Nariño Aizpurúa nació en Volcán, Tierras Altas chiricanas. Lo conocà hace casi 10 años y apenas intercambiamos palabras, hicimos una gran amistad, al punto que cariñosamente le digo «papá». Vi con admiración el crecimiento de sus hijos, a los que crió al filo de la naturaleza, en el arte de la escalada y rápel. Actualmente lleva 360 ascensos al Volcán Barú y no conozco a nadie que lo haya subido más. Se caracteriza por su espÃritu jovial y profesionalismo en el área de montañismo, senderismo, rápel y arborismo además de ser lÃder scout desde hace muchos años.
Desde hace muchÃsimo tiempo que deseaba hacer este ascenso pero las circunstancias no lo habÃan permitido, incluso me atrevo a decir que fue casi imposible.
Entre más artÃculos leÃa me asustaba más, en cada uno decÃa que era un ascenso casi imposible, que mucha gente no llegaba a la cima pues desistÃan, que algunos sufrÃan de mal de montaña, que otros no aguantaban y se desmayaban en el camino, que el frÃo, que las condiciones…
Aquel dÃa era viernes, llegamos muy temprano a Volcán, buscamos el hotel, desayunamos, hicimos las compras de insumos para llevar en el ascenso y luego descansamos y salimos un rato más para “aclimatarnosâ€.
Todo iba de maravilla. Conversamos por buen rato con Nariño Aizpurúa, quien ha subido el Volcán Barú 338 veces y nos dio los mejores tips, nos habló de apariciones en el camino, del mal de altura a lo que se refirió como “pendejeraâ€, nos habló de lo importante del equipaje, agua, entre otras cosas. Llegó la mañana y Nariño nos llevó hasta las faldas del Volcán en Paso Ancho, entrando por “Friturama Bambitoâ€. Iniciamos el ascenso a eso de las 6.30am. Pensábamos hacerlo a las 5:30am pero nos retrasamos un poco.
En la entrada del parque pagamos a ANAM 5 dólares cada uno, a lo que más tarde nos dimos cuenta que habÃamos sido estafados pues el precio real de la entrada era de 3 dólares para panameños y 5 dólares para extranjeros, ni siquiera tenemos el rostro ni la piel de extranjeros.
Lo más importante es el agua, es necesario tomarla aún si no se siente la necesidad, aún si no tienes sed, se pierde mucha energÃa y el cuerpo tiende a deshidratarse.
El Volcán Barú está situado sobre la Cordillera de Talamanca y posee una extensión territorial de 14,322 hectáreas, el punto más alto del parque es el Volcán Barú con una altura 3.475 msnm. Además es el punto máximo de la República de Panamá.
La caminata se inicia en donde termina la carretera de asfalto en las faldas del Volcán a 1925 msnm, en un bosque húmedo montano bajo del Parque Nacional Volcán Barú. Luego de caminar 15 minutos por las faldas entramos a el bosque a eso de las 7am, pasamos algunas lomas hasta llegar a un claro, que estaba lleno de basura y como aún no estábamos cansados, decidimos seguir en la marcha. Nos acompañaba el canto del enigmático Jilguero Solitario Carinegro (Myadestes melanops), un violÃn creciente que nos seguÃa el paso.
Allà comimos manzana y granola, observamos que la vegetación empezaba a cambiar: helechos, hongos, lÃquenes y musgos por todos lados; durante el recorrido se puede encontrar con una gran variedad de especies de animales y plantas, asà como rocas y algunos árboles de diferentes formas, jamás vistas en otro lugar.
Decidimos seguir caminando por una de las pocas bajadas que recuerdo, hasta llegar al “Ojo de Agua†o “el Posito†única fuente de agua del camino. Eran las 9:30 am.
