señora quizás buscando ayuda, cae por uno de los varios precipicios que tiene Cerro Trinidad.

Hacer leña del árbol caído no es, es solo una opinión.

Es primordial utilizar un guía en un área como éste cerro, donde existen partes de escalada por roca, donde no hay camino señalizado.

¿Para qué te sirve un guía? No solo para guiarte, por supuesto.

Si es uno profesional va saber asistirte, ayudarte, decirte donde pisar, donde no, tomar el camino más corto, sabe donde hay señal, carga un botiquín consigo y mantendrá la calma, sabe cómo actuar y conoce los moradores del área, avisa a ellos antes de subir. Además de botiquín lleva soga, arnés, mosquetón y casco cuando lo requiere.
Generalmente te ofrece varios servicios aparte de subirte a la cima como transporte, alimentación y descanso.
¿Te hace dudar su experiencia? Busca referencia, pide que te muestre sus cursos: Primeros Auxilios en áreas remotas es crucial, conocimiento de la fauna local, su aval de guía registrado en la Autoridad de Turismo de Panamá.

Si es local, que en esta área hay variados, que te cobran desde 10$ en adelante, conocen muy bien el cerro y si algo sucede, van a saber por donde caminar para ir en busca de ayuda. Si es local, en su casa lo esperan y donde no llegue se van a preocupar.

Señores, no es suficiente utilizar un App que te guía, con un track, con wikiloc, con Garmin, etc etc etc y lo que te dijo tu amiguito que hicieras. Panamá puede ser pequeño pero morfologicamente tiene sitios cuya estructura geológica se hace complicado ascender y descender.

Por un par de reales, puedes perder la vida. Es crucial avisar a los locales antes de adentrarte en la espesura. ¿Recuerdan lo que hablamos en las charlas de Turismo Rural sobre apoyar la economí­a local?

Existen guías experimentados, con años de experiencia, que organizan giras en Verano! para hacer este tipo de expediciones.

Esto de hacer “senderismo” no es relajo, y catalogan todo como eso. Algunas de las actividades que ya se realizan hace años en Panamá, no son senderismo. Por lo general es baja montaña o barranquismo.

Basta de vender un atractivo como algo gratis, que si puede ser gratis perder la vida. Podría contarles innumerables veces que personas imprudentes corren riesgo de perder la vida, y ponen en riesgo la vida de los demás.

Basta de imprudencia, de por una foto para Instagram te subes a la roca de la cima, que está cediendo cada vez que alguien sube a ella a saltar para una foto.

Oh si, Enlodados se la pasa regañando, Mariel se la pasa regañando, Rey no me deja hacer lo que quiero y me acompaña para todo, ¡qué pereza!

“Oh, esa gente camina muy lento, mejor me voy adelante”: perdidos.
“Oh, voy a nadar hasta allá aunque no sepa nadar” Ahogado.
“Oh yo soy un machote, voy a cruzar el río aunque esté crecido”: Ahogado.
“Oh, si él lo hizo, yo lo hago”: caída.

La primera persona que debe tener cuidado con su vida, eres tu mismo.

Correcto: Accidente es accidente. Queda la experiencia y los pasos que te pueden ayudar a evitar una desgracia.
Apoya la economía local.

Ahora, cerrarán el acceso al cerro. Ya es hora de regular la actividad.

Entrevista a Nariño Aizpurúa, casi un año de ascensos al Volcán Barú.

Nariño Aizpurúa nació en Volcán, Tierras Altas chiricanas. Lo conocí­ hace casi 10 años y apenas intercambiamos palabras, hicimos una gran amistad, al punto que cariñosamente le digo “papá”. Vi con admiración el crecimiento de sus hijos, a los que crio al filo de la naturaleza, en el arte de la escalada y rápel.

Actualmente lleva 360 ascensos al Volcán Barú y no conozco a nadie que lo haya subido más. Se caracteriza por su espíritu jovial y profesionalismo en el Área de montañismo, senderismo, rápel y arborismo además de ser líder scout desde hace muchos años.

Suficientes requisitos para hacerle una entrevista y aprender más de él.

1. ¿Cuándo fue la primera vez que subiste el Volcán Barú?

No tengo memoria realmente de cuando fue (fecha), sin embargo recuerdo la primera vez que subí­ con un turista, mis hermanos mayores no estaban para hacerlo, yo tenía 14 años y mi madre me dijo: “dale tú, si tu conoces el camino!” Me pase toda la noche “aprendiendo ingles”(risas) al día siguiente durante 5 horas solo repetía: “FOLLOW ME”. En aquel “tour” gané 10 dólares, gasté más en lo que llevé de comida.

2. ¿Cuántas veces van?
Desde esa primera vez con turistas, llevo 360 veces registradas. Antes de eso no las conté.

La vez # 300


3. ¿Qué es lo que más amas del Volcán Barú?
Ser nada en medio de esas moles rocosas. El sentirte insignificante y comprender la magnitud del universo, donde el planeta tierra es solo un grano de arena. Todo eso me lleva a sentir que soy parte de algo tan inmenso.

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Cerro Marta y Chorro Tigrero. Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera.

Partimos de la ciudad de Panamá a eso de las 2 de la tarde, la marcha fue directo a Penonomé donde nos abastecimos de lo último necesario; en el Copé nos esperaba el gran Macedonio, guía local del Parque Nacional General de División Omar Torrijos Herrera.

Luego de esperar los todo terreno en medio de una tertulia torrijista, abordamos los autos y nos fuimos rumbo a la montaña. Ya caía la noche y los locales me decían que iban cuatro días de lluvia pertinaz.

En el camino, con un fondo de Ulpiano Vergara, le comentaba tantas cosas al conductor “Fulo” en medio de mi emoción, que bajó el volumen y empezó a hablarme de su preocupación por la deforestación, en base a que la quema “de maldad” que hacen algunas personas al área de los pinos. Ya oscurecía casi por completo y en medio de la calle de piedras, saltaban conejos muletos (Sylvilagus brasiliensis) y aves motmot (Momotus momota) se escondían en sus refugios.

Llegamos a nuestro lugar de camping: una acogedora casa en medio del poblado de Santa Marta, que forma parte de El Copé, en el Harino, corregimiento del distrito de La Pintada en la provincia de Coclé.

Procedimos a armar el campamento y a encender las parrillas, que al final resultaron ser tres, de las cuales todos comimos. Al mirar al cielo, el firmamento estaba estrellado, agradeci ampliamente pues con esto, las probabilidades de lluvia al día siguiente eran pocas, y así­ lo fue.

Iniciamos la marcha a las 6:30am, tení­amos una idea breve de lo que nos esperaba, 14km y medio de camino difí­cil, dividido entre Cerro Escobal y Cerro Marta.

Bajamos al río Tigrero, lo atravesamos e iniciamos el camino hacia Cerro Escobal con rumbo al mirador, ahí nos topamos todos pues algunos se adelantaron, mientras Macedonio venía con el resto del grupo. A mi me salió “El Francisco”; el más de un año sin caminar como Dios manda, ¡Vaya loma!

Bajamos Escobal y caminamos por un bosque de galería en los alrededores de un potrero que culmina en un valle desde el que se veían claramente los cerros Marta y Juan Julio. En el potrero había un árbol de guaba, la Naturaleza siempre provee.

Me la pasé conversando todo el camino con Macedonio, me contó algunas de las versiones de lo que sucedió ese 31 de julio de 1981. Las siete personas a bordo, entre ellos el general Omar Torrijos Herrera, quien dirigió la dictadura militar del Panamá entre 1968 a 1981, fallecieron en el lugar.

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Reseña: Ascenso Cerro Turega, Coclé

Hace un tiempo, estando por el área de Penonomé arriba, y acampando en un hermoso sitio, vimos el sol salir por encima de unas enormes rocas de un cerro imponente.

Tiempo después conocimos sus faldas, en lo que fue un viaje rápido y carnavalero por el sitio, que nos ahuyentó al sentirnos un poco raros, entre tanta multitud en estado etí­lico frente a chorro de aguas apacibles en medio de la montaña que años más tarde conoceríamos.


Algunos geólogos cuentan que el Turega es uno de los tantos domos o conos del volcán del Valle de Antón, estrato volcán gigantesco y aunque los factores erosivos lo han deformado, aún sigue siendo imponente.

Nos topamos con nuestra guía local, Vero, que creció en las faldas del Cerro Turega y conoce de primera mano todo a su alrededor. Curioso es que en la primera visita de Vero al cerro, fue mordida por una serpiente equis; ni esto impide que ella mantenga su devoción.

La comunidad es muy celosa de su recurso natural. Para subir el cerro es necesario ir con guía local, además debes solicitar un permiso con el líder del pueblo.

Es importante destacar que el sitio está¡ en vías de convertirse en una reserva hidrológica por lo que en un futuro no muy lejano estará regido bajo leyes que lo protegerán; y tiene lógica pues del cerro se desprenden caídas de agua estacionales que se pueden ver en época de lluvias desde la carretera, y chorros permanentes para disfrutar todo el año.