Un poco más adelante nos detuvimos pues nos dio hambre, asà que aprovechamos para “almorzar†lo que fue jugo de uva, pan de pasitas con queso, chocolate, entre otras cosas y… ¡Avanzada! Nos encontramos con un camino repleto de piedras grandes que parecÃan estar sueltas pero que estaban muy firmes: El Derrumbe. De allà en adelante el camino de rocas, empezó a serlo de arenilla en una sola subida, el bosque desapareció, ya no habÃa árboles; el clima cambió, la temperatura bajó y a pesar de estar bajo el sol, no sentÃa calor, es por ello que ahora estoy insolada. Por lo tanto es buena idea llevar bloqueador solar.
Esta es la parte más difÃcil del ascenso al Volcán, es allà en donde generalmente algunas personas empiezan a tener dolores de cabeza, mareos y algunos desisten al ver lo que les espera, por eso es bueno tener una buena marcha antes de llegar a esta área, para que quede el resto del dÃa para subir.
En este punto ya uno se encuentra a 2500 metros sobre el nivel del mar y es posible tener mal de altura, pero es mejor sacar eso de la mente y no hacerlo una condición psicológica pues puede afectar, algo que nos enseña este ascenso es a trabajar en cuerpo y mente de una manera conjunta y unificada. A cualquiera le puede dar mal de altura, incluso a personas en increÃbles condiciones fÃsicas pero obviamente lo mejor es ir con una mentalidad positiva.
Mientras subÃa me detuve a ver lo que dejaba atrás, el paisaje es sublime, eminente, se puede ver la misma cordillera de Talamanca y todo lo recorrido. La vegetación se compone por lÃquenes y flores de altura.
Y de pronto, ¡el cable! ¡El famoso cable! Ahora lo veÃa en vivo y en directo y me produjo una sensación espeluznante, son de 20 a 25 metros de cable por un terreno de arenilla y si ese cable no está bien puesto, ¡moriste! Nosotros preferimos tomar el lado izquierdo por donde hay un caminito y seguir marcha arriba con más seguridad.
El Cráter es grande, unas 3 canchas de baloncesto. Allà es donde uno recuerda que realmente está en un volcán y que es potencialmente activo. El volcán ha tenido cuatro episodios eruptivos en los últimos 1600 años, en particular la más reciente erupción unos 400-500 años atrás. Diversas otras erupciones se ocasionaron en los anteriores 10,000 años. Varios enjambres sÃsmicos se dieron en el siglo XX y un enjambre reciente ocurrió en el año 2006 que puede servir como recordatorio de un inquieto terreno tectónico.
HabÃan pasado 8 horas desde que iniciamos el ascenso, ninguno de los tres se sentÃa cansado, más bien felices. No se si fue el frÃo o la emoción de haber llegado.
El frÃo era tremendo y el viento más fuerte. Buscamos al policÃa que vive en la cima y gracias a Nariño, el policÃa nos dio alojamiento por esa noche en la cima. Dormimos en un cuarto repleto de switch de las antenas, y tenÃa muchÃsimo frÃo aún con toda la ropa que tenÃa puesta.
Desde allà pude ver el pueblo de volcán, parte de Bugaba, RÃo Sereno, el RÃo Chiriquà Viejo, las Lagunas de Volcán, etc. Lo demás queda para una próxima visita que espero sea muy pronto.
Al llegar a las faldas nos esperaba Nariño y nos fuimos a bañar pues estábamos muy sucios y casi nos quedamos sin bus en Volcán, llegamos a la ciudad de Panamá a las 4 de la madrugada.
Hasta ahora en mi vida este ascenso ha sido el más emocionante y espero poder hacerlo muchÃsimas veces más si sigo con vida. Es algo que todo panameño que puede y que su cuerpo se lo permite, debe hacer. No solamente por la gratitud de llegar a la cima, si no por el placer de disfrutar la montaña, de ver el paisaje, de escuchar, ver, oler, poner todos los sentidos en contacto con la naturaleza.
Queda darles las gracias a los que me acompañaron y a quien considero un padre de montaña Nariño Aizpurúa por habernos dado su incondicional apoyo y consejos.