El Área protegida sería en Turega y Cucuazal como Reserva Hídrica, pues existe una gran cantidad de bosques con fuentes de agua y manantiales que abastecen del vital líquido a la población rural de Pajonal, Churuquita Grande y otros corregimientos.

Salen 9 acueductos de cada cerro (Sofre, Sofre Abajo, Aguela, Turega, Churuquita Grande, etc)

El plan ya se lleva a cabo y esperamos pronto ver en gaceta oficial del 2017 pues el Ministerio de Ambiente, junto con biólogos y representantes de la comunidad, unen esfuerzos para que sea una realidad y se pueda establecer una ley que proteja la biodiversidad que se ve amenazada con potreros y ganadería.

Alguna vez leí­ que el cacique Turega el padre de “Las Mozas” de donde proviene el nombre del famoso chorro del Valle de Antón, y que su hijo era “Chigoré” quien estuvo enamorado de “Zaratí­”, hija de “Penonomé”.

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Frío en las alturas.

Las llanuras, la costa y el mar son las zonas más bajas de la Tierra y por lo general allí el clima es más caliente. Todos nos hemos dado que mientras más cerca estemos de un fuego, recibimos más calor. Por eso podríamos pensar que cuanto más cerca se está del Sol, más calor se debe sentir.

Si las partes altas o cerros de la Tierra, están un poco más cercanos al Sol, ¿por qué cuando subimos un cerro, nos damos cuenta que allí el clima es más frío? Muchos nos hemos hecho esa pregunta, sobre todo cuando eramos niños.

Es verdad que si la Tierra se acercara más al Sol recibiría más calor. Pero el clima de los cerros es más frío debido a otras razones.

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Finca Agroforestal Las Conchas, Chilibrillo.

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A pocos metros de la carretera, vía Colón, a unos 18 kilómetros de la ciudad de Panamá, está la Finca Agroforestal Las Conchas, un destino verde y cultural.

Finca Agroforestal Las Conchas tiene mucho que ofrecer, entre ellos su nombre que proviene de la gran cantidad de conchas, más bien fósiles, lo que nos indica que Panamá emergió del mar hace millones de años.

Hace 21 años(al 2020), los agricultores que trabajaban la tierra de forma clandestina en la comunidad de Chilibrillo, corregimiento de Chilibre, decidieron organizarse para sacarle un mejor provecho a la actividad y obtener mejores ingresos económicos.

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Los Saltos de Filipina, Sorá de Chame

En mi experiencia puedo decir que aventurarse en auto no es lo mismo que aventurarse sin él. Andar a expensas del transporte público en Panamá, no es fácil y nada más el hecho de someterse a esto, puede convertirse o en una pesadilla o en una verdadera y muy divertida aventura.

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En la terminal tomamos el autobús de Chame sin ningún percance. Luego de poco menos de 20 kilómetros de recorrido, llegamos a Sorá, pueblo de personas amables rodeado de belleza exuberante de montaña, con un clima casi siempre fresco y delicioso. Muy cerca de esta comunidad se encuentra el complejo de casas de campo “Altos del María” al cual para acceder es necesario poseer permiso si no eres residente.

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Cuentan que el lugar fue llamado así por el cacique Soró (que significa viejo) jefe en la región en la época de descubrimiento y conquista, es el corregimiento más grande en cuanto a territorio del distrito de Chame y uno de los más bellos, con ríos pintorescos, encantadores saltos de agua y una magnifica vista de la ensenada de Punta Chame y su litoral, todo está a más de 600 metros de altura.

Pero cabe destacar que fuera de ese complejo de viviendas se encuentran bellezas increíbles y una de esas es el lugar del que hablaremos en esta reseña, Los Saltos de Filipina. Un sitio que en mi vida, nunca había visto ni escuchado siquiera, pero que por las fotografías y la belleza escénica que ya conocía de Sorá, fuimos a probar suerte en su búsqueda.

Llevábamos más de una hora esperando el transporte, pensamos que el problema sería porque era domingo, pero luego que el transporte llegó, nos dimos por enterado de que en la comunidad solo una familia presta el servicio, el cual tomamos y sin pérdida, luego de pocos minutos sobre una calle sin pavimento, llegamos a nuestro destino desde donde debíamos empezar a caminar por breves minutos.

La vista, grandiosa. Filipinas de Sorá nos recibió con salpiques verdes y azules, un lugar tranquilo, lleno de aves semilleras, y de fondo, como para matizar, el inconfundible cerro Chichibalí, que marca los límites entre los distritos de Chame y Capira.

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Descubrimos un salto de quizás de 7 u 8 metros, de un buen caudal, de poca profundidad, pequeño, casi se puede decir “personal”. De aguas frías y con el salto de agua, me di masaje natural en la espalda El agua denota que no hay contaminación, no hallamos restos de basura, lo cual nos lleva a pensar que cuidan muy bien este lugar al que aún se puede acceder de forma libre. Más tarde me enteré de que en este mismo salto, estuvo John Travolta haciendo wetrappel para una película que fue filmada en su mayoría en Panamá, de nombre “Basic”.

De ahí pasamos a la siguiente cascada luego de subir una loma imperceptible. Divisamos un salto de unos 15 metros de altura, muy hermoso y con un pilón de agua fresca y fría.

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Seguimos el camino y descubrimos otra cascada, ésta más pequeña pero igual de encantadora. Para nuestro asombro aún nos faltaban cascadas por recorrer. Son dos bifurcaciones y decidimos tomar el de la derecha, que tiene, nada más y nada menos, que en total, ocho cascadas. Dicen que si cuentas todas las cascadas, de ambos lados, da un total de veinticinco caídas de agua.

Estuvimos ahí hasta no muy tarde por el mismo inconveniente del transporte. Caminamos de vuelta y vimos el pickup pero se dirigía hacia montaña adentro, no hacia Sorá. Decidimos empezar a caminar un poco y más adelante nos encontramos con cazadores furtivos y muchos perros dispuestos a cazar.

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En nuestra caminata vimos la construcción de una próxima finca Melo en el área de Filipinas, luego de subir y bajar algunas lomas, nos topamos con una hermosa serpiente Pseustes poecilonotus de más de un metro, mejor conocida como “pajarera” que cruzaba apacible la carretera de piedras y aprovechamos para sacarle algunas fotos a ese divino ejemplar.

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Más adelante escuchamos un auto, el mismo 4×4 que habíamos visto hace tiempo venir bajando de la montaña y aprovechamos para pedirle el “bote” hasta Sorá, que muy amablemente nos cedieron, siempre y cuando  pudieran ir guidando de las ventanas del auto pues dentro estaba repleto de gente, y así fue como llegamos a Sorá a buena hora y felices de la aventura del día.

De regreso nos bajamos en el Nanzal y aprovechamos para caminar hasta Los Cajones, otra maravilla natural del área, pero ya se hacía tarde y empezaba a llover, así que decidimos dejar esta aventura para luego.

Seguimos dándonos cuenta que nunca dejaremos de recorrer Panamá y sus senderos, sus rincones escondidos que guardan secretos y leyendas. Solo basta preguntar y siempre los lugareños te van a señalar con el dedo o con la boca algún lugar perfecto a visitar.

Anímense a tomar un bus en su tiempo libre, ni siquiera hay que gastar demasiado. No siempre la comodidad da la felicidad, a veces con solo mirar desde la cima de un cerro lo que dejamos atrás puede ser un momento perfecto, disfrutar de la soledad de una cascada y meditar, también lo puede ser.

Buscar maravillas, ¡perderse en el monte! Caminar despacio y apreciar lo bello que nos regala cada paraje natural de este país.

Más fotos

Ascenso Cerro Picacho de La Laguna de San Carlos

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Cómo llegar
Conduce Carretera Interamericana hasta la entrada de la comunidad de las Lajas de Coronado, un poco antes de llegar al Mall de Coronado. Hay un supermercado llamado “Las Lajas” y entras por la carretera que se encuentra al lado del súper. En Waze colocas: Laguna de San Carlos y ¡la hiciste!
Si te aventuras en autobus, pide la parada en Las Lajas y ahí están los busitos que dicen “Laguna”

Desde que vienes en la carretera Interamericana, si prestas atención, puedes ver el Picacho. Justo antes de Coronado, si te fijas a la derecha se ve una cadena montañosa, de esos cerros, el puntiagudo, que más alto se ve, es el Picacho.

En el camino hacia la laguna también lo puedes ver, su cima imponente tiene una altitud de 1,182.33 msnm exactamente se encuentra en las coordenadas N8º37.648’W080º02.839, dentro de la Cordillera Central.

Tuvimos la osadía de irnos en transporte público; una vez en el mini súper de la entrada de las Lajas, esperamos veinte minutos que aprovechamos para sacar algo de información a las personas que estaban en la parada, algunos nos dijeron que subir el picacho sería algo muy peligroso, que estaba lleno de serpientes e incluso, hubo quien nos dijo que vivía en las faldas del cerro y se dirigía también hacia allá. Nos preguntaron si teníamos experiencia subiendo cerros, pues el Picacho es muy alto y tal vez en su cima nos podía faltar el aire. En total, pensamos, ¡exageraciones de los lugareños!

Llegamos al pueblo de la Laguna y el busito se adentró en el follaje de los árboles y sentimos que estábamos cerca, el conductor nos señaló por donde debíamos subir y fue entonces cuando frente a nuestros ojos estaba la laguna: grande, redonda y misteriosa. En el lugar una brisa helada recorrió nuestros cuerpos. El viento golpeaba los cerros y luego provocaba pequeñas hondas en el agua del inmenso lago de color verdoso.

Estuvimos media hora tomando fotos y admirando el lugar, organizando el ascenso y en eso, se nos acerco un señor trigueño y pequeño; yo pensé que nos iba a cobrar alguna cuota pero muy por el contrario nos preguntó nuestros objetivos en aquel lugar y nos contó varias historias acerca de la laguna.

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Nos dijo que el origen de la fuente que mantiene llena la laguna no ha sido determinado, pero se ha demostrado que sus tranquilas aguas albergan tilapia, sargentos, carpa común, entre otras especies de peces.

Una de las mas significativas y misteriosas de las historias fue la de hace unos 30 años.

«unos extranjeros llegaron a la laguna investigando su profundidad, fauna y flora, pero para sorpresa de ellos, al entrar el buzo, se encontró con una cueva de la cual sacó un plato y un vaso de oro. Al salir a la superficie, le mostró a su compañero lo que había encontrado y éste emocionado le dijo que entrara otra vez a buscar más de la vajilla de oro, pues de seguro habían muchos objetos más !!con mucho valor!! discutieron un rato el asunto y el buzo accedió a entrar a ver si encontraba algo más pero lo que encontró fue la muerte pues mas nunca apareció. Se perdió en las profundidades de la laguna por su avaricia.»

Emprendimos nuestra caminata y no iban mas de 15 minutos de subida y ya estábamos algo cansados. Caminamos un poco más y vimos a lo lejos extrañas formas de rocas gigantes, íbamos en camino recto y en eso un niño venía en dirección contraria, nos dijo que estábamos en el camino equivocado; nos pareció muy gracioso encontrarnos con él justo antes de habernos perdido. Muy amable nos dijo el camino correcto y confuso, pues no había manera de haberlo podido distinguir, el monte estaba muy crecido, llegamos a pensar que estábamos de nuevo en el camino equivocado, tuvimos algo de miedo pues la hierba estaba alta y unos instantes después, vislumbramos un camino mejor marcado.

Subimos, nos arrastramos; el camino hacia el Picacho es de veredas por donde solo caben tus pies, en el cual esa misma vereda se puede derrumbar, de manera tal que hay que tener bastante cuidado.

Nos arrastramos durante 45 minutos hasta llegar a un claro inclinado donde vimos el hermoso pico, pero seguimos subiendo ahora por encima de pequeñas piedritas y en eso vi una pequeña serpiente a lo que advertí­ a mis compañeros y a Evelin le dio ataque de pánico e hizo que nos demoráramos unos 15 minutos convenciéndola de seguir.

Llegamos a una roca grande desde la cual se veía la Laguna pequeña en comparación a su tamaño real, vislumbramos Altos de María y en el horizonte Altos de Campana, India Dormida, Costa del Pací­fico desde Punta Chame hasta Playa Blanca. Nos dijo el señor Florentino que en un dí­a claro se puede ver hasta el Lago Gatún.

Nos quedamos ahí­ arriba una hora aproximadamente merendando algo y disfrutando del paisaje, admirando lo bello del país desde ese sólo punto a la intemperie del aire y del cielo.

Es mas o menos 1 hora y media para subir o 2 horas a paso medio, una persona con buenas condiciones puede bajar el cerro en una hora o menos.

Ya descansados descendimos el cerro con un poco de dificultad de igual manera, hasta acompañado por un par de caí­das; llegamos a la laguna y no pudimos evitar las ganas de darnos un baño en ella y así­ mismo fue, con ropas nos metimos en la laguna que nos quitó todos los males…

No hay palabras para este ascenso más que HERMOSO, ¡Atrévete a hacerlo! Pero siempre con mucho cuidado y tratando de no influir en la Naturaleza, no te lleves más que las fotos, baja la basura, no molestes a los animales 🙂